Asclepio. Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia 75 (1)
enero-junio 2023, e09
ISSN-L: 0210-4466
https://doi.org/10.3989/asclepio.2023.09

ESTUDIOS / STUDIES

A. K. WOLLSTONECRAFT: UNA ILUSTRADORA BOTÁNICA DEL SIGLO XIX EN LA ISLA DE CUBA. PRINCIPALES DATOS BIOGRÁFICOS Y UNA APROXIMACIÓN A SU OBRA SPECIMENS OF THE PLANTS AND FRUITS OF THE ISLAND OF CUBA (1826)

A. K. WOLLSTONECRAFT: A BOTANICAL ILLUSTRATOR FROM THE 19TH CENTURY ON THE ISLAND OF CUBA. MAIN BIOGRAPHICAL NOTES AND AN APPROXIMATION TO HER WORK SPECIMENS OF THE PLANTS AND FRUITS OF THE ISLAND OF CUBA (1826)

Elisa Garrido

Universidad Autónoma de Madrid

https://orcid.org/0000-0002-1789-8764

RESUMEN

Nancy Anne Kingsbury Wollstonecraft nació en octubre de 1781. Los primeros datos que tenemos sobre ella la sitúan en Estados Unidos, desde donde viajaría a Matanzas (Cuba), residiendo varios años allí y trabajando en una gran obra de botánica ilustrada, hasta su muerte, el 16 de mayo de 1828. La obra de Nancy Anne Kingsbury Wollstonecraft -a partir de ahora, A. K. Wollstonecraft- comprende observaciones sobre más de cien especies vegetales de la Isla de Cuba, datos sobre la etimología de su nomenclatura, usos y aplicaciones de las plantas, así como datos sobre los hechos históricos que la rodean y sus propias reflexiones personales. Esto convierte a esta obra en un manuscrito extraordinario que transita entre la ciencia, el arte y el relato de viajes. En este artículo se presentan las principales referencias de los datos biográficos conocidos hasta el momento y un análisis introductorio a su obra botánica ilustrada.

Palabras clave: 
Arte; Ciencia; Ilustración botánica; Estudios de género; Estudios visuales.
ABSTRACT

Nancy Anne Kingsbury Wollstonecraft was born in October 1781. The first information we have about her places her in the United States, where she would travel to Matanzas (Cuba), residing there for several years and working on a great manuscript on illustrated botany, until her death. death, May 16, 1828. The work of Nancy Anne Kingsbury Wollstonecraft -A. K. Wollstonecraft- includes observations on more than one hundred types of plants on the Island of Cuba through botanical classification, it also includes data on the etymology of its nomenclature, uses and applications, and data on the historical facts that surrounding their own personal reflections; which makes this work an extraordinary manuscript that travels through science, art, and travelogues. This paper explores the main references of the biographical data known to date and an introductory analysis of her illustrated botanical work.

Keywords: 
Art; Science; Illustration; Botany; Gender studies; Visual studies.

Recibido: 15  febrero  2020; Aceptado: 10  mayo  2022; Publicado: 24 mayo 2023

Cómo citar este artículo/Citation: Garrido, Elisa (2023), “A. K. Wollstonecraft: una ilustradora botánica del siglo XIX en la isla de Cuba. Principales datos biográficos y una aproximación a su obra Specimens of the plants and fruits of the Island of Cuba (1826)”, Asclepio, 75(1): e09. https://doi.org/10.3989/asclepio.2023.09

CONTENIDO

LA FAMILIA WOLLSTONECRAFT Y SUS REDES CULTURALES ENTRE DOS CONTINENTES

 

Nancy Anne Kingsbury Wollstonecraft (c. 1781-1828) fue una ilustradora botánica y escritora, comprometida con las ideas liberales y los derechos de las mujeres. Viajó desde Estados Unidos a Cuba, a principios del siglo XIX, donde trabajó en la creación de un tratado botánico titulado Specimens of the plants and fruits of the Island of Cuba. El manuscrito, una obra de gran magnitud que se ha datado en 1826, consta de tres tomos, con más de doscientas páginas de texto y en torno a ciento veinte ilustraciones en las que se catalogan multitud de especies botánicas descritas por ella. La obra está firmada por “Mrs. A. K. Wollstonecroft”1 Al revisar el manuscrito original, la escritura de la firma parece indicar “Wollstonecroft” en lugar de “Wollstonecraft” lo que hacía todavía más confusa su atribución. A lo largo del texto se utilizan diversas variantes con erratas de su nombre, tal y como se reprodujeron en los textos que se mencionan. y se consideraba desaparecida, hasta que fue identificada por Emilio Cueto (2018)Cueto, Emilio (2018), Specimens of the Plants & Fruits of the Island of Cuba: A presentation on the 190-year-old unpublished manuscript of botanical illustrations by Nancy Kingsbury Wollstonecraft, conferencia del 8 de noviembre de 2018 [en línea], disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=9NkMxON28o4&ab_channel=UFlibraries [consultado el 20/08/2021]., favoreciendo la difusión de su contenido que, finalmente, ha sido puesto a disposición para su descarga en el repositorio Hathi Trust, gracias al trabajo de digitalización del personal de la Biblioteca de la Universidad de Cornell.

