Asclepio. Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia 75 (2)
julio-diciembre 2023, e36
ISSN-L: 0210-4466
https://doi.org/10.3989/asclepio.2023.36

ENSAYO/ESSAYS

LOS ANIMALES: ALGUNAS LECTURAS RECIENTES

ANIMALS: SOME RECENT READINGS

Anelisa Mota Gregoleti

Universidade Estadual de Maringá

https://orcid.org/0000-0002-1541-5423

Recibido: 27  junio  2023; Aceptado: 17  julio  2023; Publicado: 11 diciembre 2023

Cómo citar este artículo/Citation: Gregoleti, Anelisa Mota (2023), “Los animales: algunas lecturas recientes”, Asclepio, 75(2): e36. https://doi.org/10.3989/asclepio.2023.36

Buoninconti, Francesca. Mira quién habla: cosas que dicen los animales. Traducción: Carmen Ternero Lorenzo. Alianza Editorial, 2022, 413 pp., [ISBN ebook 978-84-1362-894-3].

Brookshire, Bethany. Pests: how humans create animal villains. ECCO Press, 2022, 352 pp., [ISBN ebook 978-0-06-309727-8].

Peña-Guzmán, David M. When animals dream: the hidden world of animal consciousness. Princeton, Princeton University Press, 2022, 259 pp., [ISBN ebook 978-06-91220-10-9].

CONTENIDO

Las formas en que pensamos hoy en día sobre los vínculos entre la humanidad y el mundo natural, entre los humanos y otras especies, han multiplicado los escritos sobre la historia de los animales. Estas nociones cambian, las maneras con que construimos simbólicamente nuestras ideas respecto a los animales y las emociones que nos despiertan condicionan nuestras actitudes hacia ellos. ¿O quizás sea al revés, que nuestras formas de tratarlos modifiquen cómo los vemos?

La comunicación, la forma en que nos relacionamos y definimos en diferentes grupos y pueblos, son acciones constantes para nosotros los humanos, pero ¿qué pasa con los animales? ¿Son capaces de comunicarse o de soñar? En La expresión de las emociones en el hombre y los animales (1872). Darwin señaló que cada postura y expresión facial tenía un significado diferente y podía asociarse con una emoción o un estado de ánimo, y que lo mismo podía aplicarse a muchos animales. Es decir, había una “naturaleza universal” de las expresiones, por lo que muchas expresiones animales se parecían a las humanas y viceversa (2009Darwin, Charles (2009). The origin of species by means of natural selection or the preservation of favoured races in the struggle for life. Cambridge University Press, 6.ª edition.).

Hoy contamos con una especialidad transversal y multidisciplinar que sitúa a los animales y a los seres humanos como su principal objeto de estudio. Es el campo de los Animal Studies, que también puede denominarse “estudio humano-animal” o “antrozoología”. Fue en el siglo XX cuando dicha especialidad comenzó a ganar espacio. Se crearon asociaciones, como la pionera International Society for Anthrozoology (1991)International Society for Anthrozoology (1991), “History about the originals of ISAZ” [en línea], disponible en: https://isaz.net/who-we-are/history.html [consultado el 12/01/2023]., y nacieron revistas, así Anthrozoös (1987)Anthrozoös (1987), “A multidisciplinary journal of the interactions between people and other animals”, Volume 1, Issue 1 [en línea], disponible en: https://www.tandfonline.com/toc/rfan20/1/1 [consultado el 10/01/2023]., Society and Animals (1993)Society and Animals (1993), “History about the Society and Animals Journal” [en línea], disponible en: https://www.animalsandsociety.org/research/academic-journals-2/society-and-animals-journal/ [consultado el 10/01/2023]. o el Journal of Applied Animal Welfare Science (1998)Journal of Applied Animal Welfare Science (1998), “History about the JAAWS” [en línea], disponible en: https://www.animalsandsociety.org/research/academic-journals-2/jaaws/ [consultado el 11/01/2023].. Aquí nos ocupamos de tres trabajos recientes que, a pesar de sus diferentes perfiles disciplinares, tienen un interés común: los animales y las relaciones humano-animales. ¿Cómo los clasificamos? O más bien, ¿cómo es posible que unas sociedades clasifiquen de una forma una especie y otras los hagan de manera completamente opuesta? ¿Por qué un animal es bueno para unos y malo para otros? El libro Pests: how humans create animal villains (2022), escrito por la periodista científica estadounidense Bethany Brookshire, defiende la idea de que la plaga (como la belleza en el refrán inglés) no está fuera, sino en el ojo del observador.

