Entre los movimientos sociales que emergieron con la crítica de las consecuencias derivadas de la modernización capitalista, se cuentan aquellos que más allá de reivindicar los derechos de los colectivos especialmente victimizados por el mencionado proceso (mujeres, clases populares, razas oprimidas), hacen valer la voz de todo aquello que esa misma modernización presentó como carente de logos y por eso mismo redujo a pura objetividad inerte y explotable. El ecologismo, el animalismo, el veganismo, aparecen en nuestro orden político como un repertorio de estilos de vida y de demandas sociales que reclaman los derechos de lo alter-humano.

Estas iniciativas, en expansión dentro del contexto actual de crisis medioambiental, económica y civilizatoria, ponen en tela de juicio la herencia antropocéntrica occidental. Apuntan hacia un orden nuevo, biocéntrico y posthumanista, donde se diluyen las viejas polaridades entre sujeto y objeto, naturaleza y cultura, sociedad y Universo. Pues bien, acompañando a estos movimientos y orbitando en el mundo del saber y de los estudios académicos, ha surgido en los últimos cuarenta años un campo floreciente; el de las Humanidades Medioambientales. En ese territorio se emplaza el corpulento volumen recientemente editado por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz.

El conjunto, constituido por más de una veintena de trabajos, agrupa a investigadores españoles y extranjeros procedentes de muy diversas disciplinas (Estudios Culturales y Literarios, Filosofía Moral, Antropología, Sociología, Historia Cultural, Historia del Arte, Estudios de Género), donde se advierte la combinación de los tres principales enfoques que han caracterizado al campo de las Humanidades Medioambientales desde su gestación.

En primer lugar la denominada “Ecocrítica”, término acuñado por William Rueckert (“Ecocriticism”) en 1978 para referirse al análisis de las representaciones culturales y literarias de la Naturaleza. Esta línea de trabajo, de raíz anglonorteamericana, ha alcanzado una considerable proyección internacional y cuenta con un nutrido conjunto de asociaciones en distintos países, grupos de investigación, Congresos periódicos, revistas y colecciones editoriales. En España se vincula sobre todo con especialistas procedentes de las áreas de filología inglesa, francesa e hispánica. Una importante representación de los autores del libro procede precisamente de este sector, aglutinado en España en torno al grupo de investigación en Ecocrítica GIECO, con sede en la Universidad de Alcalá de Henares.

La segunda vertiente se conecta más bien con el territorio de la filosofía moral y la bioética. Los estudios sobre ética animal y ética ecológica priman en este caso, contando en España con figuras destacadas como Jesús Mosterín y Jorge Riechmann, descollando Alicia Puleo en el sector más específico del ecofeminismo. Las reflexiones morales acerca de la condición animal tuvieron su punto de partida en la obra pionera de Peter Singer, Animal Liberation (1975), y conocen hoy una pujanza extraordinaria, destacando en España el Centro de Estudios de Ética Animal con sede en la Universidad Pompeu i Fabra.

Por último, el tercer enfoque abarca el ámbito de la historia social y cultural, ampliamente presente en el libro. Este dominio engloba la historia cultural de los animales, la zoohistoria, los denominados Animal Studies y los trabajos sobre historia de la simbología animal. También en este terreno disciplinar abundan los estudiosos españoles reconocidos: la prehistoriadora Rosario García Huerta, el medievalista Francisco Ruiz Gómez, los modernistas José Julio García Arranz y Arturo Morgado o el historiador de la ciencia Juan Pimentel.

Los distintos trabajos recogidos en el volumen se distribuyen en seis bloques temáticos, donde tiende a prevalecer o a combinarse en dosis variadas esta terna de enfoques disciplinares. El primer bloque (“Arranque Metodológico”) lo ocupa en su totalidad un extenso capítulo a cargo de José Tomás García, donde se elabora un marco teórico que da sentido al impulso de las investigaciones ecocríticas; se expone el contexto de gestación de esta tendencia, las necesidades de renovación conceptual de la misma y las futuras pistas de trabajo.