La historia del manuscrito de A. K. Wollstonecraft tiene, todavía, muchas páginas en blanco. Sabemos que era hija de un clérigo de Nueva Inglaterra (Knapp, 1834, p. 477Knapp, Samuel (1834), Female Biography Containing Notices of Distinguished Women in Different Nations and Ages, Nueva York, J. Carpenter.) y que se casó con el comandante Charles Wollstonecraft, hermano de la escritora y activista británica por los derechos de las mujeres Mary Wollstonecraft Godwin (1759-1797), autora de Vindicación de los derechos de la mujer (1792). Ambos residieron gran parte de su vida en Nueva Orleans donde ella trabajó en la fundación de la institución educativa femenina Poydras Female Asylum (Kingsbury, 1901, p. 43Kingsbury, Addison (1901), A pendulous edition of Kingsbury genealogy, Pittsburgh, Murdoch-Kerr Press.). Este centro fue una institución caritativa de asilo para huérfanas, fundada por Julien de Lallande Poydras (1740-1824), un terrateniente, comerciante y educador, de origen francés, que poseía una gran plantación en Pointe Coupée (Luisiana). Poydras había servido en la Marina francesa y fue capturado por los británicos y llevado a Inglaterra en 1760, desde donde escapó a bordo de un mercante antillano y emigró a la Luisiana española en 1768. Fue delegado del Territorio de Orleans ante la Cámara de Representantes de los EE. UU. y colaboró en la redacción de la primera constitución del estado de Luisiana (Costello, 2001Costello, Brian (2001), The Life, Family and Legacy of Julien Poydras, Baton Rouge, Franklin Press.). En 1817 estableció en la ciudad un asilo para mujeres huérfanas o con pocos recursos, en el que A. K. Wollstonecraft colaboró. En el centro trabajaron, principalmente, mujeres angloamericanas que se encontraban entre la élite social y económica de la ciudad, en un momento en el que la pobreza obligaba a las familias a entregar a las niñas a los orfanatos, muchas de ellas huérfanas a causa de enfermedades. El orfanato se planteó como un centro femenino, aunque también aceptó niños varones, cuyas familias los dejaban con la esperanza de recogerlos posteriormente, lo que nos da una idea de la situación de necesidad en la que vivían muchas familias de la zona. Esto ha sido estudiado por Tyler (2011)Tyler, Pamela (2011), New Orleans Women and the Poydras Home: More Durable Than Marble, Baton Rouge, Louisiana State University Press. que en su libro New Orleans Women and the Poydras Home: More Durable Than Marble, nos da una idea sobre cómo las integrantes de este centro fueron capaces de ofrecer herramientas para el progreso social y el establecimiento de redes de cuidado entre las mujeres de Nueva Orleans. El hecho de que A. K. Wollstonecraft colaborara con la misión social de esta institución nos da una idea de su estatus cultural y de su implicación con las reformas sociales y la educación femenina. Como veremos más adelante, sus intereses iban mucho más allá de la botánica.

Charles Wollstonecraft, hermano de Mary Wollstonecraft, había viajado a Estados Unidos desde Inglaterra. Por el momento, no conocemos exactamente cuál era la relación entre los hermanos ni los motivos concretos que le llevaron a emigrar. Charles se unió al ejército estadounidense, manteniendo conexiones políticas con Andrew Jackson2 Véase su correspondencia localizada en Library of Congress (“Andrew Jackson papers, 1775-1874”, MSS 27532). y vinculándose a la Batalla de Nueva Orleans, donde adquirió varias propiedades. A. K. Wollstonecraft fue su segunda esposa. Del anterior matrimonio, Charles tenía una hija llamada Jane Nelson Wollstonecraft (1806-?) de cuya educación, ella había tenido que ocuparse tras la muerte del esposo (Knapp, 1834, p. 477Knapp, Samuel (1834), Female Biography Containing Notices of Distinguished Women in Different Nations and Ages, Nueva York, J. Carpenter.). Claire Tomalin, en la biografía The Life and Death of Mary Wollstonecraft, habla sobre Charles en un breve párrafo, afirmando que murió de fiebre amarilla en 1817, dejando a hija del anterior matrimonio a cargo de su segunda esposa, Nancy. Estos datos coinciden con los de Addison Kingsbury (1901, p. 47)Kingsbury, Addison (1901), A pendulous edition of Kingsbury genealogy, Pittsburgh, Murdoch-Kerr Press.. Pero Tomalin va algo más allá: tras la batalla legal entre A. K. Wollstonecraft y la anterior esposa, la historia acabaría con la huida de A. K. Wollstonecraft con la menor a Cuba, donde se pierde su rastro y concluye con la supuesta idea de que, incluso, los descendientes de Jane Nelson Wollstonecraft pudieran haber hecho su contribución a la revolución (Tomalin, 2012, p. 317Tomalin, Claire (2012), The Life and Death of Mary Wollstonecraft, Harmondsworth, Penguin.). No hemos localizado documentación que fundamente la hipotética idea de los descendientes comprometidos con la causa revolucionaria; sin embargo, sí hemos localizado un documento que confirma la existencia de esa hija y que narra la batalla legal entre A. K. Wollstonecraft y la primera esposa de Charles. Todo el proceso se detalla en un informe de los casos adjudicados en el Tribunal de Cancillería de Nueva York, bajo el título “In the Matter of Jane N. Wollstonecraft, an Infant” (1821, pp. 80-83)“In the Matter of JANE N. WOLLSTONECRAFT, an Infant” (1821), Reports of Cases Adjudged in the Court of Chancery of New-York: Containing the Cases from March, 1814 to [July, 1823], Volumen 4, New York (State). Court of Chancery, William Johnson, E. F. Backus, State-street, Van Winkle & Wiley printers, 1821, pp. 80-83.. En el texto se relata que la hija de Charles había quedado bajo la custodia de A. K. Wollstonecraft, que decidió asignar un tutor para su educación, dejándola bajo el cuidado de Richard Hall, de New Ipswich, el 27 de mayo de 1818, cuando la niña tenía doce años de edad. Si la fecha es correcta, se puede afirmar que Jane habría nacido en 1806. También nos da el nombre de la anterior esposa de Charles, Sally Garrison, así como los motivos del divorcio que, al parecer, se debió a las varias infidelidades de la esposa, según el testimonio de Charles.

