RESEÑAS DE LIBROS/BOOK REVIEWS

 

RESEÑA DEL LIBRO "O ASILO E A CIDADE: HISTÓRIAS DA COLÔNIA JULIANO MOREIRA"

 

Venancio, Ana Teresa A.; Potengy, Gisélia F. (Organizadoras). O Asilo e a cidade: Histórias da Colônia Juliano Moreira, Rio de Janeiro, Garamond Universitaria, 2015, 335 páginas [ISBN: 9788576174097].

 

El libro organizado por Ana Teresa Venancio y Gisélia Franco Pontegy es el resultado de varias investigaciones en torno a la Colônia Juliano Moreira. En esta obra han participado antropólogas, historiadores, urbanistas, sociólogos y algunos doctorandos. La monografía ha sido posible gracias a diversos proyectos financiados por la Casa Oswaldo Cruz/Fundaçao Oswaldo Cruz (COC/Fiocruz) que tratan de preservar el patrimonio histórico y cultural de la salud y ciencias biomédicas, investigadores del Campus Fiocruz da Mata Atlántica y del Instituto Histórico da Baixada a Jacarepaguá (IHBAJA), así como algunas disertaciones de maestría. Esta institución psiquiátrica, asentada en la zona rural en la región de Baixada de Jacarepaguá en el oeste de Rio de Janeiro, comenzó a funcionar en 1924 con el nombre de Colônia de Psicopatas Homens - Jacarepaguá. En 1935 pasó a ser denominada Colônia Juliano Moreira, en honor al médico homónimo que contribuyó a otorgar una mayor dimensión científica y asistencial a la psiquiatría en Brasil.

Está compuesto por ocho capítulos que tratan de reconstruir, desde diferentes ámbitos, la importancia de esta institución, cuyo modelo era de un hospital-colonia que desarrollaba la terapéutica por el trabajo. Este establecimiento que, a partir de 1990, entró en un proceso de deterioro, no se mantuvo al margen de los tratamientos farmacológicos, las terapias de choque o las lobotomías. Una institución en el imaginario popular, recogida en la popular canción Neurastenico, compuesta en de 1954, y que repetía “preciso me tratar, senao eu vou para Jacarepaguá”.

En el primer capítulo Renato de Souza Doria realiza un extenso análisis de los conflictos que generó la organización de las tierras en el Sertao carioca a lo largo del siglo XX. Los labradores del oeste de Rio de Janeiro lucharon contra los usurpadores de tierra –grileiros–, que respondían a los intereses de empresarios, banqueros, abogados, policías y otros agentes de la administración local. El autor realiza, a través de la prensa, una reconstrucción de los enfrentamientos contra estos grileiros, desde los años cuarenta hasta el golpe militar de 1964.

Renato Gama-Rosa Costa y Ana Paula Casassola Gonçalves, especialistas en urbanismo, se ocupan de la evolución de la colonia, en el segundo capítulo. Remontándose al siglo XVII, analizan arquitectónicamente los pabellones, inspirados en las colonias rurales que el director del Hospicio Nacional de Alienados Juliano Moreira (1873-1933) había tratado de implantar décadas antes. El texto se acompaña de mapas y fotos, dedicando especial atención a las estancias para tuberculosos, abordadas en otros dos apartados.

El capítulo tres rescata la narrativa de algunos internos ingresados en torno a 1940, que no siempre se veían a sí mismos como enfermos mentales. Entre otros sentimientos, relataban sus opiniones, positivas y negativas, sobre el presidente de la República, Getulio Vargas, apodado “padre de los pobres”, que visitó la institución. Janis A. Pereira Cassilia reproduce, incluso alguna instantánea fotográfica de la visita del controvertido presidente, publicada en el Anais de Assistencia a Psicopatas, periódico oficial del gobierno que luego se convirtió en Arquivo do Serviço Nacional de Doenças mentais.