El segundo bloque (“Kiriarquía y Especismo en las Representaciones Culturales”) está constituido por capítulos procedentes del ámbito de los estudios literarios y de la historia, y tienen en común explorar las representaciones de animales que han desempeñado un papel crucial en nuestra cultura: el perro en las fuentes medievales europeas (Lucía Orsanic), los felinos en la obra de Colette (Montserrat López Múgica), la imagen de la ballena en la España moderna (Arturo Morgado) y el “lobo feroz” en la literatura contemporánea (Francisco Javier Macías).

El tercer bloque (“Cosmogonía, Simbología y Economía en la Naturaleza Alter-Humana”) desplaza el foco de atención hacia los efectos de lo alter-humano y especialmente de los animales, en las cosmovisiones, los órdenes simbólicos y el sustento. Se examinan las funciones de la fauna en la mitología mesoamericana (Yolotl González) y en la cosmovisión shuar (Ana Dolores Verdú y Teresa Shiki); el uso icónico de los animales en la prehistoria (Rosario García Huerta) y en la emblemática barroca de los tratados para la educación de príncipes (José Julio García Arranz) y finalmente, en dos trabajos consagrados al Medioevo hispánico, que estudian respectivamente el lugar ocupado por los animales en la dieta (Francisco Ruiz Gómez) y la importancia de la avicultura (Dolores Carmen Moralez).

El cuarto bloque (“Espectáculo y Diversiones desde la Naturaleza Alter-Humana”) lo componen dos estudios centrados en la utilización de los animales para el esparcimiento y la diversión humana. El primero afronta la práctica de la tauromaquia (Lydia de Tienda) y el segundo el uso de las ratas en espectáculos circenses de la España decimonónica (José Manuel Pedrosa).

Los trabajos que constituyen el quinto bloque (“Moral y Aprendizaje. La Visión Alter-Humana en Cuentos, Fábulas y Relatos”) tienen en común la interpretación de la temática animal y alter-humana en distintos tipos de relatos. El primer estudio, de literatura comparada, indaga el asunto en dos novelas contemporáneas: la norteamericana Ishmael y la española Juicio a los Humanos (Diana Villanueva Romero). Vienen a continuación dos capítulos que exploran obras de no ficción; Los Seres Inferiores (1878), un ensayo premiado por la Sociedad Protectora de Animales de Cádiz, leído en el contexto del movimiento proteccionista emergente en la España de la Restauración (José Marchena Domínguez) y un repertorio de ensayos conservacionistas británicos publicados entre 1960 y 1980 (Terry Gifford). Por último se incluyen tres contribuciones que pasan revista a la temática animal y alter-humana en autores específicos: las fábulas de Ted Hughes (Lorraine Kersleke), la poética de Ana María Oreste (Serenella Lovino) y el Frankenstein de Mary W. Shelley (Margarita Carretero González).

El bloque sexto, que cierra el volumen (“Representaciones Culturales Alter-Humanas en Otros Medios”) incluye dos trabajos cuyos corpus de referencia no son puramente textuales. El primero examina la representación de la pugna hombre/Naturaleza a través del análisis de la canción Stranger in a Stranger Land, de Iron Maiden (Marcos José Gálvez López); el segundo se centra en descifrar los entresijos del paisaje escenificado en la filmografía del Wéstern, estudiando el caso de The Hateful Eight.

Este importante compendio de aportaciones en los dominios de la Ecocrítica, de la Historia Cultural de la Naturaleza y de la Ética Ecológica, viene precedido por una atinada introducción, redactada por los editores, donde se cartografía el ámbito disciplinar que da unidad al volumen, y se pone de manifiesto la fecundidad de este género de investigaciones y su extraordinaria proyección en nuestro país.