El arroz no empezó a ser cultivado en las Américas sino hasta el periodo del comercio transatlántico de esclavos. Para el siglo XVIII este cultivo ya se había establecido extensamente en plantaciones desde Carolina del Sur hasta Brasil. Cultivado por esclavos así como cimarrones, tanto para la subsistencia como para la exportación, el comienzo de la cultivación de arroz en las Américas invariablemente se ha atribuido a los dueños de plantaciones europeos. Este artículo presenta evidencia del importante papel que desempeñaron los africanos en establecer la cultura del arroz en el Nuevo Mundo. Este trabajo se enfoca sobre el arroz africano (
Until the period of the transatlantic slave trade, rice was not cultivated in the Americas. By the eighteenth century the crop was widely established across plantation societies from South Carolina to Brazil. Grown by slaves as well as maroons, for subsistence and also for export, the onset of rice cultivation in the Americas has long been attributed to European planters. This article presents evidence that supports African agency in establishing rice culture in the New World. Emphasis is on African rice (
Wade in the water, Wade in the water, children
Wade in the water, God is going to trouble the water.
See that band all dressed in red,
God is going to trouble the water.
It looks like the band that Moses led.
God is going to trouble the water.
El canto religioso afroamericano “Anda por el agua” recuerda el pasaje a la libertad que la división del Mar Rojo proporcionó a los israelitas esclavizados. También sirve como metáfora significativa para examinar el cultivo de arroz y sus orígenes en las Américas. A diferencia de en la canción, los niños de África fueron conducidos a través de las aguas turbulentas de la esclavitud africana al cautiverio. Los esclavos de África Occidental trajeron con ellos un conocimiento del sistema indígena que establecería el arroz como el cultivo de subsistencia en una amplia región, desde Carolina del Sur a los trópicos de Sudamérica. El arroz es el único cereal que exige abundantes cantidades de agua. Quienes lo cultivan andan a través de humedales para su cosecha. El agua es, además, esencial para preparar el cereal para su consumición. El arroz llegó a las Américas en barcos de esclavos, que hacían la travesía transatlántica, como provisiones para sus supervivientes. El cultivo, el procesamiento y la preparación del arroz representan una forma de conocimiento significativa establecida por los esclavos en las Américas. La importancia del arroz en la cocina de la diáspora africana pervive incluso hoy en día en las recetas de la memoria y la identidad cultural a través del Atlántico Negro.
La diáspora africana se extendió a las plantas y a las personas. El arroz llevó a la difusión de las plantas africanas y a sistemas agrícolas que dieron forma al ambiente, las preferencias en las comidas, economías, resistencia e identidad cultural en la era de la esclavitud en las plantaciones. Durante el siglo dieciocho, al arroz producido por la mano de los esclavos convirtió a Carolina del Sur en la economía de plantación más rica de Norte América. La base de esta poderosa economía se hallaba en los esclavos del África Occidental, que estaban calificados para el cultivo del arroz en medio ambientes agrícolas de diversa naturaleza. Al arrojar luz sobre los orígenes africanos del arroz de Carolina en las primeras décadas del asentamiento de la colonia en 1670, este ensayo propone un análisis político-ecológico de la historia del arroz en las Américas. El ensayo enlaza la transformación del paisaje regional con los sistemas de conocimiento indígena, las relaciones de poder, las luchas sobre el proceso de trabajo, la resistencia y la negociación. Mientras que los propietarios de las plantaciones de Carolina se apropiaron del conocimiento del cultivo y el proceso del arroz de aquellos familiarizados con él, la mano experta de los esclavos les proporcionó la posibilidad de negociar un proceso de trabajo sustancialmente diferente al que era propio en las plantaciones de los esclavos. La emergencia de un sistema de labores en el trabajo en el sur de Carolina ofrece evidencia indirecta de la agencia africana en el establecimiento del arroz en la región occidental del Atlántico.
La mayoría de los americanos desconocen que el sistema de plantación más lucrativo en Norteamérica no estaba basado en los cultivos tradicionalmente asociados con la esclavitud (el algodón y el azúcar) sino con el arroz, del que hubo una demanda extraordinaria en la Europa del siglo dieciocho. El cereal se usaba para fermentar cerveza, hacer papel y se convirtió en condimento apreciado por la clase media de la Europa católica para acompañar el pescado los viernes de vigilia y durante Cuaresma. Los esclavos familiarizados con el cultivo del arroz en África Occidental acompañaron a los primeros propietarios de las plantaciones que llegaron a Carolina del Sur en 1670. La cosecha del arroz estaba bien establecida en la colonia para la década de 1690 y la transición del cereal a cultivo de plantación se completó a comienzos del siglo dieciocho.
