SUMARIO

  1. NOTAS
  2. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Conocimiento, según el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española significa, en primera instancia, la acción y el efecto de conocer, y a partir de eso en la definición del diccionario se integran otros conceptos: entendimiento, inteligencia, razón natural, noción, saber o noticia elemental de algo; cuya denotación, usualmente se asocia a ideas construidas culturalmente con un sentido positivo, bueno, mejor. Conocer y saber invisten a alguien de autoridad, le hacen un experto y le distinguen de los otros que no saben, los que ignoran, los que no tienen acceso a la luz, a la iluminación platónica. Quizá sea por eso que, mientras la palabra conocimiento tiene, al menos, diez definiciones distintas, la ignorancia, tiene sólo dos: cualidad de ignorante y falta de conocimiento. No hay más, todo se define por la línea del saber. El que ignora no sabe y quien no sabe, quien no conoce, no puede ver. No ve el que no tiene los ojos que se despiertan por el conocimiento y que seguramente son esos mismos a los que se refería José Saramago en su Ensayo sobre la ceguera, cuando decía “Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, Ciegos que ven, Ciegos que, viendo, no ven” ( ‍Saramago, José (2010), Ensayo sobre la ceguera, Barcelona, Alfaguara.Saramago, 2010, p. 416).

En el mismo texto, el autor portugués afirma “Los ojos no son más que unas lentes, como un objetivo, es el cerebro quien realmente ve” ( ‍Saramago, José (2010), Ensayo sobre la ceguera, Barcelona, Alfaguara.Saramago, 2010, p. 152) y aprovechando la retórica cabe decir, también, que es el cerebro al final quien termina definiendo lo que es visible, diferenciándolo de lo invisible. En el plano físico, un conjunto de objetos extraños se puede mirar, y a partir de procesos fisiológicos, la persona puede distinguir visualmente formas y colores, luces, sombras o texturas sólo con el uso de los ojos; mientras en lo metafísico, la visión significativa del ser humano, aquella con la que se interpreta y se dota de sentido al mundo material, sólo ejercerá sobre lo que reconoce, sobre lo que conoce. Lo que en ese plano es visible será sólo lo que pertenezca al mundo del conocimiento, mientras que lo invisible será siempre lo que se ignora; porque ¿cómo ver; cómo distinguir; cómo significar y cómo apropiarse de algo que no se sabe que existe?

El libro que hoy me toca presentar aquí, justamente trata dilemas asociados al conocimiento y la ignorancia, lo visible y lo invisible de la ciencia y la cultura médica en las orillas trasatlánticas y algunas islas intermedias, entre los siglos XVI y XVII.

Este volumen, que como sus coordinadores nos cuentan en la introducción, surgió como resultado del simposio internacional “De la circulación del conocimiento a la inducción de la ignorancia. Historia de las plantas medicinales (siglos XVI-XVII)”,

El seminario se desarrolló como parte de las actividades de los proyectos de investigación: La construcción cultural de la ignorancia (agnotology) en torno a las plantas medicinales en México (XVI-XIX), coordinado por Angélica Morales en el CEIICH-UNAM y Cultura médica novohispana: circulación atlántica, recepción y apropiaciones, coordinado por José Pardo en el IMF-CSIC.

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plantea como principal línea de reflexión el concepto Agnotology o inducción cultural de la ignorancia, propuesto por Robert Proctor y Londa Schiebinger ( ‍Proctor, Robert N.; Schiebinger, Londa (2008), Agnotology. The making & unmaking of ignorance, Stanford, Stanford University Press.2008) para cuestionar por qué determinados conocimientos desaparecen y otros permanecen vigentes en las narrativas de la historia; reconociendo que, así como hay agentes que propician el desarrollo del conocimiento, también los hay en los caminos que fomentan la aparición del olvido y la ignorancia.

Conocimiento e ignorancia se pueden entender y mirar en esta propuesta como el equivalente a lo que en las artes visuales son fondo y figura; positivo y negativo; luz y sombra; de nuevo, visible e invisible. Binomios que normalmente aprendemos o interpretamos con claves maniqueas, polarizadas y opuestas que obstruyen el intento de una percepción neutral y nos impiden ver que, más que las dos caras de una misma moneda, son conceptos que permanentemente se tocan y coexisten al mismo tiempo y sobre un mismo plano. Por lo que la diferencia entre unos y otros, como todo en este mundo, dependerá siempre de la subjetividad de quien los ve.

