RESEÑAS DE LIBROS/BOOK REVIEWS

 

RESEÑA DEL LIBRO "LOS LÍMITES DE LA CIENCIA. ESPIRITISMO, HIPNOTISMO Y EL ESTUDIO DE LOS FENÓMENOS PARANORMALES (1850-1930)"

 

Mülberger, Annette (ed.). Los límites de la ciencia. Espiritismo, hipnotismo y el estudio de los fenómenos paranormales (1850-1930), Madrid, CSIC (colección Estudios sobre la Ciencia), 2016, 346 páginas [ISBN: 978-84-00-10053-7].

 

Como es bien sabido, durante las últimas décadas del siglo XX tuvo lugar una importante renovación de los estudios históricos sobre la ciencia. Desde diferentes tradiciones académicas (la sociología del conocimiento, la historia cultural, los estudios de género, por poner algunos ejemplos significativos) se plantearon propuestas novedosas que vinieron a cuestionar y, finalmente, a superar el viejo debate entre internalismo y externalismo. La ciencia como theoria cedió protagonismo a la ciencia como praxis; la ciencia ya constituida, la “ya hecha” (ready made science), a la ciencia en acción, la “que se está haciendo” (science in the making), según la conocida expresión de Bruno Latour. Este énfasis en las prácticas científicas tuvo consecuencias importantes para la historia de la ciencia, no solo porque facilitó el análisis de las controversias científicas (controversial studies) sino porque mostraron una nueva manera de concebir la “verdad científica”. Una “verdad” que ya no se correspondería con una “realidad objetiva”, sino que sería entendida como un producto convencional y contingente.

En este marco, resultan de gran interés los estudios en torno a determinados saberes periféricos, conocimientos que bordearon la ortodoxia científica, que fueron considerados pseudocientíficos, que estuvieron en “el límite de la ciencia” pero que llegaron a impregnar la sociedad y la cultura en las que se desarrollaron. Es de sobra conocido el intenso debate sobre la significación de la frenología, en Edimburgo a comienzos del siglo XIX, protagonizado por Geoffrey Cantor y Steven Shapin en las páginas de Annals of Science en los años setenta de la pasada centuria. Pero junto a la frenología, otros saberes “periféricos” han sido objeto en los últimos tiempos de investigaciones que están demostrando que el mesmerismo, el hipnotismo, pero también el espiritismo o el ocultismo, fueron construyendo una cultura popular y unas prácticas que generaron debates sociales y científicos importantes. Tan significativos resultan los conflictos, apropiaciones y negociaciones entre el saber académico y las prácticas “profanas”, como el interés de no pocos científicos en ignorar y no “contaminarse” con asuntos que la ciencia consideraba dudosos.

Pues bien, en Los límites de la ciencia se estudia en profundidad uno de esos saberes adyacentes, fronterizos, inquietantes en muchos aspectos. El espiritismo, íntimamente ligado al menos en sus orígenes a los fenómenos paranormales, es el objeto de este libro colectivo que supone, sin ninguna duda, una novedad muy substancial en este tipo de estudios y en las dinámicas historiográficas que he apuntado más arriba. Con algunos antecedentes recientes, como el dossier monográfico sobre “Medicina y ocultismo” que, coordinado por Luis Montiel, Asclepio publicó en 2006, y algunos trabajos previos de las propias autoras y autores que participan en la obra que nos ocupa, me parece que no exagero si afirmo que este libro, editado por Annette Mülberger, puede considerarse una obra pionera y fundamental de la historia del espiritismo en nuestro medio. Mülberger, que además de editora es autora de los tres primeros capítulos del libro y de un epílogo que se plantea a modo de conclusión general, ha sabido reunir a un grupo de reconocidos especialistas que han completado con acierto aspectos concretos, dando lugar a un conjunto coherente y bien estructurado.