Fue, precisamente, el sistema de plantación de arroz lo que creó la riqueza para permitir que Carolina del Sur, antes de la guerra civil, liderara la secesión de la Confederación de la Unión. Antes de la guerra civil, se cultivaba el arroz en el espacio de cuarenta millas de la costa Atlántica, a lo largo de humedales de dieciséis ríos, desde la frontera entre el Norte y el Sur de Carolina al río de St. Mary, que separaba Florida de Georgia (
Hasta la década de los 70, la historiografía de la economía del arroz en Estados Unidos atribuía, de forma rutinaria, los orígenes del cereal a la agencia de los propietarios de las plantaciones. Los documentos de la historia sobre el arroz de Carolina encomiaban a los primeros propietarios por descubrir cómo cultivar una planta tropical que no se cultivaba en sus propios países y por desarrollar un sistema de cultivo ingenioso tan apropiado a los pantanos de Carolina (Doar,
A pesar de que las investigaciones de Wood (
La argumentación de este ensayo está apoyada en tres formas de investigación: un trabajo de campo en los sistemas de arroz de África Occidental, una revisión de materiales históricos y de archivo relacionados con la historia del arroz y un examen interdisciplinario en botánica, arqueología y lingüística histórica sobre la antigüedad del arroz africano. El campo de trabajo en los principios de tratamiento del suelo y el agua de los sistemas de arroz africanos revela las consideraciones sociales y ecológicas que han dado forma a la cultura del arroz en la región por un largo periodo
Aunque el arroz se cultiva en unos 20 microambientes diferentes en África Occidental, un estudio en el tipo de agua que influye el cultivo revela tres amplios medios agrícolas: el que depende de la lluvia, el pantano en tierra adentro y el terreno inundable por las mareas. El sistema dependiente de la lluvia se refiere al arroz que se cultiva únicamente con las precipitaciones, generalmente en áreas en la que las lluvias exceden los 1000 milímetros por año. La simiente del arroz se planta directamente en la tierra. El pastoreo del ganado forma una secuencia importante rotacional en este sistema dependiente de la lluvia; una vez que se ha cosechado el cultivo, el ganado pasta el rastrojo, consiguiendo fertilizar el suelo con su movimiento. El sistema del pantano en tierra adentro se refiere al cultivo del arroz en áreas que reciben agua complementaria, de un plantado de arroz en otro pantano o de medio ambientes que se benefician de reservas de agua como corrientes subterráneas. Las parcelas de terreno pueden ser sembradas directamente o trasplantadas. El tercer sistema, el terreno inundable, recibe agua de las mareas mientras que el depósito aluvial anual aumente. En los ríos de agua dulce, el terreno inundable se siembra directamente; sin embargo, los terrenos cerca de la costa pueden ser trasplantados en el caso de que la salinidad cree un problema. En muchas áreas del África Occidental, estos tres sistemas de cultivo de arroz tienen lugar en un terreno de pendiente que accede a diferentes fuentes de agua. Plantar arroz de esta forma reduce el riesgo de subsistencia a la vez que diversifica el problema del estancamiento en el trabajo que resultaría si sólo se emplease un sistema de producción.
Las crónicas históricas dan cuenta de la antigüedad de estos sistemas en África Occidental al mismo tiempo que revelan los aspectos sociales y ecológicos duraderos del cultivo de arroz africano. Para 1460, los portugueses habían completado la exploración de la Costa Norte de Guinea, la región densamente poblada de Senegal a Liberia que serviría como foco del comercio de esclavos. Durante los próximos siglos, los marineros llamarían a esta región la Costa de los Cereales o la Costa del Arroz, después de que se especializara en la producción de cereales, como mijo, sorgo y arroz. Siguiendo el paso de los portugueses, otras naciones europeas también dependieron del excedente de producción de cereales africanos para reabastecer provisiones. Para aquellos barcos que viajaban a lo largo de la costa africana occidental, el canal al sur del río Senegal les llevaba a una región abundante en cereales. En el este de Liberia, el cultivo de cereales se convirtió gradualmente en el cultivo de raíces como ñames. Bajos en proteína y propicios a perecer en viajes largos, este tipo de cultivos resultaron menos significativos como alimentos de primera necesidad que los cereales. Aunque las referencias a la costa norte de Guinea evocan imágenes del comercio de esclavos atlántico, el término “Costa de los Cereales o Costa del Arroz” no lo hace. Y, sin embargo, los sistemas de agricultura occidentales africanos produjeron excedentes de cereal que alimentaron las densas poblaciones desde el Senegal hasta Liberia que los europeos esclavizaron después. Estos excedentes, abastecieron a los barcos de esclavos que iban a las Américas a través del Atlántico.