Tras el divorcio, en 1811, se afirma que Sally Garrison no había tenido relación con la niña y que, tras la boda entre A. K. Wollstonecraft y Charles, en 1812-13, había vivido con ellos hasta el momento del fallecimiento de él en septiembre de 1817. Al leer el documento, se aprecia que libraron una dura batalla por la custodia, ya que Charles, en su testamento, habría dado la mitad de su patrimonio a su hija, nombrando a A. K. Wollstonecraft como su tutora testamentaria y ordenando explícitamente proteger a la menor de cualquier contacto con su madre. Según el informe, la asignación de un tutor para la menor se hizo en cumplimiento de las instrucciones de Alfred Hennen, consejero legal de Nueva Orleans, que, poniéndola al cargo de A. K. Wollstonecraft, ordenó que la pequeña se formara bajo la tutoría de un clérigo, en una residencia donde pudiera recibir una buena educación (In the Matter…, 1821, p. 82“In the Matter of JANE N. WOLLSTONECRAFT, an Infant” (1821), Reports of Cases Adjudged in the Court of Chancery of New-York: Containing the Cases from March, 1814 to [July, 1823], Volumen 4, New York (State). Court of Chancery, William Johnson, E. F. Backus, State-street, Van Winkle & Wiley printers, 1821, pp. 80-83.). Sally Garrison habría decidido llevarse forzosamente a la niña de allí, quedando retenida en su vivienda con la colaboración de varios familiares. La denuncia habría sido interpuesta por Richard Hall, quien finalmente dejó de ser el tutor legal de Jane, siendo la sentencia favorable para Sally Garrison que habría recuperado la custodia de su hija. Sin embargo, quedan dudas sobre si, finalmente, A. K. Wollstonecraft acabaría llevándose a la hija de Charles a Cuba con ella, como afirma Tomalin (2012)Tomalin, Claire (2012), The Life and Death of Mary Wollstonecraft, Harmondsworth, Penguin. e, incluso, si este pudo ser uno de los motivos para establecer allí su residencia. En el texto de Addison Kingsbury, también se hace referencia a este hecho: “a child of former marriage, was by his will left in custody of Nancy, who placed her for education with a Rev. Hall, of New Ipswich, N. H., from whom she was taken by her own mother, which occasioned a proceeding by habeas corpus”, pero no concluye si, finalmente, viajaron juntas a Cuba. Según el investigador Wayne Bodle, especialista en estudios sobre la familia Wollstonecraft, que prepara un libro3 Se trataría de un libro sobre el tema “Wollstonecraft(s) in America, 1792-1870s” cuyo contenido ha sido presentado en varias conferencias y compartido, en parte, a través de varios posts en su blog. Bodle también afirma que, probablemente, A. K. Wollstonecraft sí se trasladó a Cuba con otro menor cuyo nombre figura como Charles Wollstonecraft, aunque su parentesco no se ha esclarecido todavía. Bodle ha publicado varios textos en línea en https://feministhistoryofphilosophy.wordpress.com/2019/07/18/the-wollstonecrafts-in-america-links-and-summary/ (acceso: 25/02/2022). sobre los Wollstonecraft en América, no hay evidencia de que Charles dejara descendientes a cargo de A. K. Wollstonecraft, una idea que comparten Botting y Matthews (2014, pp. 64-83)Botting, Eileen Hunt; Matthews, Charlotte Hammond (2014), “Overthrowing the Floresta-Wollstonecraft Myth for Latin American Feminism”, Gender & History, 26 (1), pp. 64-83. Doi: https://doi.org/10.1111/1468-0424.12052 . En el mismo artículo se apunta que no hay evidencia de que ella difundiera ideas sobre los derechos de las mujeres en el contexto de la creciente abolición y los movimientos de independencia en la isla mientras ella vivía allí (Botting y Matthews, 2014, p. 79Botting, Eileen Hunt; Matthews, Charlotte Hammond (2014), “Overthrowing the Floresta-Wollstonecraft Myth for Latin American Feminism”, Gender & History, 26 (1), pp. 64-83. Doi: https://doi.org/10.1111/1468-0424.12052 ). Sin embargo, hoy sabemos que A. K. Wollstonecraft había publicado varios textos bajo un pseudónimo, titulándose uno de ellos “Natural Rights of Woman” (D’Anville, 1825bD’Anville (1825b), “Natural Rights of Woman”, Boston Monthly Magazine, 1 (2), August, pp. 126-135.).

Ciertamente, en esta historia ha habido intrigas alrededor del paradero definitivo de A. K. Wollstonecraft y sus descendientes, cuya búsqueda se remonta tiempo atrás y que esperamos que pueda abrir nuevas investigaciones, a partir de los documentos que se presentan en este trabajo. Para añadir más interrogantes al viaje a Cuba, sus motivos y el transcurso posterior de su vida, adjuntamos el texto de una nota hallada en un diario neoyorkino, en la que familiares todavía buscan información sobre los posibles descendientes de la ilustradora botánica, varias décadas después de su fallecimiento y que fue publicada en el New York Herald en 1862:

WOLLSTONECROFT information is wanted of the whereabouts of the descendants in this country of Major General Charles Wollstonecroft and his wife Nancy Kingsbury Wollstonecroft, Sara Jane Nelson Wollstonecroft may hear from her sister Mary Kingsbury Wollstonecroft. Call on, or address, J. Darand, 24 Browadway (New York herald, March 7, 1862)4 Nota en la sección “Personal” del New York Herald, March 7, 1862 (Library of Congress, Washington, DC)..