Los siguientes capítulos se ocupan del Pabellón Nossa Senhora dos Remedios, destinado a enfermas mentales aquejadas de tuberculosis. En el primero de éstos, Ana Teresa A. Venancio y un grupo de colaboradores, a través de diversas entrevistas, reconstruyen la vida de los habitantes –moradores –, que se instalaron a mediados de los setenta. Dada la información de las fuentes, se agruparon en 12 núcleos familiares y diez de éstos respondieron a los diversos motivos que les llevaron a habitar en la colonia. Estas familias y muchos hijos que nacieron allí, permanecieron hasta el año 2006. El Pabellón Nossa Senhora dos Remedios también es elegido por Anna Beatriz de Sá Almeida y su grupo de trabajo, en el apartado quinto, para analizar las fichas de observación de las mujeres tísicas internadas. Estos documentos recogían la anamnesis clínica, la evolución o cuestiones terapéuticas de las mujeres con sospecha de tuberculosis, que ascendían a 238 casos. Por una parte, se examinan características del perfil sociodemográfico como la edad, el color de la piel, estado civil o profesión y, por otra, se describen los diagnósticos y la constitución, según la clasificación de Kretschmer. La famosa tipología del psiquiatra alemán Ernest Kretschmer (1888- 1964), que relacionaba la constitución física, el temperamento y determinadas enfermedades psíquicas, estudiadas en las enfermas del Pabellón Remédios, donde predominaban la constitución leptosómica, asociada a la esquizofrenia.

Sigrid Hoppe, en el capítulo seis, rescata las prácticas católicas en la Colonia y la llegada del padre Joaquim del Rodrigues, en mayo de 1953. Este sacerdote incluyó a los pacientes en diferentes actividades e impulsó una coral de niños o la devoción a San Cristóbal, patrón de los conductores.

Muy interesante es la reconstrucción biográfica de Jacinto Luciano Moreira, realizada en el capítulo 7, por Renato de Souza Doria y Leonardo Soares dos Santos. Este miembro del PCB (Partido Comunista Brasileiro) que comenzó como auxiliar de la Colonia y llegó a ser médico de la institución fue denominado “o filho do povo” (hijo del pueblo) por representar las reivindicaciones de labradores, pescadores y otros trabajadores expoliados en el Sertao Carioca. Un “santinho” de raza negra que se presentó a las elecciones de 1947, cuando el país transitaba desde un período represivo y autoritario a otro de mayor libertad.

En el capítulo ocho, André Luiz de Carvalho Braga analiza la asistencia psiquiátrica, entre 1956 y 1960, periodo que, prácticamente, coincide con la presidencia de Juscelino Kubitschek de Oliveira, asociado con una tendencia desarrollista en Brasil. Durante ese periodo se recoge el mayor porcentaje de ocupación de los enfermos mentales, pero además el electrochoque se convirtió en un tratamiento común.

En el último apartado, Gisélia Franco Pontegy y Sigrid Hoppe analizan las transformaciones del espacio de la Colonia, desde el punto de vista sociológico. A partir de los años ochenta, se introduce un abordaje de psiquiatría comunitaria que coincide, además, con la utilización del Hospital Jurandyr Manfredini, cuyo objetivo era tratar de evitar la cronificación de los pacientes mentales. La transformación urbanística incluyó una municipalización del territorio en los 90 y, en la última década, todo el territorio de Jacarepaguá ha sido incluido en las intervenciones del Comité Olímpico de 2016.

En definitiva, el libro realiza un acertado recorrido por diversas áreas de conocimiento (antropología, sociología, medicina....), básicas para enriquecer la historiografía de la Colonia Juliano Moreira y su relación con el entorno socio-cultural donde se asentó. A mi modo de entender, el trabajo mejoraría si aportara alguna comparación con otras instituciones del país y se echa de menos alguna bibliografía internacional para realizar una historia comparada con otras iniciativas similares en diferentes contextos socio-culturales. No obstante la monografía es recomendable como ejemplo de un acercamiento multidisciplinar a una institución psiquiátrica paradigmática de lo que fue un novedoso abordaje de la enfermedad mental en el siglo XX. Sin duda el buen hacer de las editoras ha permitido concentrar el esfuerzo de diversos investigadores en esta interesante monografía sobre la Colônia Juliano Moreira.

Olga Villasante
Hospital Severo-Ochoa, Leganés, Madrid

 

Copyright: © 2016 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Attribution (CC BY) España 3.0.