Las carabelas portuguesas que viajaban al sur del río de Senegal comenzaron las narrativas (los comentarios) sobre el arroz que también atrajeron la atención de marineros europeos. En 1446, décadas antes de que los barcos llegaran a la India, Stevam Alfonso llegó a la desembocadura de un gran río—probablemente, el Gambia—donde encontró el cultivo del arroz en pantanos de tierras bajas: “Se encontraron con un río de anchura y entraron en él con las carabelas… encontraron mucha de la tierra sembrada y muchos campos sembrados de arroz” (Eanes de Azurara,
Las islas de Cabo Verde emergieron como un centro comercial fundamental para la expansión transatlántica del comercio portugués. Los barcos en viajes transatlánticos salían hacia allá en el otoño y el invierno con los vientos dominantes del noreste y siguieron hacia el sur por la corriente canaria, antes de continuar a Brasil, África Occidental o la India. Para el comienzo del siglo dieciséis, el cultivo del arroz ya se había desarrollado en Santiago, la isla de los archipiélagos más apta para la agricultura, así como otras plantas africanas como el sorgo, el mijo y los ñames (Ribeiro,
Por su proximidad a las rutas de navegación, los primeros sistemas africanos de arroz mencionados en crónicas portuguesas fueron los procedentes de las mareas localizados a lo largo de los humedales del río de la costa norte de Guinea (Fernandes,
Los ciclos de precipitación también influyeron si los arrozales se sembrarían directamente como era costumbre o se trasplantarían. En los años en los que se retrasó el comienzo del ciclo de lluvias, la siembra de semillas se estableció primero en pantanos internos para comenzar su crecimiento antes de ser replantados en el perímetro del mangle, una vez que comenzaran las lluvias. En 1594, más que un siglo antes de que un sistema similar diera forma a la economía de plantación de arroz del Sur de Carolina, el comerciante luso africano André Alvares de Almada escribió que los granjeros del arroz mangle “estaban cultivando sus cosechas en los depósitos del río y con un sistema de diques habían usado las mareas para su propia ventaja” (Rodney,
Según se desarrollaba el comercio de seres humanos, los informes de los marineros revelan la conciencia europea de los grupos étnicos que formaron las sociedades de arroz mangle en la costa norte de Guinea. El sistema baga fue esbozado y descrito para la posteridad por Samuel Gamble, que esclavizó la costa guineana de Conakry en 1793 (
Los Bagos son unos expertos en cultivar el arroz y de una manera muy diferente a cualquiera de las naciones de la costa a barlovento [Sierra Leona]. El país que habitan es mayoritariamente de marga y pantanoso. Sembraron primero el arroz en los estercoleros y elevaciones de sus pueblos; cuando llega a 8 o 10 pulgadas, lo trasplantan a “Lugars” [campos] hechos para ese propósito que son pantanos bajos y llanos, en un lado… tienen una reserva que pueden llenar con el agua que quieran, [por otro lado]…hay un desagüe para que puedan sacar la que quieran (Littlefield
La comparación de Gamble del arroz de mangle con otros sistemas plantados en Sierra Leona también revela una concienciación europea de que el arroz que buscaban para la compra se cultivaba en diferentes ambientes, con frecuencia en una pendiente del paisaje. Esto era evidente ya en un periodo mucho más temprano en los comentarios del geógrafo de Ámsterdam, Olfert Dapper. Basándose en información dada por los mercaderes holandeses que operaban en la costa a barlovento en la región entre Sierra Leona y Liberia, cerca de 1640, Dapper ofreció información clara sobre los tres sistemas de arroz africanos. Su informe se enfocaba en el modelo de plantación de arroz en una pendiente del paisaje en la que el agua del río sobrante se convirtió en el cultivo de arroz para pantanos internos y elevaciones humedecidas por la lluvia:
Los que son trabajadores pueden cultivar tres campos de arroz en un verano; sembraron el arroz primero en un terreno bajo, por segunda vez en un terreno más alto y por tercera…en tierra alta, una vez al mes después de la anterior, para no tener todo el arroz maduro al mismo tiempo. Eso les hubiera dado dificultades para cortar el arroz por cortarse mazorca a mazorca o caña a caña—una labor agotadora. Esta es la práctica más común en todo el país. El primer arroz o arroz temprano, sembrado en zonas bajas y húmedas… el segundo, sembrado en una tierra un poco más alta…el tercero, sembrado en tierra alta… (Richards,
Los comentarios de Dapper del siglo diecisiete revelan un entendimiento abarcador de los medios agrícolas más importantes en el África Occidental. Los comentarios tempranos europeos sobre el arroz, hechos desde el barco o en breves estadías en tierra, describen usualmente sólo la porción baja de la pendiente del arroz, la sección que podían ver los marineros fácilmente como los humedales o los sistemas de arroz mangle. Pero según los europeos establecieron fuertes y centros comerciales a lo largo de la costa norte de Guinea durante el siglo diecisiete, entraron en contacto con otros sistemas de producción que usaban los excedentes de arroz para la venta.