TEXTOS Y FUENTES BIOGRÁFICAS SOBRE A. K. WOLLSTONECRAFT

 

En la obra A pendulous edition of Kingsbury genealogy de Addison Kingsbury (1901)Kingsbury, Addison (1901), A pendulous edition of Kingsbury genealogy, Pittsburgh, Murdoch-Kerr Press. encontramos una breve reseña que ofrece algunos datos bastante concretos sobre la fecha de nacimiento y fallecimiento de A. K. Wollstonecraft, así como datos sobre su matrimonio y cuestiones familiares. Sobre su obra botánica, únicamente se hace una pequeña alusión con las siguientes palabras:

Tras la muerte de su esposo se fue a Cuba, a una pequeña plantación cerca de Matanzas, donde se entretenía pintando las flores tropicales y los arbustos de aquella isla, con la intención de publicar el trabajo y las descripciones que lo acompañaban. Pero el gasto fue demasiado grande y los originales, compuestos en dos grandes volúmenes en cuarto, además de varias pinturas inacabadas, están en posesión de B. B. Kingsbury5 A lo largo del texto exponemos diversas citas de la obra y de diversas referencias biográficas, traducidas al español del inglés original. La traducción es propia de la autora, a no ser que se especifique la referencia a una edición traducida al español, en caso de haberla. (Kingsbury, 1901, p. 43Kingsbury, Addison (1901), A pendulous edition of Kingsbury genealogy, Pittsburgh, Murdoch-Kerr Press.).

Es curioso que Addison Kingsbury se refiera a su actividad botánica como un divertimento, algo que contrasta con el detallado contenido y lo voluminoso de la obra. Sin embargo, esta idea de que las mujeres pintaran flores como un entretenimiento y no como una forma de producir conocimiento botánico ha sido bastante frecuente. Si bien algunos nombres de artistas botánicos masculinos han perdurado, no siempre se puede decir lo mismo de las mujeres. Una de las ilustradoras científicas más conocidas, la entomóloga suiza Maria Sibylla Merian (1647-1717), que trabajó en la colonia holandesa de Surinam para registrar su flora y fauna durante años, está siendo revalorizada en las últimas décadas por su contribución a la ciencia6 Desde 2014, The Maria Sibylla Merian Society intenta recuperar y visibilizar su legado. https://www.themariasibyllameriansociety.humanities.uva.nl/ (acceso: 27/05/2022).. Del mismo modo, Madeleine Basseporte (1701-1780), quien se desempeñó como pintora oficial de los jardines del Rey en París, vio disminuido su reconocimiento debido a atribuciones erróneas que la eclipsaron frente al pintor Pierre-Joseph Redouté (1759-1840), convirtiéndola en poco más que una nota a pie de página (Meeker y Szabari, 2016Meeker, Natania; Szabari, Antónia (2016), “Inhabiting Flower Worlds: The Botanical Art of Madeleine Françoise Basseporte”, Arts et Savoirs, 6. DOI: https://doi.org/10.4000/aes.757 ).

Otra breve alusión a A. K. Wollstonecraft la encontramos en la obra de Abbot en Letters Written in the Interior of Cuba (1829), un destacado clérigo nacido en Massachusetts y que asistió a la universidad de Harvard. Por motivos de salud se embarcó a Cuba en la primavera de 1828, donde visitó las plantaciones en Matanzas. Allí coincidiría con la ilustradora botánica a la que nombra como “Mrs. W” (Abott, 1829, p. 100Abott, Abiel (1829), Letters Written in the Interior of Cuba, Boston, Bowles and Dearborn.) y donde da cuenta de las razones por las que el manuscrito no pudo ser publicado, una cuestión a la que volveremos más adelante.

Dentro de las dificultades que encontramos para aportar datos completos sobre la vida y obra de las ilustradoras botánicas, podemos afirmar que la referencia biográfica de A. K. Wollstonecraft más extensa de la que, por el momento, tenemos constancia está publicada en la obra Female Biography Containing Notices of Distinguished Women in Different Nations and Ages de Samuel L. Knapp (1783-1838). Su nombre completo es Samuel Lorenzo Knapp y fue un abogado y escritor, editor de la revista Boston Gazette y Boston Monthly Magazine. Su obra se caracteriza por el relato biográfico que dedica a personajes de la historia americana, algunos de ellos poco conocidos. Parte de sus publicaciones también muestran interés por la literatura de viajes y las mujeres intelectuales de su época. En su Female Biography, Knapp dedica un detallado texto a una mujer identificada como Mary Wolstonecraft (Knapp, 1834, p. 477Knapp, Samuel (1834), Female Biography Containing Notices of Distinguished Women in Different Nations and Ages, Nueva York, J. Carpenter.) que, pese a la continua malinterpretación de nombres que siguen añadiendo confusión a la documentación, se refiere A. K. Wollstonecraft. En el texto se la define como “una mujer de genio exaltado”, que se comprometió con todas las obras de caridad de Nueva Orleans (Knapp, 1834, p. 177Knapp, Samuel (1834), Female Biography Containing Notices of Distinguished Women in Different Nations and Ages, Nueva York, J. Carpenter.). Entendemos que con esto se refiere a su trabajo en el hogar infantil Poydras Female Asylum, que también mencionaba Addison Kingsbury (1901, p. 43)Kingsbury, Addison (1901), A pendulous edition of Kingsbury genealogy, Pittsburgh, Murdoch-Kerr Press.. Knapp añade que estaba comprometida con la educación de la hija de su anterior marido, aunque no especifica si ella estaba en Cuba en ese momento. Por el mismo texto, sabemos que viajó hacia el este de los Estados Unidos antes de viajar a Cuba, tras la muerte de su esposo que, quizá, pudo dejarle deudas pendientes, lo que nos hace asumir motivos económicos para su partida:

Se comprometió en todas las obras de caridad en Nueva Orleans, mientras su esposo vivía, porque se pensaba que él era un hombre de gran riqueza, pero que se perdió en gran parte por su muerte; porque cuando un especulador con muchas ocupaciones muere repentinamente, de las mil cosas que caen de sus manos, difícilmente se hace cargo cualquiera, por sagaz que sea (Knapp, 1834, p. 177Knapp, Samuel (1834), Female Biography Containing Notices of Distinguished Women in Different Nations and Ages, Nueva York, J. Carpenter.).

