Asclepio. Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia 76 (1)
enero-junio 2024, e12
ISSN-L: 0210-4466. eISSN: 1988-3102
https://doi.org/10.3989/asclepio.2024.12

RESEÑAS / BOOK REVIEWS

Luis Montiel

Historia de la ciencia, Universidad Complutense de Madrid, España

https://orcid.org/0000-0002-3992-1371

Dietrich von Engelhardt. Medizin in Romantik und Idealismus. Gesundheit und Krankheit im Leib und Seele, Natur und Kultur. Stuttgart-Bad Cannstadt, Fromman-Holzboog, 2023, 4 vols., 1.962 pp. [ISBN: 978-3-7728-2951-2].

Quienes se interesen por “la medicina en el romanticismo y el idealismo” se encontrarán con una gratísima sorpresa al descubrir la obra así titulada del profesor emérito de la Universidad de Lübeck. Gratísima y algo abrumadora, me apresuro a añadir, dado su volumen; pero sobre todo lo primero, pues en ella se encuentra prácticamente todo lo que hoy puede desearse conocer sobre tan apasionante tema. No en vano viene a ser -ex aequo con Medizin in der Literatur der Neuzeit, reseñado en el vol. 71(2), 2019, de esta revista- el resultado, que no la mera síntesis, de la fecunda actividad intelectual de su autor.

Los cuatro tomos de la obra corresponden a los volúmenes 17,1, 2, 3 y 4 de la meritoria colección Medizin und Philosophie/ Medicine and Philosophy fundada por la profesora Nelly Tsouyopoulos (1930-2005), una de las pioneras en la reivindicación del interés de la, antaño poco valorada, medicina filosófica del romanticismo alemán. El primero y más extenso, Darstellung und Interpretation, es sin duda el más enjundioso por el hecho de ser el resultado de la investigación de cinco décadas, dedicación que deja claro el compromiso de su autor con el campo de investigación elegido en su juventud. Necesariamente había de tratarse de un compendio voluminoso, aunque su estructura temática, fruto de la madurez y del respeto a los lectores, ha librado a von Engelhardt del ennui de tout dire. Mejor aún: seguramente aquí está dicho todo, o casi todo, pero como debe decirse desde la atalaya de unos lúcidos ochenta y dos años. Vayamos, pues, al índice que da cuenta de tal estructura.

A la breve, pero enjundiosa “Introducción: Panorama-Posiciones-Ideas” le sigue un extenso capítulo sobre “Presupuestos históricos y fundamento filosófico”, que comienza situando la medicina del período en relación con las filosofías precedente y contemporánea a ella para extenderse, luego, en el “diálogo con Kant”, la “fundamentación filosófica de la medicina en Schelling” y los temas “Salud, enfermedad y muerte en la Filosofía natural de Hegel”, cerrándose con un apartado que tiene por objetivo, la resultante concepción de “La naturaleza orgánica”.

El tercer capítulo, el más extenso, lleva por título “Temas fundamentales de la medicina en la época romántica”. Mi pasión por el asunto me llevaría a reproducir aquí todos sus epígrafes y subepígrafes, pero me limitaré, como en el resto de casos, a los fundamentales: “Principios, dimensiones y conceptos”; “Autobiografía como espejo entre el yo y el mundo”; “Historiografía de la medicina”; “Patografía: causas, manifestaciones y clasificación”; “El proyecto de psicoterapia de Johann Christian Reil”; “Historia social del estudio de la naturaleza y la medicina en el romanticismo”; “Naturaleza y cultura en el Viaje a Oriente, de Gotthilf Heinrich von Schubert”; y para terminar, “Italia en perspectiva romántica en las imágenes de viaje de Carl Gustav Carus”.

El cuarto capítulo, “Diálogo con el pasado y el presente”, se ocupa, eso sí, solamente del pasado y del presente germánicos, pues sus temas son: “Paracelso ante el juicio de la investigación de la naturaleza y la medicina románticas”, “El significado de Mesmer” para los citados dominios científicos, “Novalis en el contexto historicomédico en torno a 1800”, “Goethe en conversación con los investigadores de la naturaleza y los médicos románticos”, “Alexander von Humboldt en el contexto de la ciencia, la filosofía y el arte” y “Madame de Staël sobre filosofía y medicina”.