Otras características de la cultura de arroz del África Occidental que atrajeron la atención incluyeron el sistema del uso de tierra agrícola/pastoral y la organización social de la producción del cultivo. El comerciante de esclavos Francis Moore, que trabajó en el río de Gambia durante la tercera década del siglo dieciocho como un distribuidor para una compañía inglesa, dio cuenta del cambio estacional en el uso de la tierra entre granjeros y pastores en los humedales del río, apuntando que la tierra del arroz durante la estación seca se convertía en pasto de ganado (Moore,
Desde un periodo temprano, las crónicas europeas mencionan los aspectos relativos al género de la cultura de arroz del África Occidental, especialmente el papel de las mujeres en el cultivo del arroz y su procesamiento. Al hablar sobre las compras de comida de los negociantes holandeses en el Cabo Mount, cerca de la frontera de Liberia con Sierra Leona en 1624, Samuel Brun escribió “por el arroz sólo querían corales de vidrio para sus esposas, porque el arroz es un bien de las mujeres” (Brooks,
Estas crónicas revelan que el cultivo del arroz estuvo generalizado en la costa norte guineana cuando llegaron los portugueses a mediados del siglo quince. Los portugueses no introdujeron el cultivo del arroz ahí, a partir de sus viajes a Asia, como defenderían historiadores más tarde, sin ningún sentido crítico. Las tres formas principales del cultivo de arroz en África Occidental (el que depende de la lluvia, el pantano en tierra adentro y el terreno inundable por las mareas) antecedieron a su llegada.
Fue en el delta del Río Negro en Mali donde los hablantes de las lenguas Mande hicieron una contribución significativa a la prehistoria africana al cultivar
Como consecuencia del tardío reconocimiento de que el arroz también era indígena de África Occidental, la investigación languideció en los esfuerzos para determinar el periodo de cultivo del arroz. Durante la década de los 70, el botánico francés Roland Portères hizo el primer esfuerzo para datar la antigüedad de la cultivación del arroz africano. Basándose en la datación por radiocarbono de los asentamientos megalíticos localizados en humedales dejados por cursos de ríos antes existentes, atribuyó el cultivo de
En ningún otro lugar de las Américas fue tan importante el papel económico del arroz como en Carolina del Sur. Según el testimonio de John Stewart uno de los primeros colonos, el cultivo del arroz por los esclavos para su subsistencia había comenzado en la primera década de asentamiento de la colonia de Carolina en 1670 (Wood,
Unos cien esclavos africanos acompañaron a los primeros europeos que llegaron a Carolina del Sur desde Barbados en 1670. En dos años, los esclavos formaron una cuarta parte de la población de la colonia; para 1708, la población negra excedía el número de la blanca (Wood,
Las crónicas históricas indican múltiples introducciones de la semilla del arroz entre 1685 y el principio de la década de 1690, unas deliberadas y otras casuales. Dentro de los tipos de semilla cultivados tempranamente en Carolina del Sur había uno de color rojo: “uno llamado Arroz Rojo, en contraposición al blanco, del rojo de su cáscara o piel [salvado] aunque los dos se limpian y se ponen blancos” (Salley,
Una crónica que sobrevive del periodo de asentamiento temprano sugiere, incluso, otro mecanismo para la introducción del arroz a la colonia, uno que probablemente estableció el
un barco Portugués llegó, con esclavos del este, con una cantidad de arroz considerable, al ser la provisión del barco: este arroz lo tomaron alegremente los Carolinos a cambio de un suministro de su propio producto. Este cargamento inesperado fue distribuido, lo que renovó el espíritu de la empresa, pero no fue suficiente para suministrar la demanda de aquellos que hubieran querido plantarlo (Collinson,
La mención de la abundancia de arroz como la provisión del barco de esclavos hace poco probable que su fuente fuera otra que África Occidental. Este arroz era definitivamente el
El arroz llevado a bordo de los barcos de esclavos sirvió como semilla, pues parece haber sido comprado por esclavos en la costa africana occidental como arrozal (con cáscaras incluidas). La evidencia de archivos disponible, aunque escasa, sugiere que el cereal fue entonces molido para su consumición por las esclavas africanas. En una entrada de un diario a bordo del barco de esclavos