Knapp también hace alusión a varios viajes por EE. UU., huyendo del frío del este, que sugiere que otras posibles razones del viaje a Cuba podrían haber sido los motivos de salud, ya que los viajes de estadounidenses a la isla, con razones curativas, eran bastante frecuentes:

Encontró que los inviernos eran demasiado severos para una constitución tan acostumbrada a soles más cálidos, y compró propiedades, y fijó su residencia en la isla de Cuba. Mientras estuvo allí, su mente activa no sólo se dedicó a la agricultura, sino también a la botánica y la historia natural.

Estando en la isla fue cuando creció su interés por la botánica y es aquí donde Knapp, se expresa con gran admiración sobre los dibujos que realizó sobre las plantas de la isla. Evidentemente, con esta apreciación se refiere al manuscrito Specimens of the plants and fruits of the Island of Cuba (1826), pero también nos habla de otros documentos sobre la isla: “Escribió una serie de cartas sobre Cuba, mostrando más conocimiento del suelo, clima, producciones, usos y costumbres de los habitantes, que cualquier otro que haya escrito sobre el tema” y afirma que varios de esos textos fueron mostrados a William Shaler, cónsul en La Habana, que los calificó de “admirables” (Knapp, 1834, p. 177Knapp, Samuel (1834), Female Biography Containing Notices of Distinguished Women in Different Nations and Ages, Nueva York, J. Carpenter.). William Shaler (1773-1833) había sido cónsul general de los Estados Unidos en Argel, donde prestó servicios a los franceses y posteriormente ocupó este cargo en La Habana en 1829. También había publicado varias obras sobre sus experiencias en Argel y era miembro de la American Philosophical Society, siendo considerado una persona culta que gustaba de rodearse de los círculos intelectuales. El hecho de que calificara los trabajos de A. K. Wollstonecraft positivamente denota la calidad de su escritura o, al menos, que Knapp tenía interés en que esa fuera la idea que se trasmitiera de ella.

Gracias a ese mismo texto, podemos saber que a A. K. Wollstonecraft no solo le interesaba la botánica, sino que existen otros trabajos de la autora: “La Sra. Wolstoncraft (sic) tenía una pluma muy vigorosa, como lo demostrarán plenamente las Cartas desde Cuba y el artículo sobre los ‘Derechos de la Mujer’ publicado en la Boston Monthly Magazine, en 1825” (Knapp, 1834, p. 177Knapp, Samuel (1834), Female Biography Containing Notices of Distinguished Women in Different Nations and Ages, Nueva York, J. Carpenter.). A este respecto, la publicación en el Boston Monthly Magazine que se comenta en el texto ha sido identificada con dos artículos titulados “Letters from Cuba I” (1826) y “Letters from Cuba II” del año 1826, que fueron publicados de forma anónima bajo el pseudónimo D’Anville. Los textos contienen información sobre la geografía cubana y las especies vegetales que recorren los paisajes. En la primera carta la isla se describe como “realmente bella y hermosa” y la autora utiliza para describirla una referencia literaria que es famosa por haber sido utilizada por la gran mayoría de viajeros de la época, a la que define como “más que la encantadora isla de Robinson Crusoe” (D’Anville, 1826a, p. 562D’ Anville (1826a), “Letters from Cuba I”, Boston Monthly Magazine, I (XI), pp. 561-571.). La segunda carta es una descripción más detallada sobre el interior de la isla, en la que ofrece datos sobre sus cuevas, la formación geológica de la isla y el cultivo de sus plantas (D’Anville, 1826bD’ Anville (1826b), “Letters from Cuba II”, Boston Monthly Magazine, I, pp. 641-655.). Bajo el mismo pseudónimo, D’Anville, el Boston Monthly Magazine le publicó otros textos como “Patriotism… A Sketch” (1825a)D’ Anville (1825a), “Patriotism… A sketch”, Boston Monthly Magazine, 1 (1-7), pp. 305-312., además del artículo titulado “The Natural Rights of Woman” (1825b)D’Anville (1825b), “Natural Rights of Woman”, Boston Monthly Magazine, 1 (2), August, pp. 126-135. en el que se reclama una mejora del acceso a los estudios científicos y literarios para las mujeres. El texto “The Natural Rights of Woman” y su recepción, ha sido recientemente estudiado por Carol Bensick (2020)Bensick, Carol (2020), “Pith and Point” vs. “Pathetic Caricature”: Samuel L. Knapp and Clark Durant on Nancy Kingbury Wollstonecraft’s “Natural Rights of Woman”- Expanded Lecture for “Wollapalooza III”, Miniconference at the 2020 American Political Science Association Virtual Convention 9/8/2020. y Alan Coffee (2021)Coffee, Alan (2021), “Nancy Kingsbury Wollstonecraft and the Logic of Freedom as Independence”, Journal of the History of Philosophy, preprint, [en línea], disponible en: https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3897465 [consultado el 25/02/2022]. que hablan de su vínculo familiar con la activista por los derechos de las mujeres y autora de la relevante obra Vindicación de los derechos de la mujer (1792), afirmando que, sin negar las evidentes conexiones, A. K. Wollstonecraft destaca por sus propios méritos y es merecedora de ser objeto de próximos estudios de género y filosofía a través de su propia obra (Coffee, 2021Coffee, Alan (2021), “Nancy Kingsbury Wollstonecraft and the Logic of Freedom as Independence”, Journal of the History of Philosophy, preprint, [en línea], disponible en: https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3897465 [consultado el 25/02/2022].). Claramente, tanto las cartas sobre Cuba como sus otras publicaciones pueden arrojar nuevas perspectivas sobre los estudios de género, la ciencia y la literatura de viajes.