La idea de construcción o inducción de la ignorancia que proponen Proctor y Schiebinger, y que retoman todos los autores del volumen que aquí se presenta, es complementaria y no opuesta, a la reflexión que en su momento hizo Karin Knorr-Cetina ( ‍Knorr-Cetina, Karin (1999), Epistemic Cultures. How the Sciences Make Knowledge, Cambridge, Harvard University Press.1999) sobre las “Culturas Epistémicas”; pues si la autora propuso reflexionar a profundidad en las sociedades de conocimiento, las culturas asociadas por el conocimiento y las maquinarias epistémicas para mirar y pensar las transformaciones que éstas han tenido dentro de la cultura occidental, Proctor y Schiebinger piden con la agnotología que sólo que cambiemos el foco y que, con el mismo objetivo, miremos el fondo -la ignorancia- en lugar de la figura -el conocimiento-.

El volumen coordinado por Angélica Morales Sarabia,

Investigadora en el programa de Investigación Historia de la Ciencia. Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (CEIICH-UNAM).

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José Pardo Tomás

Investigador científico en la Institución Milá y Fontanals del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

‍[3]
y Mauricio Sánchez Menchero

Investigador en el programa de Investigación Estudios Visuales y Culturales. CEIICH-UNAM.

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se inserta en la misma línea de textos que apuestan por el cuestionamiento y la recuperación de lo soslayado, lo invisibilizado y lo olvidado en el mundo de las ciencias occidentales; temas que comienzan a ser una constante historiográfica y que han sido tratados ya por autores como Steven Shapin ( ‍Shapin, Steven (1994), A Social History of Truth. Civility and Science in Seventeenth-Century England, Chicago, The University of Chicago Press, pp. 355-‍408.1994) en su reflexión sobre los “Técnicos Invisibles”, Donna Haraway ( ‍Haraway, Donna (2004), Testigo_Modesto Segundo_Milenio @ HombreHembra_Conoce_ Oncoratón. Feminismo y tecnociencia, Barcelona, UOC.2004) y su crítica a los llamados “Testigos Modestos” de la ciencia o Chandra Mukerji ( ‍Mukerji, Chandra (2008), “Women Engineers and the Culture of the Pyrenees”, in Making Knowledge in Early Modern Europe: Practices, Objects and Texts, 1500-‍1800. Chicago: University of Chicago Press, 2008) y el conocimiento de las mujeres sobre las prácticas de ingeniería en los Pirineos, por citar sólo a algunos y sin mencionar aquí todo lo que con este mismo objetivo se ha hecho igualmente en los estudios poscoloniales y de género que inciden en las problemáticas de la ciencia.

También, los autores de los capítulos que conforman este libro siguen una segunda línea en la que buscan expandir la mirada para ubicar, observar y analizar no sólo fuentes primarias de origen diverso, sino lugares distintos o alternativos en las prácticas médicas de los siglos XVI y XVII; “nuevos espacios de intersección”, como ellos los llaman citando a David Gentilcore ( ‍Morales Sarabia, Angélica; Pardo Tomás, José (2017), “Introducción”. En Morales Sarabia, Angélica; Pardo Tomás, José; Mauricio Sánchez Menchero (coords.), De la circulación del conocimiento a la inducción de la ignorancia. Culturas médicas trasatlánticas, siglos XVI y XVII, México, UNAM, Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano, pp. 1-‍16. Morales y Pardo, 2017, p.2), en los que los saberes híbridos y los llamados por Susan Leigh-Starr ( ‍Leigh-Star, Susan y James R. Griesemer (1989) “Institutional Ecology, ‘Translations’ and Boundary Objects: Amateurs and Professionals in Berkeley’s Museum of Vertebrate Zoology, 1907-‍39”, Social Studies of Science, 19 (3), pp. 387-‍420.1989) “boundary objects” nacían, se formaban, transitaban y coexistían en el contexto Ibérico e Iberoamericano. Espacios privados y públicos, definidos en su momento por David Livingstone ( ‍Livingstone, David (2003) Putting Science in its Place, Chicago, The University of Chicago Press.2003) como “arenas” físicas y discursivas, en las que varios actores podían compartir las primeras y muy pocos las segundas, pues el “abismo epistemológico” definía, precisamente, quiénes podían participar de las prácticas y rituales a partir del conocimiento y la ignorancia, o de la validez y autoridad que otorgaba el primero y restaba la segunda.