¡Ay! Qué escena de miseria y angustia es un barco cargado de esclavos cuando llueve. El rechinar de las cadenas, los quejidos de los enfermos y el hedor de todos es casi insoportable…se tiran a dos o tres esclavos por la borda un día sí y otro no cuando mueren de fiebre, flujo, sarampión, todos juntos como gusanos. Todo el día rechinan las cadenas o el sonido del armero que sujeta con remaches a un pobre diablo que acaba de llegar a los grilletes pesados y mortificantes. Las mujeres esclavas en una parte del barco golpean el arroz con morteros para limpiarlo y cocinarlo
Mientras que los esclavos de Carolina continuaron plantando “arroz de Guinea” en sus jardines para la comida hasta principios del siglo diecinueve, la economía de exportación de Carolina se había cambiado hacía mucho tiempo al arroz asiático (Drayton, (1802)
Una evaluación de las crónicas de archivo y fuentes secundarias revela los numerosos antecedentes africanos a la producción de arroz en Carolina. Hay una correspondencia asombrosa entre sistemas de trabajo de la tierra. Una forma de cultivo, procesamiento y métodos de cocina idéntica emergieron en la colonia, basados en instrumentos y artilugios de la cultura del arroz. Incluso el sistema de trabajo que apareció en las plantaciones de Carolina, como se discute en la próxima sección, sugiere la agencia africana en el desarrollo del cultivo. A pesar de la naturaleza fragmentaria de la historia temprana sobre el arroz en la colonia de Carolina, los tres tipos de sistemas de arroz son evidentes para 1730.
El cultivo inicial del arroz como cereal de subsistencia se planteó como complemento con la crianza de ganado. El arroz alimentado por la lluvia, que crecía en boques despejados, fue común al principio del siglo dieciocho. Los esclavos talaban pinos para leña y extraían el alquitrán, el betún y la resina que se vendían para sellar los barcos (Otto,
El aumento dramático de esclavos en las primeras décadas del siglo dieciocho—de tres mil en 1703 a veintinueve mil en 1739—proporcionó a los propietarios de la plantación la fuerza de trabajo suficiente para limpiar pantanos y desarrollar una economía floreciente al cultivo de arroz en pantanos en tierra adentro de alto rendimiento (Wood,
Una de las referencias más tempranas al significativo cambio en el uso de la tierra en la producción del arroz de Carolina apareció en 1738. Un documento sobre la venta de una tierra por William Swinton de Winyah Bay, en Carolina del Sur revela el énfasis cada vez mayor en el arroz cultivado por las mareas: “cada uno [de los campos] contiene tanto caudal, que daría para dos campos y 20 negros, se llena de agua dulce con cada marea y, por lo tanto, no está sujeta a sequías”
Los propietarios de las plantaciones sabían que muchos de sus esclavos habían cultivado arroz, antes de convertirse en esclavos; eran conscientes, también, de qué grupos étnicos africanos se especializaban en su cultivo. Este conocimiento provenía de su contacto sostenido con los esclavos al dar forma a la frontera de Carolina y su dependencia en cultivar alimentos de primera necesidad para su supervivencia mutua. Los anuncios de periódico revelan esta conciencia, al anunciar ventas inminentes de esclavos que estaban familiarizados con la cultura del arroz. Un periódico de Charleston anuncia la venta de 250 esclavos “de la costa de arroz y de a barlovento, valorados por su conocimiento de la cultura del arroz”. Otro del 11 de julio de 1785 anunció la llegada de un barco danés con “una elección de cargamento de negros de las costas de a barlovento y la costa dorada, que han estado acostumbrados a plantar arroz” (Clifton,
Como su prototipo (el sistema de arroz mangle), un propietario de plantación de Carolina observó que la plantación de marea era una ‘enorme máquina hidráulica’ que dependía de un “aparato de niveles, puertas, cajas, canales, paneles, zanjas que necesitan habilidad y coherencia para funcionar” (Doar,
La preparación de un humedal para el cultivo de arroz seguía principios significativamente parecidos a aquellos del sistema del arroz mangle. Primero, los esclavos construían diques alrededor de terrenos en forma rectangular de las marismas. El campo de arroz estaba lo suficientemente protegido para prevenir que cayera encima el agua de la marea. La tierra que se quitaba en el proceso resultaba en un canal adjunto, mientras que las compuertas que se construían en los diques operaban como válvulas para las inundaciones y el drenaje. Cuando se abría en marea alta, el agua entraba para inundar el campo. Al cerrarse en marea baja, el agua quedaba en la cosecha. Al abrirlo otra vez en marea menguante, el exceso de agua salía de la tierra. El agua del río entraba en diques secundarios. El sistema funcionaba exactamente igual que el arroz mangle en África.
