RESEÑAS DE LIBROS/BOOK REVIEWS

 

Reseña del libro Estudios políticos de la ciencia. Políticas y desarrollo científico en el siglo XX

 

Gómez Rodríguez, Amparo; Canales Serrano, Antonio Fco. (eds.). Estudios políticos de la ciencia. Políticas y desarrollo científico en el siglo XX. Madrid, Plaza y Valdés Editores, 2013, 283 páginas [ISBN: 978-84-15271-56-7]

 

Hablar de ciencias y técnicas en el siglo XX es hablar de políticas y de poder. Los distintos trabajos recogidos en este volumen colectivo muestran la compleja relación que ha caracterizado a lo largo del siglo xx a estas relaciones en el mundo occidental. La idea de que la ciencia y la técnica no pueden ser entendidas al margen del espacio social, político y económico en el que se desarrollan, está presente en cada uno de los textos que conforman el libro. Desde la historia, la filosofía y la política los autores reflexionan sobre cómo los cambios políticos repercuten y condicionan las investigaciones científicas y tecnológicas. Aunque hay interesantes ejemplos a lo largo de la historia que muestran que estas relaciones no son exclusivas del XX -siempre ha habido políticos interesados en el poder de la ciencia y científicos fascinados por el poder político-, sí podemos decir que a lo largo de esa centuria, y sobre todo a partir de la primera gran guerra, las narraciones y los discursos (políticos) desde y sobre las ciencias, las técnicas y las políticas se han hecho cada vez más interdependientes.

Las relaciones entre ciencia y poder es un tema que ha interesado desde hace tiempo a los autores/editores de este libro. En este sentido este volumen es una continuación de un trabajo conjunto anterior sobre Ciencia y Fascismo: la ciencia española de posguerra (Laertes Ediciones, 2009). Si en aquel caso interesó la España de los cuarenta y cincuenta, ahora, además de España, amplían el espacio geográfico y el cronológico con estudios sobre México en la posguerra mundial, Reino Unido en los sesenta, la Unión Soviética de los años treinta y Alemania en los albores del siglo XXI.

Muchas de las cuestiones que se tratan ponen de manifiesto el necesario solapamiento entre ciencia y política y la imposibilidad de hablar de fronteras o espacios estancos entre ciencia y poder. ¿Son iguales las relaciones que se establecen entre ciencia y política en regímenes dictatoriales o en democracias? ¿Qué papel juegan los científicos y qué grado de implicación política pueden llegar a tener sus decisiones? ¿Cómo se establecen las conexiones entre ciencia y poder? ¿Podemos hablar de utilización de presupuestos científicos para intereses políticos? O lo que es lo mismo, ¿se sirve el poder político de la autoridad científica para legitimar sus acciones y decisiones? Estas son algunas de las preguntas que se hacen los distintos autores que colaboran en el volumen. Preguntas que además sugieren reflexiones muy útiles para comprender la actualidad.

El libro comienza explicando el modelo del contrato social para la ciencia, su importancia y validez -aunque ya no pueda ser considerado universal- para analizar las relaciones entre ciencia y política sobre todo a partir de la segunda guerra mundial y las alternativas que a lo largo del XX se han planteado a este modelo. Este modelo que otorga a la ciencia y la tecnología un papel determinante en el desarrollo social de los países, y donde los gobiernos y las comunidades científicas conscientes de ello, negocian, comparten espacios y acuerdan deberes y responsabilidades, dota de marco teórico al conjunto de los trabajos que conforman el volumen.

Las políticas de ciencia que se pusieron en marcha en España de la segunda República a la dictadura de Franco invitan a pensar sobre sistemas políticos -democracias frente a dictaduras- y su influencia en la organización y prácticas de disciplinas como la psiquiatría, la medicina, la eugenesia y la economía. Fueron políticas que influyeron en la institucionalización de las ciencias y en la gestión de las mismas; en la apertura de espacios, como fue el caso de la psiquiatría en las primeras décadas del XX, para que los científicos participaran de esa necesaria regeneración social del país. Políticas que también se dejaron sentir en la construcción de los discursos. Los discursos biomédicos utilizados para justificar determinadas posiciones políticas respecto a las mujeres, y la forma en que fueron recibidas, debatidas e incorporadas las tesis eugenésicas por la esfera intelectual española del franquismo y su estrecha conexión con cuestiones más de carácter político e ideológico que científico, son buen ejemplo del uso de la autoridad y argumentación científicas para legitimar el control y los intereses políticos.

Además de la influencia de las políticas en los desarrollos científicos y del uso que de la ciencia hacen los políticos, el libro también se ocupa de dos temas que hoy día tienen plena actualidad: la llamada fuga de cerebros y las cuestiones políticas que plantean los desarrollos y usos de las nuevas tecnologías.

Estudiar la fuga de cerebros -término que fue usado por vez primera en 1963 por el periódico londinense Evening Standard-, como fenómeno social en Reino Unido desde finales de los años cincuenta a los primeros setenta, tiene gran interés para una lectura contemporánea. En primer lugar estos trabajos ponen sobre la mesa que este fenómeno que hoy día preocupa y ocupa tanto espacio a la opinión pública no es un fenómeno nuevo. El recorrido histórico que nos ofrece el caso inglés por cómo se gestó este término, las distintas interpretaciones que se hicieron de los datos por parte de los diferentes actores y la desigual implicación/preocupación que manifestaron gobiernos frente a la opinión pública, ponen sobre la mesa un problema de gran complejidad que no se puede reducir a cuestiones económicas y profesionales y sugiere interesantes reflexiones para abordar un tema tan actual y prioritario como es el de las migraciones.

El libro termina con una interesante reflexión sobre el Partido Pirata alemán y las cuestiones políticas que plantean los desarrollos y usos de las nuevas tecnologías. Frente a la idea tan extendida de que el uso de estas tecnologías en espacios democráticos amplía las formas de participación ciudadana y favorece el flujo de información y comunicación, este trabajo pone de manifiesto que, al igual que la ciencia, internet tampoco es neutral: su organización y estructura responden a intereses concretos de determinados actores –diseñadores, empresas, clientes, usuarios- y por tanto sujetas a implicaciones políticas.

Cada uno de los interesantes y comprometidos estudios (políticos) que conforman este libro, reflexionan sobre las distintas y complejas formas de intervención que durante el siglo XX han estado expuestos los desarrollos científicos y tecnológicos. Diversidad y complejidad que hacen imprescindible que los estudios de la ciencia moderna y contemporánea se aborden desde la necesaria interacción entre ciencia, científicos y poder político y desde miradas transdisciplinares. Todo ello hace de este volumen una lectura muy sugestiva para quien quiera comprender el presente y participar de nuestra cultura.

 

Por Ana Romero de Pablos
Instituto de Filosofía, CSIC
Email: ana.romero@cchs.csic.es

 

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