El quinto y último capítulo -si hacemos elisión del breve “Resumen y perspectiva” final, contado como sexto-, “Hundimiento, eco y extinción”, recoge la evolución, desde sus años de florecimiento hasta la desaparición del horizonte científico, de la presencia de los escritos médicos de orientación filosóficonatural en dos publicaciones representativas, los Heidelbergische Jahrbücher der Literatur (1808-1832) y los Jahrbücher für wissenschaftliche Kritik (1827-1846), cerrándose con el estudio de dos figuras de transición entre la medicina romántica y la del positivismo: “Johannes Müller y Jan Evangelista Purkynĕ entre la física y la metafísica”.

Creo que merece la pena resaltar, en lo que atañe a este volumen, la presencia de esos capítulos dedicados a las impresiones de viaje de personajes como Schubert y Carus, ejemplo de médicos “románticos” en el sentido menos académico del término en la medida en que pretendieron, de algún modo, realizar en su persona el ideal del uomo universale, sobre todo el segundo, pintor de mérito mayor que el que se le reconoce, a causa de su secuacidad del estilo del maestro Caspar David Friedrich, admirador y biógrafo de Goethe y entusiasta, parcialmente mecenas, de músicos como Schumann y Clara Wieck. No solo por ellos, sino por el modo en que su presencia da aún mayor color y vivacidad a la imagen de la medicina romántica, me parece un acierto que von Engelhardt haya decidido incluir esos estudios en su monumental obra.

El segundo volumen, Anthologie historischer Texte, está estructurado en ocho apartados temáticos, constituidos por textos de los autores citados precedidos por una breve introducción. El primero de ellos trata, como no podía ser de otra manera, de los “Fundamentos y presupuestos filosóficos”, tomado como ejes a Kant, Schelling y Hegel, haciendo eco, como se ve, al capítulo correspondiente del primer volumen. Es común asociar los términos “medicina romántica” y “medicina de la Naturphilosophie”, subrayando el papel rector de la filosofía del segundo de los autores mencionados sobre la nueva teoría de la medicina; pero, como con buen criterio decide von Engelhardt, no se entendería bien cómo se llega a esa medicina de cuño schellingiano si se desconociera el valor pionero del pensamiento de Kant, que desborda los límites de los dos textos transcritos en el volumen: “Singularidad de la Facultad de Medicina” y “La contienda de la facultad de Filosofía con la de Medicina” (entiéndase “Facultad” en un sentido no meramente arquitectónico ni administrativo). Algo semejante ocurre con Hegel, escasamente considerado por los historiadores de la medicina, cuya influencia sobre el pensamiento científico del idealismo fue precisamente subrayada por el autor desde su tesis doctoral. Podría echarse en falta en este capítulo un apartado sobre Goethe, tan admirado por un médico tan conspicuo como Carus y, de manera más problemática -vea, quien esté interesado, la bibliografía al respecto- por Oken. Hay que señalar que esta aparente omisión -enseguida explicaré el calificativo- no es exclusiva del autor. Yo mismo, sin intentar en lo más mínimo equipararme con él, no he llegado a “descubrir” la abrumadora influencia del pensamiento científico de Goethe sobre la medicina romántica hasta leer, hace pocos meses, el libro de Henri Bortoft titulado La naturaleza como totalidad. La visión científica de Goethe. De todos modos, como ya he señalado, la ausencia del autor de La metamorfosis de las plantas y de la Teoría de los colores se compensa, al menos parcialmente, con su presencia en el primer volumen, tanto en la Introducción como en el apartado dedicado al “Diálogo con el pasado y con el presente” al que ya me he referido.

El segundo capítulo, “Ciencias naturales / Medicina. Generalidades” incluye desde textos altamente especulativos, “románticos” en el más tradicional -y trasnochado- sentido del término, como los Fragmentos del legado de un joven físico”, de J. W. Ritter, o la Simbólica de la naturaleza, de G. H. von Schubert, hasta los más ambiciosos desde el punto de vista científico, como Sobre lo que debe exigirse al cultivo venidero de las ciencias naturales, de C. G. Carus, o Temática e importancia de la Biología, de G. R. Treviranus; un texto en cuyo título aparece por primera vez, y de manera programática, el nuevo término que sustituirá a los de “Ciencias naturales” y, sobre todo, “Historia natural”.