En las plantaciones de Carolina, a las compuertas de les llamaban “trunks”, por haber dependido las colonias, al principio, del método africano para hacer circular agua en el perímetro del arroz. Se construían a partir de troncos de árbol huecos con un tapón que se ponía en un extremo antes de ser reemplazados por puertas que colgaban en vertical en el periodo colonial (Hilliard,
Otros artefactos también arrojan luz sobre los antecedentes africanos. La azada es el artículo agrícola primario usado a través de toda la zona de arroz del África Occidental. Indispensables para el trabajo de las mujeres en la cultura de arroz africana, hay dos versiones, una larga usada para la preparación del campo y otra corta para el trabajo más minucioso y para desherbar. Grabados y pinturas diferentes sobre las plantaciones de arroz americanas del periodo colonial representan esclavos, generalmente mujeres esclavas, que llevan o están trabajando con la azada larga. Las crónicas escritas sobre la cultura del arroz de Carolina mencionan también el uso de azadas cortas, de cuatro y ocho pulgadas de longitud, para el trabajo minucioso de los terrenos (Lewis,
Otras tres técnicas de las plantaciones de Carolina también revelan los antecedentes africanos. Las mujeres sembraban arroz por toda el África Occidental. Esto también era trabajo de las mujeres esclavas. El sembrado también incluía echar semillas a la tierra en las zanjas y usar el pie para cubrirla. Un origen africano es también evidente en un segundo, aunque menos común, método de sembrado, que conllevaba cubrir las semillas en arcilla antes de plantarlas. La técnica es similar a la que se practicó durante mucho tiempo en África Occidental, donde las mujeres envolvían las semillas en estiércol de ganado y/o barro para protegerlas contra pájaros, insectos y parásitos microbianos. Una tercera práctica de cultivo africana se adoptó en las plantaciones de Carolina. Esta práctica consistía, según un plantador, en que el arroz se sembrara directamente en el agua dulce de los humedales, en lugar de trasplantarlo (Allston,
Otro grupo de técnicas que subrayan la importancia de la pericia en la materia de las mujeres esclavas en la historia del arroz de Carolina es la manera de moler y cocinar el arroz. Durante la mayor parte del periodo colonial, el arroz fue molido en un mortero de madera a mano y aventado en cestas que se llevaban en la mano. Hasta la llegada de los artefactos mecánicos conducidos por el agua, durante la segunda mitad del siglo dieciocho, el molido del arroz se hacía de la forma africana con un mortero de madera, a mano y de manera vertical, de la misma manera que las mujeres han procesado la comida de manera tradicional en todo el continente africano. El procesamiento del arroz también conlleva el desquite de las cascarillas que no se pueden ser digeridas, un proceso conocido como aventar. En la región africana del arroz, el aventar implica poner el arroz que ha sido molido a mano, una mezcla de granos y cascarillas vacías, en cestas circulares y poco profundas. Los granos y las cascarillas se rotan dentro y se tiran al aire, lo que deja los granos con la cascarilla más pesada dentro de la cesta. La economía del arroz del Sur de Carolina seguía este mismo método.