Pero si hay una obra de A. K. Wollstonecraft por la que Knapp quedó fascinado, fue por los dibujos botánicos y lo relata así:

Mientras residía allí, siguió su estudio favorito, la botánica, e hizo dibujos de muchas de las plantas de esa isla, coloreadas de la naturaleza; y también algunos especímenes de ornitología, zoología e ictiología, fueron exhibidos por ella al autor de este aviso, y él no duda en reconocer que eran superiores en dibujo a cualquiera que haya visto jamás, y muy pocas cosas de esta naturaleza han escapado a su observación. Las descripciones dadas de cada dibujo, en cada rama, fueron precisas y acertadas. Esta obra fue exhibida durante su vida a muchos, pero nunca fue publicada, ya que la empresa habría excedido en gran medida el espíritu de la época (Knapp, 1834, p. 478Knapp, Samuel (1834), Female Biography Containing Notices of Distinguished Women in Different Nations and Ages, Nueva York, J. Carpenter.).

A pesar de los elogios recibidos, efectivamente, la obra nunca fue publicada. Según la descripción de Knapp, las ilustraciones fueron creadas a partir de la observación natural y no solo mostraban imágenes de plantas, sino también de pájaros, peces y otros animales. Sin embargo, en Specimens solo encontramos la colección ilustrada de botánica, lo que nos lleva a afirmar, casi con toda probabilidad, que los trabajos de A. K. Wollstonecraft podrían ser, incluso, más amplios de lo que pensamos y que es muy probable que se pudieran encontrar nuevos documentos que no se recogen aquí. La afirmación de Addison Kingsbury, mencionada en una cita anterior, donde se hacía alusión a que existían pinturas inacabadas en manos de un familiar (Kingsbury, 1901, p. 43Kingsbury, Addison (1901), A pendulous edition of Kingsbury genealogy, Pittsburgh, Murdoch-Kerr Press.), refuerzan la idea de que hubiera más ilustraciones inconclusas. Parte de la mencionada obra botánica y sus aportaciones las analizamos a continuación.

LA OBRA SPECIMENS OF THE PLANTS AND FRUITS OF THE ISLAND OF CUBA (1826)

 

La obra Specimens of the plants and fruits of the Island of Cuba (1826) está dividida en tres grandes volúmenes, en los que encontramos un total de 121 láminas dibujadas y coloreadas con acuarela. El sentido estético de la obra no se contrapone con una observación científica precisa, que muestra en los dibujos cada detalle morfológico de la planta, varios estados del proceso de floración y la disección de los caracteres reproductivos (Fig. 1).

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Figura 1.  Convolvulus brasiliensis, Plate 17, Specimens (vol. 1) 1826, Cornell University.

Los nombres científicos están acompañados de los nombres comunes de las plantas y su clasificación en el orden natural, que se acompañan, posteriormente del relato sobre sus usos, fechas de floración, aspecto y particularidades de las semillas, lugar de crecimiento, si son especies autóctonas, datos sobre dónde se recogieron, etc. Están acompañadas de unas 220 páginas de descripciones redactadas en inglés, la lengua materna de la autora, donde se aprecia su gran capacidad para relacionar diversos hechos históricos con los usos locales de los recursos naturales y sus observaciones personales, que también incluyen detalles sobre su forma de vida y sus ideas sobre diversos temas relacionados con el entorno y su contexto. Por ejemplo, en la lámina 4, sobre una ilustración del género “Justicia picta”, afirma A. K. Wollstonecraft que los criollos españoles la llaman “papagayo” y, en muchas otras descripciones, se hace alusión a los nombres latinos, comunes y locales, como el “floripondio” por la “Datura arborea” linneana (A.K. Wollstonecraft, 1826, vol.1, p. 53Wollstonecraft, A. K. (1826), Specimens of the plants and fruits of the Island of Cuba. Manuscrito. Hathi Trust. [en línea], disponible en: https://catalog.hathitrust.org/Record/102498751 [consultado el 24/01/2022].). El uso de la nomenclatura latina y los dibujos de las distintas disecciones de las partes reproductivas de las plantas, nos indica que A. K. Wollstonecraft debía tener conocimientos sobre ciencia y taxonomía linneana. Por ejemplo, en la lámina 17 vemos que se indica el nombre común en inglés, Sea bindweed y a continuación la nomenclatura en latín: Convolvulus brasiliensis, donde además aparecen seccionadas las distintas partes ampliadas, lo que nos hace pensar que la autora podría contar con materiales de disección e instrumentos ópticos, como la lupa o microscopio (Fig. 1).

Los textos que siguen a cada ilustración no solo indican datos científicos, sino que también relacionan hechos históricos, aplicaciones indígenas y observaciones personales que ofrecen información muy valiosa. Ella misma indica que su formación es autodidacta, pero no solo se basa en lecturas, sino también en el contacto con la población de su entorno. Por ejemplo, en la descripción de la lámina Canna indica, A. K. Wollstonecraft recoge diferente información sobre el origen etimológico del nombre, que se llama así porque la “caña” se utiliza para disparar a los pájaros con sus semillas, que son de una gran dureza (A. K. Wollstonecraft, 1826, vol. 1, p. 7Wollstonecraft, A. K. (1826), Specimens of the plants and fruits of the Island of Cuba. Manuscrito. Hathi Trust. [en línea], disponible en: https://catalog.hathitrust.org/Record/102498751 [consultado el 24/01/2022].) y añade que, además, esas mismas semillas suelen ser utilizadas por los indígenas como cuentas para hacer collares. En el relato de A. K. Wollstonecraft se aprecia una forma de recabar información a través de la conversación con las redes de su entorno. En sus textos, comenta que, en ocasiones, buscando documentación sobre las plantas que quiere reproducir, pregunta a los “Spaniards” por los nombres que utilizan para designarlas, pero se lamenta de que la Historia Natural no forme parte de la educación criolla (A. K. Wollstonecraft, 1826, vol. 1, p. 34Wollstonecraft, A. K. (1826), Specimens of the plants and fruits of the Island of Cuba. Manuscrito. Hathi Trust. [en línea], disponible en: https://catalog.hathitrust.org/Record/102498751 [consultado el 24/01/2022].).