Y si bien el libro discurre sobre la inducción y la construcción cultural de la ignorancia, también lo hace sobre la circulación, que en algunos casos quizá fue más bien un tránsito, de conocimientos asociados a la materia médica y el arte de la sanación en España, Nueva España y las Islas Canarias; reivindicando la existencia de lo que José Pardo ha llamado “medicina de la conversión” ( ‍Pardo Tomás, José (2014) “La medicina de la conversión”: el convento como espacio de cultura médica novohispana”. En Pardo Tomás, José; Sánchez Menchero, Mauricio (eds.) Geografías médicas. Orillas y fronteras culturales de la medicina (siglos XVI y XVII), México, CEIICH-UNAM, pp. 17-‍74.Pardo, 2014) y mostrando con distintos casos lo que en la introducción al volumen se ha nombrado “cultura medica novohispana” ( ‍Morales Sarabia, Angélica; Pardo Tomás, José (2017), “Introducción”. En Morales Sarabia, Angélica; Pardo Tomás, José; Mauricio Sánchez Menchero (coords.), De la circulación del conocimiento a la inducción de la ignorancia. Culturas médicas trasatlánticas, siglos XVI y XVII, México, UNAM, Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano, pp. 1-‍16. Morales y Pardo, 2017, p. 1).

Como cualquier otro constructo humano, la práctica médica, incluso la novohispana, ha producido desde siempre una cultura material que resulta del proceso de hacer tangible aquello que pertenece al mundo de las ideas científicas y, como tal, es un elemento indispensable al momento de hablar de tránsito, circulación, apropiación, imbricación y transformación del saber -o de la ignorancia, en su caso-. Por consiguiente, la polifonía que prometen desde el inicio los coordinadores del volumen no implica solamente a los actores humanos y protagonistas de las historias, a saber, religiosos, médicos, indígenas informantes, chamanes, curanderos, boticarios, mujeres, pintores, mercaderes, tratadistas y cronistas; sino a una variedad de entes que también adquieren y reivindican su voz en los procesos epistémicos al ser no sólo objetos, sino instrumentos de estudio; móviles mutables e inmutables que transitan el tiempo y el espacio conteniendo capas de información objetiva y simbólica que se desvela respondiendo a los intereses de los sujetos que los manipulan. Así, los objetos de la cultura médica novohispana aparecen, en las narrativas de cada uno de los nueve capítulos que conforman el volumen, en forma de libros y manuscritos, representaciones visuales de corte religioso y etnográfico, piedras bezares, plantas y árboles, sahumerios y pipas, recetarios, documentos legales, obras pictóricas y literarias, sucedáneos, animales, estrellas y planetas que conforman un corpus material y documental propio de la práctica médica novohispana e ibérica.

En los capítulos, las reflexiones van sobre una pluralidad de temas tan grande como la cantidad de autores que el volumen contiene y se da forma a un cuerpo de conocimiento -o de ignorancia- de aristas múltiples en el que surgen también multiplicidad de preguntas que pueden partir de los temas leídos en forma independiente o de la conexión que se pueda establecer entre un texto y otro; pues siempre es posible encontrar conexiones entre las piedras bezares, Francisco Hernández y la medicina astrológica; entre el tabaco, la locura y las representaciones religiosas de una Virgen posada sobre un árbol canario; o bien entre los armadillos, la teriaca y el uso de las purgas como estrategias curativas. Temas, objetos y personajes que se insertan en las narrativas de los autores del volumen que se presentan con el siguiente orden:

José Pardo Tomás comienza la primera sección con una cita al Tratado breve de medicina de Fray Agustín Farfán que hace referencia a las propiedades curativas de los armadillos y pone en la mesa una de las grandes discusiones historiográficas contemporáneas: la incorporación del “arsenal terapéutico indígena” a los saberes médicos occidentales ( ‍Pardo Tomás, José (2017), “Y los remedios serán los más caseros”. El arsenal terapéutico mesoamericano en la obra de Fray Agustín Farfán: Entre la desconfianza y la expropiación”. En Morales Sarabia, Angélica; Pardo Tomás, José; Mauricio Sánchez Menchero (coords.), De la circulación del conocimiento a la inducción de la ignorancia. Culturas médicas trasatlánticas, siglos XVI y XVII, México, UNAM, Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano, pp. 17-‍47.Pardo, 2017, p. 30).