Tras un prólogo de Antoni Roca en el que se reflexiona brevemente sobre la ciencia como un fenómeno social complejo, Annette Mülberger acomete la tarea de describir y analizar en los tres capítulos que componen el primer bloque del libro, el complejo proceso que va “Del espiritismo a la parapsicología”. Nos explica, en primer lugar, los orígenes del movimiento espiritista en Estados Unidos, el entusiasmo suscitado por las prácticas espiritistas, así como las primeras críticas y acusaciones de fraude; la aparición de la figura del médium, y el comienzo de una expansión imparable que pronto llegó a Europa. Se destaca, en este sentido, el papel desempeñado en Francia por Allan Kardec, pseudónimo de un maestro formado en la pedagogía de Rousseau y Pestalozzi y que se convirtió en el líder espiritual del movimiento, siendo capaz de proponer una doctrina espiritista más próxima a la ciencia que a la religión, pero también de poner en marcha una serie de empresas como sociedades espiritistas, revistas, etc., que popularizaron y propagaron el espiritismo en otros países. La llegada a España de las ideas de Kardec son analizadas por Mülberger en un capítulo muy interesante en el que se analizan debates y controversias de envergadura, como la que se produjo entre Amalia Domingo Soler -médium, escritora y una de las figuras más relevantes del espiritismo en España (junto a otros personajes tan heterogéneos como el catedrático de Metafísica y Lógica Manuel Sanz y Benito, o el vizconde Antonio de Torres Solanot)- y el diputado católico Vicente Manterola. La autora sitúa dicho debate en el marco del más complejo enfrentamiento entre el espiritismo y la iglesia católica, un conflicto analizado en el contexto español pero que no fue, ni mucho menos, específico de este país.

Un buen ejemplo de la expansión del espiritismo en el estado español puede ser la celebración del Primer Congreso Internacional Espiritista en 1888, con sede en Barcelona. Annette Mülberger analiza de forma exhaustiva sus Actas y nos ofrece páginas muy interesantes que demuestran la preocupación del movimiento espiritista por la reforma social. Algunas propuestas aprobadas en el Congreso, que aquí solo enumero pero que la autora desarrolla con detalle, son: el derecho a una educación laica y mixta; la mejora de las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera; la defensa del laicismo y la secularización; la rehabilitación de los penados en las cárceles y el rechazo a la pena de muerte; defensa del pacifismo y el cosmopolitismo, etc. Todo un descubrimiento que permite ubicar a dicho movimiento espiritista en el amplio abanico de opciones progresistas comprometidas con el cambio social.

El primer bloque del libro se cierra con un capítulo, también firmado por Annette Mülberger, que se ocupa del interés de los científicos por los fenómenos paranormales. Los espiritistas, lejos de apelar a una creencia intuitiva y acrítica, apelaron al diálogo con los científicos. Resulta de gran interés cómo prestigiosos hombres de ciencia -el biólogo evolucionista Alfred R. Wallace o el químico William Crookes, entre otros- se adhirieron a la causa espiritista después de observar y valorar atentamente numerosas sesiones y a pesar de la distancia crítica que la mayoría de sus colegas mantuvo hacia estas prácticas. La importancia de la tecnología en el intento de comprobar la existencia de fenómenos paranormales es señalada por la autora, desde el “aparato psíquico” de Crookes hasta el laboratorio del Barón Schrenck-Notzong. Los estudiosos del espiritismo y de lo paranormal no fueron ajenos a la fascinación por la ciencia y la técnica, como abanderadas del progreso, propia del tránsito del siglo XIX al XX. Resulta especialmente interesante el papel que se otorga al laboratorio de Schrenck-Notzong (que funcionó antes y después de la Gran Guerra) en el inicio de la parapsicología, de modo que el espiritismo y lo paranormal, unidos indisolublemente hasta ese momento, comenzarían a seguir caminos diferentes.