En un repaso de este manuscrito se constata que no es un tratado de botánica común, sino que esta obra aúna el relato de viajes, la historia natural y la narrativa. En sus primeras páginas incluye unos versos del poeta escocés James Thomson (1700-1748), fragmento del poema “Spring” (primavera), dedicado a la belleza, la naturaleza y sus colores, en las distintas épocas del año, que pertenece a una extensa obra poética titulada The Seasons. En el poema completo, se alude a temas como la capacidad de la pintura y el lenguaje para reproducir la belleza del entorno natural. El uso de diversos recursos literarios, artísticos y poéticos fue una constante entre las ilustradoras botánicas que se movían entre los círculos intelectuales de los salones. Al igual que en el caso de otras compañeras botánicas, la obra de Wollstonecraft y sus aportaciones fueron trasmitidas a través de espacios más íntimos, donde la poesía y la pintura de flores formaban parte de esa red alternativa de intercambio de conocimiento científico (Garrido, 2022Garrido, Elisa (2022), “Arte, botánica y género: sobre el manuscrito extraviado de Nancy Anne Kingsbury Wollstonecraft”, Feminismo/s, 40, pp. 1-24. DOI: https://doi.org/10.14198/fem.2022.40.09 ). Precisamente, numerosos trabajos han demostrado cómo la ciencia hecha por mujeres en estos formatos alternativos ayudó a la aproximación de la cultura científica a la sociedad (Fara, 2004Fara, Patricia (2004), Pandora’s Breeches. Women, Science and Power in the Enlightment, London, Pimlico.; Shteir, 1996Shteir, Ann (1996), Cultivating Women, Cultivating Science: Flora’s Daughters and Botany in England, 1760-1860, Baltimore, The Johns Hopkins University.; Boswell, 2014Boswell, Michelle (2014), Beautiful Science: Victorian Women’s Scientific Poetry and Prose, PhD dissertation, English Language and Literature Department, University of Maryland.; George, 2017George, Samanta (2017), Botany, sexuality and women’s writing, 1760-1830: From modest shoot to forward plant, Manchester, Manchester University Press.; Shteir y Cayouette, 2019Shteir, Ann; Cayouette, Jacques (2019), “Collecting with “botanical friends”: Four Women in Colonial Quebec and Newfoundland”, Scientia Canadensis, 41 (1), pp. 1-30. DOI: https://doi.org/10.7202/1056314ar ). Esta escuela revisionista de la historia de la ciencia ha demostrado que la lista de autoras científicas es larga y que el uso de recursos poéticos, artísticos y literarios fue, precisamente, una forma de producir conocimiento científico dentro de los márgenes que les permitía la situación de exclusión en los espacios públicos de la ciencia, creando sus propias redes y espacios de difusión del conocimiento. De hecho, la parte artística de las ilustraciones de A. K. Wollstonecraft está cuidadosamente elaborada. En algunas de las obras no se indica el número de lámina y en otras se puede apreciar una composición algo distinta a las anteriores, quizá más estética, lo que puede dar lugar a considerar que algunas ilustraciones pudieran ser pensadas para reproducirse por separado (Fig. 2).

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Figura 2.  Lámina. Pág. 97 Specimens (vol. 3), 1826. Cornell University,

De la misma manera, ciertas ilustraciones también podrían indicar un estado incompleto de la obra, por lo que demuestran algunas láminas inacabadas, algo que ya comenta Addison Kingsbury cuando habla del documento, afirmando que los originales del manuscrito comprendían dos grandes volúmenes en cuarto y un compendio de varias pinturas inacabadas (Kingsbury, 1901, p. 43Kingsbury, Addison (1901), A pendulous edition of Kingsbury genealogy, Pittsburgh, Murdoch-Kerr Press.). Algunas ilustraciones tienen anotaciones que indican que no se ha finalizado, como en el caso de la lámina 28, donde vemos que se han hecho unos esbozos junto a anotaciones y la frase “not finished” (Fig. 3). Las acuarelas nos muestran el paso previo a la producción de la obra publicada, cuyas ilustraciones podían editarse para la publicación final, en forma de litografías o planchas de aguatinta basadas en los dibujos originales. Las impresiones grabadas se imprimirían en color y, en ocasiones, se podían terminar a mano. En general, el carácter completo de la obra muestra lo evidente: que el propósito de A. K. Wollstonecraft era científico y el principal objetivo era su publicación.

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Figura 3.  Detalle de la ilustración con las palabras “not finished” en el lateral superior. Pág. 95, lámina 28, Specimens (vol. 1), 1826. Cornell University.

Entre los dibujos, encontramos también árboles y frutos, como el caso de la palma, la piña o la papaya (Fig. 4). La complejidad y la cantidad de ilustraciones de plantas y frutos que completan la obra la convertirían en uno de los primeros documentos de estas características conocidos sobre la botánica de la región. Las notas detalladas que hace la autora sobre los nombres comunes y usos autóctonos de las especies agregan una dimensión completamente nueva y de gran utilidad para el conocimiento etnobotánico.

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Figura 4.  Papaya. Lámina 92, pág. 161, Specimens (vol. 2), 1826. Cornell University.