Dividido en cinco partes, en la introducción se justifica la analogía central, pests (plagas), a partir de su empleo en el caso de los gatos, que pueden considerarse alternativamente animales domésticos o terroristas ecológicos cuando están al aire libre, ya que cazan aves y pequeños mamíferos. Visto así, estos felinos, más que villanos, bien podrían considerarse triunfadores en un planeta lleno de pérdidas.

No solo villanos, depredadores o malignos. Algunos animales sobrepasan su maldad individual para considerarse colectivamente nocivos, verdaderas plagas. ¿Por qué una rata dentro de una cocina es un signo de desorden y suciedad y un ratón puede ejercer de mascota en ese mismo espacio? En la primera parte del libro el concepto de plaga se define como algo ajeno a la vida salvaje, un desorden natural como los volcanes o los terremotos, algo a prevenir o a combatir, una empresa en la que el fin justifica los medios.

En la segunda parte Brookshire plantea algunos cambios operados en las relaciones con ciertos animales domésticos a través del tiempo. Antiguamente, el hombre compartía espacio con gallinas, cerdos o palomas, tal y como lo hacemos con perros o gatos. Son animales de compañía, pero también transmisores de enfermedades y agentes patógenos. En la tercera parte, el elefante es tomado como ejemplo paradigmático de animal en riesgo de extinción debido a las injusticias y desigualdades que sostienen nuestras relaciones, en aras de los beneficios económicos.

La idea de plaga, en realidad, viene predeterminada por supuestos y prejuicios humanos, cuando no por creencias, leyendas o fábulas sobre qué es un animal, cómo debe comportarse y cuál es su hábitat natural. A menudo sucede que los hombres penetran en territorios poblados por animales desde hace cientos o miles de años, convirtiéndose en presas, pero ¿quién es la presa y quién el depredador? Habría que escuchar lo que tendrían que decir a este respecto los lobos, los zorros, los tigres y las víboras.

¿Qué distingue a una fiera de una mascota? ¿Cuál es la diferencia entre un éxito reproductivo y una plaga? Los gatos son un buen ejemplo de estas disyuntivas en diferentes períodos históricos, ya que han sido adorados, honrados, odiados y cazados por igual. Pero mientras que su estatus social ha cambiado, el gato no lo ha hecho. Los gatos hacen lo que siempre hicieron: cazar animales pequeños, acostarse a descansar y reproducirse. Lo que realmente ha cambiado -defiende Brookshire- es nuestra religión, nuestra cultura, nuestra perspectiva.

Desde el punto de vista de la evolución, la comunicación animal también nos ofrece un buen número de interrogantes. En cualquier lugar donde haya vida animal, y no solo humana, hay mensajes de todo tipo flotando en el medio ambiente. Los animales se comunican de muchas maneras (sonidos, señales olfativas o visuales) y en muchas situaciones diferentes: para reconocerse, resolver conflictos, delimitar territorio o advertir de un posible enemigo.

El libro Mira quién habla: cosas que dicen los animales (publicado originalmente como Senti chi parla: Cosa si dicono gli animal en 2021 y traducido al castellano por Carmen Ternero Lorenzo) es obra de la naturalista francesa y experta en comunicación científica Francesca Buoniconti, ganadora del Premio Piazzano 2019 por su trabajo de divulgación sobre biología y naturaleza.