El tercer capítulo se centra en los escritos más relevantes sobre “Anatomía y Fisiología”; el cuarto trata de “Patología y Nosología” y el quinto de “Terapia”. Esto, por lo que se refiere a los grandes troncos disciplinares tradicionales de la medicina. Al no poder dedicar demasiado espacio a detalles de menor relevancia, señalaré en este párrafo la presencia de tres textos de muy diferente entidad dedicados a la patología mental: el Tratado sobre los trastornos de la vida anímica o de los desórdenes anímicos y su tratamiento, de J. Ch. A. Heinroth; la Introducción a Sobre las enfermedades psíquicas, defectos congénitos y desarrollo anormal del órgano del alma en general, de A. Haindorf, y La melancolía religiosa de K. W. Ideler. Tampoco quiero omitir, en el apartado dedicado a la terapéutica, de algunas páginas de las Rapsodias de J. Ch. Reil y de La Vidente de Prevorst, de Justinus Kerner.

El sexto capítulo lleva por título “El médico y el paciente”. Hijos de su época, los textos incluidos en él están escritos en su mayoría desde una perspectiva vertical, de la que de algún modo se liberan los dos últimos: Algunas palabras sobre la relación del arte de estar enfermo con el arte de estar sano, de Carus, y Euthanasia, o sobre el modo de ayudar a morir de manera soportable, de Reil.

El séptimo y penúltimo capítulo, tan infrecuente como interesante, titulado “Viajes. El mundo y el yo en diálogo”, incluye tres textos con esta temática de Schubert, Carus y D. F. Koreff. Por fin, el octavo se ocupa de “Historia de la medicina” con cuatro textos de A. C. A von Eschenmayer, D. G. Kieser, H. Damerow y K. J. H. Windischmann que reivindican el valor de la reflexión histórica para la construcción de un nuevo sistema de medicina.

El volumen 17(3), Mediziner der Romantik, recoge, como su título indica, las biografías de cuarenta y tres médicos representativos en desigual medida de la medicina del período. En algún caso, dado el interés del personaje, puede hablarse de “biografía resumida”: médicos como Schubert, Kieser, Carus o Kerner han sido prolijamente estudiados en trabajos monográficos, en ocasiones realizados desde perspectivas ajenas a la historia de la medicina. En otros, sin embargo, nos encontramos con datos a los que resultaría trabajoso acceder sin la aportación del profesor von Engelhardt; datos, por otra parte, no solamente biográficos, pues cada capítulo se completa con una bibliografía de la producción científica del autor, así como con la correspondiente a los trabajos de investigación a él dedicados, escasos en ocasiones, en otras sorprendentemente abundantes, aunque de muy diferente entidad. En todo caso, portadores de información nada desdeñable y testimonio de la curiosidad y el interés de quienes, a lo largo de dos siglos, han decidido acercarse a sus figuras y a sus obras.

El cuarto y último volumen, Forschungsbibliographie, es, como su título indica, una bibliografía de los trabajos de investigación sobre la materia desde 1800 hasta la actualidad. Incluye 6.500 títulos de 3.000 autores; una mina para futuros estudiosos de tan apasionante período de la historia de la medicina.

En resumen: una obra admirable por su contenido que merece también un somero comentario sobre su aspecto físico: se trata de un conjunto de objetos bellos que dan cuenta de la dignidad concedida por la editorial a la obra. Los cuatro tomos, impresos en excelente papel, vienen encuadernados en tela de color azul oscuro e ilustrados con una pequeña viñeta, diferente en cada caso, reproducción de famosas obras de arte: Las edades de la vida, de Caspar David Friedrich, para el primero; un fragmento de Esbozo de una campanilla morada, un clavel y un adonis estivalis; el autorretrato de Goya con su médico Arrieta para el tomo biográfico y Mujer leyendo ante una ventana abierta, de Asta Nørregaard para la bibliografía. Dignísimo atuendo para una obra llamada a marcar una época en su campo y servir de modelo a emular en otros de nuestra especialidad.