RESEÑAS / BOOK REVIEWS

 

Reseña del libro "Breve noticia de la vida del excelentísimo señor don Jorge Juan y Santacilia"

 

Sanz, Miguel. Breve noticia de la vida del excelentísimo señor don Jorge Juan y Santacilia, estudio preliminar, edición y notas de Armando Alberola Romá y Rosario Die Maculet, Alicante, Publicaciones de la Universidad de Alicante, 2013. 234 páginas [ISBN: 978-84-9717-245-5]

 

Se conmemora en 2013 el aniversario del nacimiento de Jorge Juan y Santacilia. No quiero dejar pasar esta fecha sin dedicar algunos párrafos a un personaje central en la historia de la ciencia y la náutica españolas, y europeas. Supone su obra la entrada de la matemática y la física modernas, asentándose a partir de entonces España a un nivel internacional. Su figura se debe comprender dentro de los intentos de la nueva dinastía Borbón por tener un ejército moderno, en el que la educación y la pericia fuesen más importantes que la herencia y el riesgo. Los trabajos de Francisco Andújar mostraron bien estas novedades. La labor de Jorge Juan en la academia y el observatorio de Cádiz y en los nuevos métodos de enseñanza de la náutica, fue de enorme importancia, puesta de relieve por Manuel Sellés y Antonio Lafuente.


Se edita de nuevo hoy la primera biografía de Jorge Juan, la de su leal secretario Miguel Sanz, de la que se hace un magnífico estudio por Armando Alberola Romá y Rosario Die Maculet. Se trata de una aportación más de estos autores a la biografía del marino, tras el análisis en obra anterior de la herencia y el legado intelectual. En su estudio llaman la atención sobre la fama que el marino tuvo en su tiempo, lo que evidencian en un interesante texto de Cartas marruecas de José Cadalso. Se trata de una burla del escritor y militar sobre un personaje anticuado que vive en el recuerdo de las batallas navales españolas. Al parecer, Juan no era muy comunicativo en lo que a aspectos personales se refiere, negándose a ser retratado o a dar noticias de su vida. Pero es notable el esfuerzo que se hace por glorificar la imagen del ilustre marino, así en el deseo de un amigo de sufragar bustos y retratos (grabado y óleo) y del auxiliar Miguel Sanz en mejorar la sepultura, publicar sus escritos y escribir la biografía. 


Como recuerdan los editores, no es el primer relato de su vida, pues el jesuita Andrés Marcos Burriel publica unas páginas de sus primeros tiempos en la Biblioteca valenciana de Ximeno. Sin embargo, la biografía de Miguel Sanz es la primera canonización de la vida del marino. Describe la personalidad de este, señalando sus principales virtudes, el resto de la Breve noticia aborda ya su trayectoria vital presentando los distintos acontecimientos de un modo rigurosamente cronológico pero con un tratamiento desigual y arbitrario que le lleva a explayarse en episodios de importancia menor, descendiendo a lo anecdótico, mientras que despacha con rapidez y sin comentar apenas los de mayor relevancia. (pp. 57-58).


Sin duda, la idea de importancia varía de unas a otras épocas, queriendo el biógrafo señalar sobre todo los aspectos que hacían de Jorge Juan un personaje noble, sabio y leal. También había problemas inquisitoriales y políticos que los comentadores aquí advierten. 


En sus páginas hay muchas referencias a sus abnegados servicios, su valor y sus riesgos, así como a las enfermedades y su accidente, preparación del heroísmo, «la clase de los verdaderos héroes a quienes por obsequio de ambas majestades debemos imitar» (p. 120). Se señala su pertenencia a la Orden de Malta, como Alessandro Malaspina. También su ingreso en la Compañía de Guardiamarinas, fundada por José Patiño en Cádiz en 1717, para interesar y ascender a la baja aristocracia y a los militares, formando una buena oficialidad. Son descritos sus destinos en el Mediterráneo, su acción de héroe y salvador muchas veces repetida, así en Orán, Londres o Perú. Enviado allí junto con Antonio de Ulloa, para ayudar a la expedición de La Condamine a averiguar la figura de la Tierra, como Antonio Lafuente mostró en su tesis doctoral, se produjeron rivalidades de personalidades, de saberes y procedimientos, entre monarquías también, por lo que estas mueven la edición de los resultados, así las ricas ediciones por la imprenta real. 