Dividida en tres partes, la obra arranca con una pregunta provocadora: ¿Qué dicen los representantes del reino animal? Hay animales que hablan cantando, como los pájaros, y otros que, como las ballenas, entonan dialectos transmitidos de generación en generación. Hay animales que se comunican con sonidos; otros que se expresan a través de colores, poses, olores, signos misteriosos y zumbidos. Luego están todas las comunicaciones relacionadas con el campo sexual. En todos estos casos, se trata de comunicación entre individuos de la misma especie, es decir, comunicación intraespecífica. Pero siempre hay alguna excepción que confirma la regla. Las aves, por ejemplo, entienden bien la voz de alarma de muchas otras especies además de la suya. Por supuesto, esto constituye una gran ventaja adaptativa, pues multiplica sus posibilidades para huir cuando se avecina el peligro.

En la primera parte Buoninconti se ocupa de la búsqueda de significados que la selección natural y la sexual han ido moldeando a lo largo del tiempo: las danzas en forma de diálogos, los colores como signos para señalar a un posible depredador sobre su peligrosidad, el contraste entre el blanco y el negro, etc. Los colores también ayudan a distinguir el sexo del animal, como es el caso de los escudos anales de las gacelas, los ciervos y los corzos, que cambian con las estaciones.

Los humanos reconocemos a alguien cuando escuchamos su voz. Los murciélagos hacen lo mismo. Por lo tanto, las señales de ecolocalización, que se utilizan principalmente para la orientación y la caza, también llevan información “personal” sobre el individuo, una especie de tarjeta de identidad con historial médico de su estado general de salud.

En cuanto a la potencialidad sonora de quienes hablan, Buoninconti aborda cómo uno de los animales más grandes de la Tierra, la ballena azul, puede emitir algunos de los sonidos más bajos y poderosos del mundo, mientras que el canto de los pájaros es considerado uno de los signos más “honestos” del mundo.

Hablando de la frecuencia y potencia del sonido de los pájaros, nuestra autora cita el caso de aquellos que literalmente se ven obligados a gritar para ser escuchados debido a la contaminación acústica de las ciudades. Además, sucede que el número de aves en el espacio urbano crece de manera simultánea a cómo el hombre penetra en medios naturales. Lo mismo les ocurrió a las orcas, que tuvieron que aumentar la duración de sus llamadas sociales debido al aumento del tráfico de grandes embarcaciones turísticas.

Buoninconti cita que, en Australia, donde hay más de 240 especies diferentes de ranas amenazadas por el cambio climático, la pérdida de hábitat y las enfermedades, existe una aplicación digital, el Shazam de ranas, creado por el Museo Australiano y el Departamento de Medio Ambiente para un proyecto de ciencia ciudadana. Llamado FrogID330, es una aplicación móvil gratuita con la que se puede grabar el sonido de la rana y averiguar de qué especie se trata, con sus fotos y categorías. Los datos recopilados en este censo colectivo de canciones ayudan a los investigadores a obtener un mapa preciso y saber cómo están las ranas, qué especies están disminuyendo y cuáles no.

Las épocas del año y las horas del día son registradas también por los sonidos de los animales. La hora de la mañana es cuando las aves machos cantan en la temporada de reproducción, debido a que es una hora tranquila y porque han pasado toda la noche ayunando, el mejor momento para mostrar equilibrio. ¿Qué pasa con los lobos? ¿Realmente aúllan a la luna? Es un mito: los lobos aúllan al amanecer y al atardecer, porque los tiempos coinciden con la partida y el regreso de la caza.

En la tercera parte se cuenta cómo la comunicación de los animales no se compone solo de sonidos, canciones, poses y colores. El sentido del olfato, con buenos y malos olores, juega un papel importante a través de mensajes químicos, pequeñas moléculas o compuestos capaces de señalar los límites de un territorio, convocar a los miembros de una colonia, asegurar que los individuos se reconozcan entre sí y hacer que una pareja siga un rastro de “perfume”.

Las marcas odoríferas, ya sean heces, orina o secreciones de glándulas aromáticas, sirven para delimitar el territorio y proporcionar información a los congéneres sobre la identidad. Cualquiera que haya tenido un gato en casa sabe perfectamente cómo funcionan estas prácticas.

