Asclepio. Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia 75 (2)
julio-diciembre 2023, e38
ISSN-L: 0210-4466
https://doi.org/10.3989/asclepio.2023.38

RESEÑAS / BOOK REVIEWS

Carmel Ferragud

ILP-Universidad de Valencia

https://orcid.org/0000-0002-9756-9257

Savonarola, Michele. De balneis et termis Ytalię. Edición crítica y estudio de Sergio Pasalodos Requejo. Sismel, Edizioni dell Galluzzo, 2022, 766 pp. [ISBN: 978-88-9290-173-5].

Entre el otoño de 1448 y el verano de 1449 −con un capítulo añadido entre 1460-1462−, el médico paduano Michele Savonarola dedicó a Borso de Este, señor de Castelnuovo de Tortona y futuro marqués y duque de Ferrara, un tratado sobre balneoterapia: De balneis et termis Ytalię. Savonarola se había instalado en Ferrara en septiembre de 1440, después de ser llamado por Niccolò III de Este para ejercer de médico de corte. También por aquel tiempo, se convirtió en profesor del Estudio General de la ciudad. Era pues un médico en la cima de su carrera cuando escribió esta obra, que se convertiría a la postre en el compendio sobre baños más completo de los escritos durante el Renacimiento.

Aunque la obra fuera dedicada a un personaje en concreto, y ello haga suponer que se trataría de un escrito pensado para su uso particular, la obra fue mucho más allá. Seguramente por eso fue originalmente escrita en latín, y tuvo una traducción al italiano −siguiendo una ya muy sólida tradición tardomedieval de vernacularizar textos científico-médicos que podían resultar de gran interés para un público diverso, no necesariamente experto− y, tal vez también otra griega, que se sospecha no llegó a existir, pero que tiene pleno sentido en el contexto renacentista. El uso medicinal de los baños no era ninguna novedad, pero lo que pretendió Savonarola parece estar más relacionado con la medicalización absoluta de estas instalaciones. El médico paduano pretendió con esta obra popularizar su uso, pero también dejar claro que acudir a ellos no se debía hacer sin la supervisión de un médico. Con ello, Savonarola consagraba a la autoridad del galeno una opción terapéutica sobre la que podía pesar la tentación de un uso al margen de la medicina académica. Y, ciertamente, además de la traducción manuscrita, las 16 ediciones de la obra durante los siglos XV y XVI, atestiguan el éxito que alcanzó.

El volumen que nos ocupa presenta por primera vez la edición crítica del De balneis, a partir de tres de las ediciones conocidas, acompañada por su traducción al castellano. Es el resultado de la tesis doctoral de Sergio Pasalodos Requejo, realizada en el seno del grupo de investigación GIR Speculum medicinae, de la Universidad de Valladolid, liderado por Ana María Martín Ferreira, que dirigió esta tesis junto a Cristina de la Rosa Cubo, y que fue defendida en 2021. Gracias a esta labor grupal, un gran número de textos medievales y renacentistas de naturaleza médica han visto la luz en los últimos años.

El libro está estructurado en seis bloques. Empieza con una aproximación biográfica al autor. Savonarola es un personaje bien conocido por la gran cantidad de monografías que sobre él y su prolífica y variada obra (estuvo interesado en temas muy diversos) se han escrito. Por ello, Pasalodos se ha limitado a trazar un rápido perfil biográfico de Savonarola y su obra, citando los numerosos trabajos que a él se han dedicado. Como corresponde, Pasalodos dedica un apartado a analizar el contenido del tratado en sí y posteriormente su tradición textual, con las diversas familias de manuscritos en los que quedó recogido. El cuarto apartado, lógicamente el más largo, está dedicado a la edición y la traducción del texto. El volumen culmina con un glosario y diversos índices, y una extensa bibliografía final.

La obra del paduano, siguiendo las palabras de Pasalodos, se estructura de la siguiente manera: Libro I, organizado en ocho capítulos dedicados a los diferentes tipos de baños; Libro II, consistente en un capítulo sobre la naturaleza y la calidez de las aguas termales, otro sobre los minerales presentes en las aguas, y el capítulo tercero, que es un extenso catálogo sobre los baños compuestos existentes en Italia; la relación entre los baños y los cuerpos celestes, sobre los cánones que deben seguirse para hacer un uso correcto de los baños y el proceso de destilación con alambique, que permitía determinar la composición de las aguas.

Savonarola compuso su obra a partir del conocimiento erudito de las obras clásicas destinadas al tema, y muy en particular siguiendo la tradición avicenista en el género balneario. Pero también hizo gala de un estrecho conocimiento de las aguas obtenido desde el terreno, con una experiencia práctica, experimental, desarrollada por él mismo. De alguna manera se utilizó un doble procedimiento, libresco, pero también empírico, aproximación esta última que no era ajena al mundo medieval, pero que se desarrollaría notablemente durante las siguientes centurias.

El tratado de Savonarola resulta extraordinariamente rico para entender el vigor que la cultura del baño había alcanzado en el otoño de la Edad Media. Muy en particular en un área donde desde la Antigüedad se venía cultivando esta costumbre. Unas aguas que no solo fueron aprovechadas por las personas, sino también para tratar dolencias de los animales. Pasalodos no se ha detenido en abordar la gran cantidad de detalles y matices que aporta esta obra para entender el papel que desarrollaban las instalaciones balnearias en las terapias medicinales, pero también como lugar de esparcimiento, como negocio lucrativo, como emblema de las ciudades… En realidad, el editor de la obra ya había dedicado anteriormente algunos trabajos a ponerla en valor y a señalar los numerosos aspectos que de ella se derivan para el estudio de la sociedad itálica tardomedieval, y por extensión del Occidente latino.

Entre los diversos temas que se desprenden, podemos destacar cuestiones tan interesantes como los estudios de carácter astrológico y muy especialmente alquímico relacionados con las aguas. Conocer la composición de las aguas era fundamental para poder determinar sus usos médicos. El texto pone de manifiesto que la aproximación que se hizo para entender esta composición varió según los autores; para unos el uso del alambique y las técnicas alquímicas era fundamental, mientras que, para otros, como el mismo Savonarola, esta información se debía completar con los propios sentidos del médico.

De las propiedades de estas aguas se derivaba un negocio que no debió ser nada despreciable. Savonarola realiza un catálogo completo que haría las delicias de los avezados turistas; siguiendo a Pasalodos: “expone y estudia cada uno de los problemas que rodean a las aguas termales, como los efectos secundarios, la higiene o la seguridad, dedicando reflexiones a aspectos tangenciales como la influencia de los astros, la decoración de la sala balnearia o el entretenimiento durante el baño”. Pero el interés pecuniario no derivaba únicamente de los usos sanitarios. La alta salinidad de algunos de los manantiales provocó que fueran aprovechados por personajes emprendedores, que diseñaron sistemas particulares para la extracción de la sal y su explotación.

En definitiva, los historiadores de la medicina medieval y renacentista, y cualquier interesado en el periodo, contamos con una fuente más de gran valor, que se hace mucho más cercana a través de la traducción proporcionada.