Edith Llamas, por su parte, se decanta por observar la obra escrita de los jesuitas José de Acosta, Bernabé Cobo, Eusebio Kino y Andrés Pérez de Ribas, detonando la reflexión con el uso médico de las tan buscadas y preciadas en su día, piedras bezares.

Emma Sallent, cierra la primera sección, dedicada al saber y la ignorancia generados por las órdenes religiosas, hablando de las crónicas realizadas por los agustinos Juan de Grijalva y Esteban García, quienes contribuyeron a la medicina de la conversión retratando escenas de enfermedad y muerte asociadas a conceptos religiosos como la voluntad divina y los poderes diabólicos.

Tomando un camino paralelo, Peter Mason recupera las imágenes religiosas para hablar del tránsito de saberes botánicos entre las Islas Canarias y el resto del mundo ibérico. Mason inicia su relato con un pasaje que vincula a Hernán Cortés con Francisco Hernández y los ahuehuetes, con la finalidad de conducirnos al análisis de algunas imágenes dedicadas a distintas advocaciones de la Virgen en las que aparecen árboles y aguas milagrosas, haciendo hincapié en los fenómenos de apropiación, transformación y reinterpretación de los elementos visuales que las conforman.

Mauricio Sánchez Menchero nos habla sobre el Tabaco y los procesos de circulación y apropiación de los que formó parte, buscando la polifonía en diversas fuentes que tocaron el tema de la aceptación y/o prohibición del tabaco como droga adictiva, mirando sus representaciones textuales, tanto como visuales, para rescatar sus distintos usos y hábitos de consumo.

José Ricardo Sánchez se detiene a mirar la teriaca, un antídoto contra todo veneno constituido por ingredientes de tipo animal, vegetal y mineral entre los que podía encontrarse el opio y la carne de víbora, para mostrar una de las principales prácticas científicas: los debates por la validación del conocimiento. Aquí sus protagonistas, que no antagónicos, son los médicos Bartolomeo Maranta y Ferrante Imperato, quienes trabajaron arduamente en demostrar la ineficacia de la sustancia.

Jesús María Galech, por su parte, nos saca de esta esfera para mirar al cielo y reflexionar sobre la medicina astrológica novohispana, haciendo uso de distintas obras de literatura astrológica que, además de ser útiles a la medicina, servían a la navegación, la meteorología y las fechas religiosas. Con ellas nos muestra la relevancia de esta ciencia en un contexto médico que con el tiempo la desechó y la desterró de los cánones científicos.

Los dos últimos capítulos del volumen pertenecen a Teresa Ordorika y Angélica Morales. En el primero, Ordorika rescata las voces femeninas y trae a colación el caso de María Ruiz, habitante de La Palma, en las Islas Canarias, enferma de locura y sujeto de dos procesos judiciales en su contra por herejía. El capítulo analiza “las distintas nociones médicas de la locura esgrimidas por el fiscal, el defensor y los testigos que aparecen en el proceso de la justicia real” ( ‍Ordorika Sacristán, Teresa (2017), “La locura de la dicha mi mujer”. El proceso de la justicia real contra María Ruiz”. En Morales Sarabia, Angélica; Pardo Tomás, José; Mauricio Sánchez Menchero (coords.), De la circulación del conocimiento a la inducción de la ignorancia. Culturas médicas trasatlánticas, siglos XVI y XVII, México, UNAM, Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano, pp. 193-‍214.Ordorika, 2017, p. 194). Por otro lado, el texto de Morales nos habla de prácticas de lectura, que igualmente son científicas, situadas alrededor de piezas literarias de historia natural. Así viaja hasta los países bajos con Joannes de Laet, para observar el tránsito del conocimiento de la naturaleza americana más allá de la península hispana, reivindicando así la producción de conocimientos en la ciencia ibérica y su impacto en el resto de Europa, pero también mostrando las incidencias en la forma de producir saberes cuando se materializan a través de primeras y segundas manos.

El volumen, finalmente, dibuja con palabras no sólo una, sino distintas geografías del saber y la ignorancia; muestra con claridad los distintos aspectos y elementos que configuran las sociedades vinculadas por el conocimiento; y traza con precisión rutas y redes de tránsito alternas que contienen pistas susceptibles de seguirse con otras preguntas y otras miradas, lo cual es en sí una aportación considerable a la historiografía de la ciencia que busca seguir desvelando los entresijos de las culturas y las maquinarias epistémicas no eurocéntricas, para abonar a una historia con narrativas renovadas y cada vez más reflexivas e incluyentes; porque sólo así disminuirá esa ceguera de la que hablaba Saramago y de la que todos quisiéramos escapar.