Incluso el mismo estilo de tejer las cestas usadas para aventar mostraba un origen africano, como ha establecido Dale Rosengarten. En un análisis comparado de las tradiciones de tejer cestas africano y nativo americano, Rosengarten enlaza las cestas hechas para aventar con una tradición derivada del África Occidental. Las cestas de los indios del sureste empleaban un diseño hecho de trenzas o sargas, que tienen unos orígenes diferentes. Las cestas para aventar, en contraste, tenían formas de bucle. A través de un análisis de los estilos de tejido en las colecciones de cestas en museos de Europa y Norte América, Rosengarten localiza el prototipo de la cesta para aventar en la región de Senegambia en África, que aparecía en múltiples comentarios europeos sobre la cultura del arroz desde el siglo dieciséis (Rosengarten, 1997).
Los métodos para cocinar el arroz revelan asociaciones adicionales con África. La cocina de plantación de Carolina prefería la separación entre los cereales, de la manera en que los platos de arroz africanos se cocinan típicamente. Los platos de arroz de manera similar se cocinaban con habichuelas (el plato de “hoppin’ John”, basado en frijoles de ojos negros, una planta africana) y con frecuencia añadían ocra, otra planta nativa de África. Las mujeres africanas también desarrollaron un método de cocina del arroz de cocerlo a medias, otro nombre para el arroz “converted”, que hoy en día se vende bajo el nombre de “Uncle Ben’s Converted Rice”.
Esta evaluación de los métodos, artefactos y prácticas de cultivo y proceso revela la transferencia de un sistema entero de la cultura de arroz del África Occidental a la colonia del Carolina del Sur desde el final del siglo diecisiete. A través de grupos étnicos especializados en el cultivo del arroz y el conocimiento especializado de las mujeres, el arroz se enraizó en el borde occidental del océano Atlántico. La importancia del conocimiento del arroz y su difusión de acuerdo al sexo es un recordatorio riguroso de cómo la esclavitud desmontó un sistema de cultivo africano para servir las necesidades de la economía de exportación de plantación. En los sistemas africanos, el cultivo del arroz en medios agrícolas diversos aseguró la subsistencia y redujo el atascamiento de las labores de trabajo. La historia del arroz de Carolina revela cómo el uso de la tierra cambió como respuesta a la demanda del mercado de exportación y la disponibilidad del trabajo de los esclavos. Aunque estaba basado en sistemas de conocimiento de las mujeres, un análisis de la cultura del arroz de Carolina muestra que la división del trabajo basada en género, característica de la producción en África, también cambió con la esclavitud, según se enseñaba a los chicos el cultivo y las técnicas que tradicionalmente habían aprendido las chicas. Algo más que el cultivo del arroz se enraizó en las Américas: un sistema de conocimiento indígena africano que se aplicaba tanto a los campos como a la cocina estableció el cultivo del arroz en las Américas y el cereal que pervive como fundamental para la identidad cultural entre los descendientes de los esclavos que plantaban arroz.
Al intentar establecer los alimentos de primera necesidad favoritos en los pantanos que lo permitían, los esclavos enseñaron a los propietarios de las plantaciones cómo cultivar y moler arroz y cómo poner en práctica el complicado sistema de control del agua que representó una transformación masiva del paisaje. Pero al asignar agencia a los esclavos, queda una duda fundamental. ¿Por qué transferirían los esclavos un sistema de conocimiento de un cereal cuyo cultivo les haría permanecer cinco meses al año en pantanos de malaria y les obligaría a trabajar un número de horas infinitas esforzándose a moler con la mano el cereal para su exportación? La respuesta probablemente tenga que ver con el sistema de trabajo que caracterizaba las plantaciones de arroz.
Un sistema de trabajo poco usual, que no era característico de otros sistemas de plantación americanos, surgió en las zonas de cultivo de arroz de Carolina del Sur y Georgia. Se le conoció como el trabajo por “tareas” para distinguirlo del otro sistema más extendido en la esclavitud, el trabajo por “bandas”. En el trabajo por bandas, los esclavos eran forzados a trabajar del amanecer al anochecer. El sistema de tareas en las plantaciones de arroz sin embargo, asignaba a cada esclavo una tarea en los campos de arroz. Sin desestimar todas las exigencias de trabajo del sistema de labores, para los robustos físicamente, sanos y jóvenes, el sistema de labores significaba que, cuando acababan su tarea, el tiempo que quedaba en el día le pertenecía al esclavo. El completar la tarea significaba tener la oportunidad para dedicar una porción de cada día a actividades que mejoraban la comida de subsistencia como plantar en los jardines traseros, pescar y poner trampas. Al contribuir a la nutrición de todos, estas actividades podían mejorar la subsistencia, nutrición y supervivencia de los esclavos de manera crucial. Está documentado que la división del sistema de trabajo por tareas existía ya desde 1730 en Carolina del Sur, tempranamente en el periodo colonial y en un momento en que se estaba desarrollando el trabajo para crear las plantaciones por marea (Morgan,
La aparición, entonces, de un sistema de trabajo diferente que no era el típico de la plantación de los esclavos en las Américas en las plantaciones de arroz del Sur de Carolina en el periodo colonial temprano añade evidencia indirecta del importante papel africano en el desarrollo del cultivo del arroz ahí. El conocimiento del cultivo del arroz, un sistema agrícola indígena de África Occidental, conocido de algunos de los esclavos del sur de Carolina, proporcionó a los esclavos la habilidad de negociar los términos de su cautiverio. En este sentido, entonces, el sistema de trabajo por tareas puede ser visto como lo que permitió a los esclavos una resistencia parcial a las demandas diarias de su esclavitud durante el periodo colonial, cuando las relaciones de trabajo entre los esclavos y los que les esclavizaban no se habían consolidado todavía. La frontera quedaba abierta todavía y la posibilidad de escapar como esclavo fugitivo o escapar a las comunidades de los nativos era todavía bastante real.