Además, las diversas posiciones sobre la condición patológica de la mediumnidad, son objeto de un análisis muy fino que aborda los contrapuestos enfoques representados por Frederic William Henry Myers –uno de los fundadores de la Society for Psychical Research de Londres- y Pierre Janet, desde la Salpêtrière. Y la Salpêtrière nos remite, como no podía ser de otra manera, a la escuela encabezada por Charcot, pero también a la psicopatología francesa y a la importancia que los estudios sobre lo paranormal llegaron a tener en la elaboración de un modelo teórico para comprender la conciencia humana. Terminemos el comentario a este magnífico capítulo aludiendo a lo que Annette Mülberger llama la investigación psíquica “a la francesa”, para referirse a la importante contribución de Charles Robert Richet y su metapsíquica (lo que más tarde Max Dessoir denominaría parapsicología). La verdad es que impresiona que el que fuera titular de la cátedra de fisiología de la Universidad de París y premio Nobel de Medicina por sus investigaciones sobre la anafilaxia, se interesara de manera tan profunda por la investigación de lo paranormal.

El segundo bloque del libro se ocupa de “La práctica de la mediumnidad, la hipnosis y la clarividencia en España”. La primera contribución de este apartado corre a cargo de Andrea Graus, destacada especialista en la historia de las investigaciones psíquicas y el espiritismo y autora, entre otros trabajos importantes, de un artículo publicado en esta misma revista titulado “¿Dobles o espíritus? Las teorías del desdoblamiento frente al espiritismo en la España de principios del siglo XX” [Asclepio 66 (1), 2014]. Su aportación a Los límites de la ciencia responde a esta línea de trabajo y analiza la conceptualización y la práctica de la mediumnidad en España. Enlazando con el capítulo anterior, se ocupa del interés de los científicos por los médiums y por el fenómeno de la clarividencia. Resulta muy interesante el debate conceptual y la formulación de una la mediumnidad psíquica y otra espiritista. En el primer caso el médium sería el causante de los fenómenos, desempeñando un papel activo que contribuiría a una cierta naturalización y psicologización de los mismos; mientras que para los espiritistas el médium tendría un papel instrumental y pasivo, un mero canal de comunicación con los espíritus. La diferencia no es baladí pues implica un cambio conceptual de gran calado que ilustra de qué manera la mediumnidad se convirtió en objeto de estudio y discusión científica cuya consecuencia, según nos explica Andrea Graus de manera convincente, fue la apropiación de tal fenómeno por parte de la ciencia y las investigaciones psíquicas.

El segundo capítulo de esta grupo es de Ángel González de Pablo y analiza las estrategias de legitimación de la hipnosis médica en España. Con una dilatada y muy solvente trayectoria como historiador de la medicina, González de Pablo viene trabajando estos últimos años en la historia del hipnotismo. En 2003 coordinó, junto a Luis Montiel, En ningún lugar, en parte alguna. Estudios sobre la historia del magnetismo animal y del hipnotismo (2003), libro importante y pionero de este tipo de estudios en España. En esta ocasión nos ofrece un sugerente análisis del proceso mediante el cual los médicos interesados por la hipnosis se esforzaron en persuadir a sus colegas del rigor científico y técnico de su práctica (“consolidación” en el seno de la profesión); pero de convencer también a otros agentes sociales de la pertinencia de su utilización en ámbitos como el judicial o el pedagógico (“colonización” de espacios de saber y poder no médicos); y de procurar, finalmente, el descrédito de la charlatanería y de cualquier práctica hipnótica no científica (“exclusión” de todo lo que contaminara o hiciera dudar del marchamo científico que el hipnotismo debía tener). Un análisis que me recuerda, con las variantes adecuadas a este estudio de caso, lo que en otras ocasiones hemos llamado “organizar y persuadir: estrategias profesionales y retóricas de legitimación de la medicina mental”.