Como su título indica, When Animals Dream: The Hidden World of Animal Consciousness, trata de ciertos debates transdisciplinares sobre la rica vida interior y el subconsciente de los no humanos. Su autor, David M. Peña-Guzmán, es experto en estudios de animales, conciencia, historia y filosofía de la ciencia. Dividido en cuatro partes y tejido en torno a la relación entre sueños, delirios y alucinaciones, el libro aborda una cuestión tan fascinante como problemática: ¿pueden soñar realmente los pulpos, los lagartos, los elefantes y los búhos? ¿Y los peces? ¿Pueden soñar los peces pese a no dormir?

En la primera parte, Peña-Guzmán trata de rebatir el menosprecio con que entendemos y evaluamos a los animales, ese conjunto de ideas heredadas que les arrebata capacidades y facultades. Así, mientras que en el siglo XIX muchos rebajaban sus capacidades cognitivas, en el siglo XX fue común representar sus vidas como deficientes, aburridas, desnudas, despreciables. Los animales eran seres que no podían tener lo que nos es propio: una vida interior significativa.

¿Existe una diferencia cualitativa entre los sueños de los humanos y los de otros animales? En la segunda parte do libro, Peña-Guzmán describe cómo algunos animales exhiben patrones de comportamiento similares a los de los humanos mientras sueñan, como la respiración y los movimientos rápidos de ojos, lo que sugiere que pueden estar procesando información o reviviendo experiencias pasadas. Para probar estos patrones, los investigadores hacen electroencefalografías (EEF): colocan electrodos en las cabezas de los animales dormidos en la fase REM (Rapid Eye Movement) y analizan la actividad cerebral para registrar cómo sueñan los animales.

Naturalmente, lo que sabemos sobre los sueños humanos impregna y coloniza nuestra exploración de los sueños animales, un dominio por tanto donde la filosofía siempre estuvo presente. Los sueños de los animales son competencia de los etólogos, los biólogos y los neurólogos, pero también de los filósofos o los psicoanalistas. Los sueños y la conciencia son territorios muy transversales.

La tercera parte, finalmente, trata de cómo la imaginación está vinculada a los sueños, las alucinaciones, y la pretensión lúdica, la expresión del deseo subconsciente de relajación y actos imaginativos. Esos actos interconectados con sentimientos y sensaciones son relatados en la cuarta parte del libro. Jugando con las palabras y conectando lo que creemos ser, modifica ligeramente la célebre frase de Descartes, “Sueño, luego existo” (Peña-Guzmán, 2022, p. 188).

Aun con enfoques diferentes, los animales son abordados bajo la concepción de que pueden hablar, imaginar, alucinar y soñar. Bethany Brookshire, Francesca Buoniconti y Peña-Guzmán, estudiosos de la historia de los animales, dirigen sus exploraciones sobre los vínculos entre el Homo Sapiens y el resto de los animales a la luz de perspectivas amplias, complejas y pertinentes. ¿Compartimos las mismas capacidades físicas y mentales? La respuesta está en las conductas cotidianas, conforme al entendimiento entre especies, para buscar la explicación de por qué nos familiarizamos con ciertos animales y demonizamos a otros.

FUENTES DE FINANCIACIÓN

 

Este estudio fue financiado en parte por la Coordenação Aperfeiçoamento Pessoal de Nível Superior -Brasil (Capes)- financiación Código 001.

BIBLIOGRAFIA

 

Anthrozoös (1987), “A multidisciplinary journal of the interactions between people and other animals”, Volume 1, Issue 1 [en línea], disponible en: https://www.tandfonline.com/toc/rfan20/1/1 [consultado el 10/01/2023].

Darwin, Charles (2009). The origin of species by means of natural selection or the preservation of favoured races in the struggle for life. Cambridge University Press, 6.ª edition.

International Society for Anthrozoology (1991), “History about the originals of ISAZ” [en línea], disponible en: https://isaz.net/who-we-are/history.html [consultado el 12/01/2023].

Journal of Applied Animal Welfare Science (1998), “History about the JAAWS” [en línea], disponible en: https://www.animalsandsociety.org/research/academic-journals-2/jaaws/ [consultado el 11/01/2023].

Society and Animals (1993), “History about the Society and Animals Journal” [en línea], disponible en: https://www.animalsandsociety.org/research/academic-journals-2/society-and-animals-journal/ [consultado el 10/01/2023].