NOTAS[Subir]

[1]

El seminario se desarrolló como parte de las actividades de los proyectos de investigación: La construcción cultural de la ignorancia (agnotology) en torno a las plantas medicinales en México (XVI-XIX), coordinado por Angélica Morales en el CEIICH-UNAM y Cultura médica novohispana: circulación atlántica, recepción y apropiaciones, coordinado por José Pardo en el IMF-CSIC.

[2]

Investigadora en el programa de Investigación Historia de la Ciencia. Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (CEIICH-UNAM).

[3]

Investigador científico en la Institución Milá y Fontanals del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

[4]

Investigador en el programa de Investigación Estudios Visuales y Culturales. CEIICH-UNAM.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS[Subir]

[1] 

Haraway, Donna (2004), Testigo_Modesto Segundo_Milenio @ HombreHembra_Conoce_ Oncoratón. Feminismo y tecnociencia, Barcelona, UOC.

[2] 

Knorr-Cetina, Karin (1999), Epistemic Cultures. How the Sciences Make Knowledge, Cambridge, Harvard University Press.

[3] 

Leigh-Star, Susan y James R. Griesemer (1989) “Institutional Ecology, ‘Translations’ and Boundary Objects: Amateurs and Professionals in Berkeley’s Museum of Vertebrate Zoology, 1907-‍39”, Social Studies of Science, 19 (3), pp. 387-‍420.

[4] 

Livingstone, David (2003) Putting Science in its Place, Chicago, The University of Chicago Press.

[5] 

Morales Sarabia, Angélica; Pardo Tomás, José (2017), “Introducción”. En Morales Sarabia, Angélica; Pardo Tomás, José; Mauricio Sánchez Menchero (coords.), De la circulación del conocimiento a la inducción de la ignorancia. Culturas médicas trasatlánticas, siglos XVI y XVII, México, UNAM, Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano, pp. 1-‍16.

[6] 

Mukerji, Chandra (2008), “Women Engineers and the Culture of the Pyrenees”, in Making Knowledge in Early Modern Europe: Practices, Objects and Texts, 1500-‍1800. Chicago: University of Chicago Press,

[7] 

Ordorika Sacristán, Teresa (2017), “La locura de la dicha mi mujer”. El proceso de la justicia real contra María Ruiz”. En Morales Sarabia, Angélica; Pardo Tomás, José; Mauricio Sánchez Menchero (coords.), De la circulación del conocimiento a la inducción de la ignorancia. Culturas médicas trasatlánticas, siglos XVI y XVII, México, UNAM, Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano, pp. 193-‍214.

[8] 

Pardo Tomás, José (2014) “La medicina de la conversión”: el convento como espacio de cultura médica novohispana”. En Pardo Tomás, José; Sánchez Menchero, Mauricio (eds.) Geografías médicas. Orillas y fronteras culturales de la medicina (siglos XVI y XVII), México, CEIICH-UNAM, pp. 17-‍74.

[9] 

Pardo Tomás, José (2017), “Y los remedios serán los más caseros”. El arsenal terapéutico mesoamericano en la obra de Fray Agustín Farfán: Entre la desconfianza y la expropiación”. En Morales Sarabia, Angélica; Pardo Tomás, José; Mauricio Sánchez Menchero (coords.), De la circulación del conocimiento a la inducción de la ignorancia. Culturas médicas trasatlánticas, siglos XVI y XVII, México, UNAM, Centro de Estudios Vicente Lombardo Toledano, pp. 17-‍47.

[10] 

Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española, [en línea], disponible en: http://dle.rae.es/?id=AMrJ4zs [consultado el 12/08/2018].

[11] 

Saramago, José (2010), Ensayo sobre la ceguera, Barcelona, Alfaguara.

[12] 

Proctor, Robert N.; Schiebinger, Londa (2008), Agnotology. The making & unmaking of ignorance, Stanford, Stanford University Press.

[13] 

Shapin, Steven (1994), A Social History of Truth. Civility and Science in Seventeenth-Century England, Chicago, The University of Chicago Press, pp. 355-‍408.