Muchas páginas se ocupan de la construcción naval, astilleros y diques. Sin duda, el conseguir buenos barcos era vital para el imperio español, basado en sus colonias lejanas. Su actividad fue muy intensa, en una vida no muy larga. El mismo nos lo muestra en carta a su hermana Margarita de 1750: «Ahora me tomo un instante para decirte que he nacido para peregrino, pues aún no he llegado que me mandan y ya quisieran que estuviera fuera» (p. 63). Será así siempre su vida, como insiste en otra carta al Secretario de la Academia de Ciencias de Bolonia en 1765: «Mis ocupaciones en el servicio del Rey de unos años a esta parte me han dado poco lugar para practicar la Astronomía. Esta ciencia pide suma tranquilidad y yo no he podido menos de trasportarme de un arsenal a otro según las urgencias» (p. 70).


Por eso no alcanzó a observar un tránsito de Venus, pero sí se pudo hacer en Cádiz. Faltan siempre libros e instrumentos, el tiempo y la tranquilidad, además de los dineros para sueldos y gastos. Sin embargo, ya en su día, fue valorado en el elogio de Lalande a las instalaciones y las observaciones gaditanas tan valiosas. 


Llama la atención esa limitación a las comisiones y obras, que sin duda se aúnan con las virtudes, propias de toda biografía, pero más en las ilustradas y neoclásicas, que valoran mérito y virtud. Es época de renacimiento de Plutarco, o bien el momento en que el periodista Nipho publica sus edificantes biografías de personajes clásicos. Los jesuitas han impuesto una enseñanza erudita basada en la antigüedad, más o menos profunda. En este estilo escribe Sanz la biografía, haciendo referencia a los apasionados que la solicitan y al público al que se dirige. Desde el puesto de oficial de la contaduría de Marina y secretario del ilustre marino, escribe para glorificar a Jorge Juan. Elogia su seco carácter, mientras Burriel se lamenta de su trato. Resalta la pertenencia a Academias, así la francesa y la inglesa. También Bouguer elogiará la obra del marino en el seno de la francesa.


La marina recoge los papeles que a su muerte deja, considerándolos secretos, y parece incómoda con la cercanía de Sanz a ellos. Pero siempre aducirá este su papel junto a Juan y su carrera no será nada mala. Hace gran esfuerzo por dar a luz sus libros, incluso sus papeles; en el apéndice recoge algunos, llenos de fórmulas, asustado por la requisa oficial hecha. Se insiste en su enfermedad convulsiva y discapacitante, el cólico de Madrid tal vez (Valverde, Nuria (2012), Un mundo en equilibrio. Jorge Juan (1713-1773). Madrid, Fundación Jorge Juan, Marcial Pons Historia, pp. 160-165). También en su enseñanza última en el Seminario de Nobles, que habían fundado los jesuitas en Madrid. Con gran frecuencia estuvo ligado de una u otra manera a la Compañía, tan importante en la ciencia moderna. Ahora se quiere mejorar la enseñanza de la nobleza y los militares, siempre con dificultades, pues estos preferían la batalla al aula. Muere Juan y pronto Sanz estará arrestado en 1774-1775, morirá de fiebre amarilla y será enterrado en fosa común. En fin, el fiel secretario se había apresurado a comunicar al «público» la muerte de su jefe Jorge Juan y pronto este tuvo lápidas, homenajes y sepulcros marmóreos. En Cádiz nunca fue olvidado. 


 

Por José Luis Peset
Instituto de Historia, CCHS-CSIC

 

Cómo citar este artículo/Citation: Peset, J. L. (2013). Reseña del libro "Breve noticia de la vida del excelentísimo señor don Jorge Juan y Santacilia". Asclepio, 65 (2): r013. http://asclepio.revistas.csic.es/

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