Sin embargo, según la esclavitud se consolidó después de la revolución americana y el cierre de fronteras bloqueó los caminos de escape a la Florida Española, la labor también se incrementó, lo que minó las ventajas conseguidas con la negociación de periodo colonial temprano. El trabajo por tareas, entonces, en las décadas finales de la esclavitud en los campos de arroz no era muy diferente del sistema de trabajos por grupos de otras plantaciones del Sur.
Carolina del Sur y Georgia no son los únicos ejemplos documentados del cultivo por agua de marea fuera del África Occidental. El cereal también se plantó a mediados del siglo dieciocho en Maranhão, Brasil con esclavos importados directamente de la región del arroz de Guinea-Bissau (Correira, 1983). Aunque las plantaciones no pueden compararse con la producción de Carolina, el papel africano en la transferencia del cultivo del arroz al Nuevo Mundo se extendió más allá del sistema de exportaciones. Los esclavos en el Caribe francés cultivaron el arroz con frecuencia en jardines de subsistencia, que estaban plantados al lado de las plantaciones de café y arroz (Morrissey, 1989). En una fecha tan temprana como 1579, un becario español en Tabasco, Méjico escribió comentarios sobre el cultivo del arroz en una zona en la que había esclavos africanos para la producción del tabaco (“Relaciones de Yucatan”,
La cultura del arroz representa un sistema de conocimiento indígena africano que acompañó a la esclavitud en las Américas, a las plantaciones de Carolina del Sur, como el cereal de provisión preferido en el sur de Estados Unidos, Brasil y Cuba; como alimento de primera necesidad para los esclavos fugitivos en las Guineas, Brasil, Méjico, Centroamérica y el Caribe. Y el arroz continúa como alimentos de primera necesidad en muchas de estas áreas hoy en día entre granjeros de descendencia africana mixta. El arroz forma, además, una parte crucial de mucha de la cultura culinaria asociada con la diáspora africana: El Hoppin’ John de la cocina de Carolina, el “gumbo” de Luisiana, los moros y cristianos (arroces y habichuelas) de Cuba y el gallo pinto de Nicaragua. Central a la identidad cultural del Atlántico Negro, el arroz representa un legado importante de África Occidental en las Américas. Su historia en el Atlántico occidental revela que las plantas africanas tuvieron un lugar prominente como provisiones en los barcos de esclavos, así como en intercambios informales de semillas que permitió a los esclavos establecerlas como forma de subsistencia. Representa una manera loable de transferencia de tecnología, bajo condiciones de trabajo forzado difíciles de imaginar. En la historia compartida de esclavitud, comenzó la diáspora africana. Pero la diáspora africana fue una de plantas y de personas, cuya historia sólo hemos comenzado a explorar.
El trabajo de campo se realizó a partir de una estancia de investigación de quince meses desde 1983 hasta 1984, así como en viajes de investigación de tres o cuatro semanas efectuados entre 1987 y 1996.
El conocimiento botánico de un arroz africano nativo se traza en Judith A. Carney
Cabe señalar, sin embargo, que mientras que las cascaras del arroz
Henry Smeathman a Drury, Sierra Leona, 10 de Julio de 1773. MS D.26 Universidad de Uppsala. Agradezco la cita a Starr Douglas, estudiante de doctorado en Royal Holloway, Universidad de Londres.
Anuncios para la venta de tierra fechados el 19 de enero de 1738 publicados en la