La metapsíquica, entendida como un proyecto científico que se declaraba al margen de toda doctrina cosmológica, moral o religiosa, y que se aproximaba al estudio de las manifestaciones espiritistas desde la ciencia positivista, es objeto del capítulo de Mónica Balltondre. Un tema que ya había estudiado, junto a Annette Mülberger, en un importante artículo sobre “Metapsychics in Spain” publicado en 2012 en la revista History of the Human Sciences. En su texto, Balltondre nos ofrece un acercamiento muy original e interesante a la práctica de la metapsíquica a través de un estudio de caso concreto: los experimentos psíquicos y las investigaciones sobre telepatía y clarividencia llevados a cabo por un peculiar personaje: el marqués de Santa Cara. La autora da cuenta de los debates en torno a las supuestas habilidades de su hijo –Joaquín Argamasilla- para ver a través de los objetos opacos, aceptadas por personalidades como Charles R. Richet, Blas Cabrera o Torres Quevedo, consideradas un fraude por Harry Houdini (cuando coincidieron en Nueva York) o explicadas como un fenómeno de autosugestión del marqués y su primogénito por Gonzalo Rodríguez Lafora. Especialmente brillante y esclarecedor me parece el análisis que Balltondre realiza en torno a una construcción tecnocientífica de la clarividencia, que interpretaba las visiones como transmisiones o sintonizaciones similares a las radiofónicas. No cabe duda que las novedades técnicas (radio, telégrafo, cinematógrafo, etc.) introducían un nuevo vocabulario –el de las ondas electromagnéticas- que favoreció la metáfora explicativa de los contactos con lo oculto.

Finalmente, los dos últimos capítulos del libro recogen aportaciones que abordan contextos geográficos y culturales diferentes al español, lo que puede permitir al lector considerar una cierta dimensión comparativa. Nicole Edelman es una gran especialista en analizar espacios de intersección cultural, donde lo político, lo religioso y lo científico se entrecruzan de manera compleja. Es autora, entre otros trabajos, de Voyantes, guérisseuses et visionnaires en France, 1785-1914 (1995), de Histoire de la voyance et du paranormal: du XVIIIe siècle á nos jours (2006), pero también de una obra, que a mi entender es fundamental en su producción, como Les metamorphoses de l’histérique (2003). Su aportación al libro que nos ocupa es tributaria, como es lógico, de estos trabajos previos. Especialmente sugerente resulta, a mi juicio, el interés de Jung, más que el de Freud, por el fenómeno de la videncia y el ocultismo, pero también el fenómeno cultural que supuso la eclosión en Europa de prácticas como la astrología o el tarot, o la popularización de los horóscopos.

Por su parte, Michaul D. Gordin publica en Los límites de la ciencia una versión actualizada del capítulo 4 de su libro A Well-ordered Thing: Dmitrii Mendeleev and the Shadow of the Periodic Table (2004) y narra, esta vez en castellano, el debate que tuvo lugar a partir de 1875 en el seno de una comisión creada en San Petersburgo para estudiar los fenómenos espiritistas. Se analiza el papel desempeñado en dicha comisión por el espiritista Aksákov y por el célebre químico Mendeléyev, mundialmente conocido por la tabla periódica de los elementos. Gordin termina proponiendo toda una reflexión sobre el lugar de la ciencia en la sociedad moderna.

El libro se cierra, como ya se dijo, con un Epílogo conclusivo y muy oportuno de Annette Mülberger y con unos apéndices, uno de poesía espiritista y otro de definición de conceptos que pueden facilitar la lectura al lector no familiarizado con la materia abordada.

Hasta aquí una reseña que ha pretendido situar al potencial lector de Los límites de la ciencia en algunos de los contenidos y de las claves que, a mi juicio, resultan más relevantes. Sin duda hay muchas más y, como siempre, cada uno puede hacer su propia lectura de una obra que es muy trasversal y que aunque diseñada y ejecutada desde la historia de la ciencia, con seguridad interesará a historiadores de la psicología, de la medicina y la psiquiatría, de la física,…pero también a historiadores culturales, antropólogos o a los que trabajen en el ámbito de los estudios culturales o la sociología histórica; sin olvidar a un público más extenso porque, en el fondo, Los límites de la ciencia supone, en mi opinión, una aportación fundamental a la historiografía, pero también una contribución muy estimable a la cultura científica, en un sentido más amplio.

Rafael Huertas
Instituto de Historia, CSIC

 

Copyright: © 2016 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Attribution (CC BY) España 3.0.