RESEÑAS DE LIBROS/BOOK REVIEWS

 

Reseña del libro Ciencia y sabiduría del amor. Una historia cultural del franquismo

 

Medina Doménech, Rosa María. Ciencia y sabiduría del amor. Una historia cultural del franquismo. Madrid-Frankfurt: Iberoamericana-Vervuert, 2012, 276 páginas [ISBN: 9788484896845]

 

El amor como saber y práctica es el tema de este libro de Rosa Medina Doménech: Esta “etnografía del pasado emocional”, como la autora lo denomina, se lee como una historia de una emoción de mujeres durante la larga posguerra en la España de Franco. El amor ha solido tomarse como asunto resbaladizo, en buena parte su significado y su consistencia se escurren y resisten la certeza de las definiciones. Ese pudo ser el desafío cuyo resultado es este libro, Ciencia y sabiduría del amor. La autora elude la definición pero en el intento de evitar repeticiones, a lo largo del texto, como también de este mismo, se acuñan expresiones que incluyen significados. El libro habla de quienes hablan de amor, asigna esa práctica sentimental a las mujeres y su análisis médico-psicológico a los hombres con algunas excepciones muy notables y queridas para quien haya estudiado a las mujeres en el franquismo: el libro de Carmen Martín-Gaite, Usos amorosos de la posguerra en España; las obras de María Laffitte, condesa de Campo Alange, y el reconocimiento de la inspiración enorme de Simone de Bouvoir.; y añade un análisis de género del consultorio sentimental.

Rosa Medina explora la psiquiatría como espacio de diagnóstico y tratamiento del amor –parece irresistible achacarle un síntoma enfermizo a esta emoción secular-. Así resulta el amor asunto de mujeres del que escriben los hombres, y ella estudia nombres reconocidos de la medicina psiquiátrica del franquismo: Juan Rof Carballo, Gregorio Marañón, Antonio Vallejo-Nájera. Los saberes son médicos y las prácticas son actos de mujeres en este primer capítulo en el que Rosa Medina analiza la medicalización, la psiquiatrización de una pasión de mujeres, considerada enferma o con tendencia a estarlo.

Esta primera parte del libro es heredera de escuelas y tendencias investigadoras que condensan en su narrativa: la historia de las mujeres, de sus emociones; la de la psiquiatría, de la familia en la posguerra española y mundial, la de la eugenesia. Los temas se incorporan paulatinamente a un texto complejo, inserto en su tiempo, el de las historias culturales post-foucaultianas, de subalteridad y análisis del discurso, temas que creo que deben considerarse productos y agentes, a su vez, de toda una escuela con larga historia que es la historiografía social de la psiquiatría y la salud pública en España.

El libro sugiere que el amor, al ser tema de trabajo de hombres, se convierte en política emocional (55) que pretendió someter a las mujeres. En ese espacio, las mujeres quedaban presas de las normativas del amor. El amor resultó estar gobernado por todas aquellas normas y prácticas culturales que concernían a las mujeres. Rosa Medina toma psiquiatría, psicología y obstetricia como ciencias del amor. Es difícil dejar pasar esa asunción y obviar el título. Qué sería la ciencia y qué el amor como práctica a estudiar está por resolverse. Pero la práctica amorosa, sentimental, y las emociones como agentes de la historia están siempre presentes en las culturas occidentales contemporáneas, en España también.

Se discute lo que se podría llamar una endocrino-psiquiatría del amor: hormonas y cerebro, los instintos y las relaciones con las normas impuestas por la dictadura. Algunos libros autorizados circulaban, y con ellos, cuenta Rosa Medina, la atribución de inferioridad y debilidad de las mujeres. La autora pone en diálogo la historiografía de las hormonas con la de las emociones y los instintos y estas con la historia de la feminidad vista por los hombres dentro y fuera de España. La psiquiatría, sugiere, sería el espacio científico-médico en el que los hombres indagan sobre los sentimientos de las mujeres, que quedan ausentes como agentes del discurso histórico que Rosa Medina reconstruye.

A medida que el libro avanza aumenta el protagonismo de las mujeres en él, agentes ellas de sus propias historias y narrativas sobre el amor. El capítulo sobre Maria Lafitte se adentra en el objetivo de los estudios feministas. Maria Laffitte, mas conocida por como ella misma firmaba, condesa de Campo Alange, escribió con soltura sobre temas relegados y sometidos, y escribió mucho. Rosa Medina la recupera para la historia del amor, en sus textos sobre la igualdad y la guerra entre los sexos –ya solo el término guerra merece exégesis-, las mujeres y el saber, y el papel del amor heterosexual en las parejas. Rosa Medina pone a Laffitte a dialogar con las autoridades intelectuales de su tiempo y al hacerlo la incluye entre ellas de forma que su reconstrucción del discurso de Laffitte devuelve a ésta a la historia intelectual del feminismo como también a la de las mujeres en España. Culta y acomodada, la condesa de Campo Alange se presenta más libre que otras mujeres españolas de las que este libro habla. Y su presencia interpela la interpretación del franquismo como una práctica política de coerción que ocupó todos los espacios de la vida pública y privada de la España: en el escritorio de María Laffitte Franco y sus políticas parecen ignorados. Es contra la feminidad normativa contra la que se expresan con serenidad los textos de Laffitte que Rosa Medina ha seleccionado para citar y articular su propia reconstrucción.

La agencia de las mujeres va en aumento, como he dicho, y para terminar, Rosa Medina elige el consultorio sentimental como género literario que muestra los componentes del mito de una feminidad modelo y el conocimiento propio de las mujeres que lo usan. En ese espacio común entre la subjetividad –la pregunta- y la norma –la respuesta- construye Medina el suyo de análisis de los saberes y las prácticas del amor como experiencias que parecen haberse resistido a la norma en las cartas de las consultoras. Estas se someten a la disciplina, son apresadas por el control que impone las respuestas de la consejera desde un lugar de autoridad. Todos los ejemplos de las consultas a la revista Meridiano femenino entre 1946 y 1960 se ajustan a estereotipos que pertenecen a la historia de las mujeres, al menos en la cultura occidental: lindezas sexistas ajustadas a un modelo impuesto en la posguerra –y no solo en la española dictatorial sino también en las democracias vecinas. En ese tiempo las sociedades se recomponían de la devastación de la guerra enviando a las mujeres de vuelta a casa tras haber sustituido a los hombres en todos los espacios profesionales y productivos. Estos regresaban de las trincheras y la familia se construía como centro afectivo en torno a la figura de la madre, que serían –madre y familia- sostén del orden social y del desarrollo económico. Devueltas a la minoría de edad, las mujeres que escribían en esas décadas a los consultorios y los consejos que recibían por escrito públicamente en las páginas de una revista pertenecen a la categoría de memorias de género.

La cultura del amor, concluye Rosa Medina, fue heterogénea. Las mujeres que vivieron durante la dictadura de Franco hicieron aportaciones al conocimiento sobre los afectos y sus experiencias, añade. Textos médicos escritos por hombres, y ensayos y novelas escritas por mujeres y el consultorio semanal se combinan como fuentes y narrativas a examen para una historia de los sentimientos, las formas de vida y los discursos públicos que exhiben el amor como espacio a disciplinar y en el que contestar ideologías y poderes dominantes. Más que una historia cultural del franquismo, diría que el texto es una aproximación al análisis de los estereotipos de mujer y su contestación por las propias mujeres en el tiempo influyente que fue la larga posguerra, la civil y la segunda mundial, en España.

 

Por María Jesús Santesmases
Instituto de Filosofía, CSIC
Email: mariaj.santesmases@cchs.csic.es

 

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