Entre la información que ofrece A.K. Wollstonecraft, también destacan los usos medicinales y terapéuticos que las culturas indígenas hacían de algunas plantas, como la guanábana, que se usaba como antiparasitario y antiepiléptico (A. K. Wollstonecraft, 1826, vol. 2, p. 10Wollstonecraft, A. K. (1826), Specimens of the plants and fruits of the Island of Cuba. Manuscrito. Hathi Trust. [en línea], disponible en: https://catalog.hathitrust.org/Record/102498751 [consultado el 24/01/2022].) En general, la obra destaca por presentar un recopilatorio muy amplio de ilustraciones botánicas que retratan fielmente la forma, el color, el carácter y los detalles de las plantas, identificables y situadas en un contexto narrativo. Algunas de las láminas muestran gran exactitud y un afinado nivel de detalle, sus elementos y los dibujos combinan con precisión la calidad en la descripción científica con la belleza y el atractivo visual (Fig. 5).

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Figura 5.  Lámina 88. Pág. 153, Specimens (vol. 2), 1826. Cornell University.

Las más de 120 ilustraciones, junto al relato y las descripciones científicas, ofrecen un panorama completo sobre la vida vegetal de la isla. Claramente, A. K. Wollstonecraft era una persona culta, bien educada y precisa. Siguiendo fielmente las convenciones científicas, las ilustraciones muestran vegetación, ciclos de vida y disecciones de partes reproductivas. Su trabajo partía de la observación directa y la producción de bocetos, que después era completado con el contraste de los datos y la reproducción del color a través de la acuarela. Ciertamente, si se hubiera publicado, su obra podría haberse convertido en una referencia sobre la flora cubana sin precedentes.

El manuscrito se acompaña, al final, de una lista mecanografiada con las especies recogidas e ilustradas en la obra7 Mostramos la lista de especies a continuación, tal y como aparecen denominadas en este documento (algunos nombres pueden tener errores de transcripción mecanografiados en su momento histórico) y ordenadas alfabéticamente: Achania Malvaviseus, Achania Molio, Amaryllis Belladonna, Anacardium Occidentale Annona Muricata, Arbutos de vida Bryphollam, Areca Altissima, Areca Oleracea, Arus Peregrinum, Aschynomene Grandiflora, Bastard Fustik, Bignonia Stens, Bombax Pentandrum, Bromelia Amana, Cactus, Cactus Grandiflora, Cactus Pereskial Caesalpinia Pulchenima, Caffea Arabiue, Cameraria Latifolia, Canna Indica, Carica Papaya (Papaw), Carica Papaya (Papaya), Citrus Aurantium, Cleome Pentaphilla, Climbing Pink (Wild Potatoe), Clitoria Brasilian, Commoline, Convolvulus Brasiliensis, Convolvulus Cerulia et Rubra, Convolvulus Folia Composita, Convolvulus Minima, Convolvulus Polyanthus, Cordia Gerascanthus, Cordia Sebastina, Cranichis, Crescentia Cujeta, Crotalaria, Cryptogamia, Datura Arborea, Dolichos, Epidendrum, Epidendrum Angustifolium, Epidendrum Frangrens, Epidendrum Imbricatum, Epidendrum Undulatum, Epidendrum Vanilla, Eroteum Undulateum, Erythrina, Erythrina Corallodendron, Eugenia Jambos, Forest Nettle, Geoffroya Inermis, Gicama, Glycine Reticulata, Gnomea Bona Nox, Gnomea Fragrans, Gnomea Quamoclet, Gnomea Tuberosa, Hibiscus, Hibiscus Esculentus, Hibiscus Tiliaceous, Jatropha Curcus, Jatropha Multifidi, Justicia Assurgens, Justicia Picta, Lance Leaf, Lantana Camara, Largersfroemia, Latyrium Plantagineum, Laurus Persea, Lupina Perrina, Mangiflera Indica, Mimosa Punctata, Momordea Occidentates, Momordica Balsamina, Musa, Pancratium Caribaeum, Parkinsoniae Aculeata, Papaya Tree, Passiflora Angustifolia, Passiflora Cerulea, Passiflora Incarnata, Passiflora Minima, Plumeria Alba, Plumeria Rubra, Pothos, Psidium Pyriferum, Punica Granatum, Ricinus Communis, Rivini Humilis, Samyda, Samyda Spinosum, Sida Gabiensia, Solanum Melongena, Solanum Spinosum, Spondias, Syngenesia, Tanaecium Jaroba, Ternstromia, Tillandsiae, Tillandsia Monostachya, Tillandsia Tenufolia, Trioploris Jamaiconsis, Triopteris Alba, Triopteris Citrifolia, Tropaeolum Majus, Tuberose, Urtica Baccifera, Veneno del Caballos y Wild Sapodilla..

UNA OBRA “MÁS CIENTÍFICA” QUE LA DE MARIA SIBYLLA MERIAN

 

Una de las primeras referencias a esta obra, localizada por Emilio Cueto (2019)Cueto, Emilio (2018), Specimens of the Plants & Fruits of the Island of Cuba: A presentation on the 190-year-old unpublished manuscript of botanical illustrations by Nancy Kingsbury Wollstonecraft, conferencia del 8 de noviembre de 2018 [en línea], disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=9NkMxON28o4&ab_channel=UFlibraries [consultado el 20/08/2021]. y presentada en el transcurso de su conferencia, la encontramos en el New York Farmer, una referencia de la que hará eco El Mensajero Semanal del 26 de agosto de 1828, donde se mencionaba que existía una obra sobre los vegetales de Cuba que se iba a publicar en Nueva York. La historia completa la encontramos en Colección de papeles científicos, históricos, políticos y de otros ramos sobre la Isla de Cuba de Antonio Saco:

Obra preliminar a la botánica de Cuba.

Con una sorpresa agradable hemos leído en el número 4º del New York Farmer correspondiente al mes de abril del presente año, la noticia de una obra que se ha de publicar en esta ciudad sobre los vegetales de la isla de Cuba. Grato nos es, que nuestro suelo empiece à ser el objeto de trabajos científicos; pero mucho más nos sería, que semejantes obras fuesen exclusivamente (sic) el fruto de un autor nacional que diese honor y gloria á la patria. Como quiera que sea, creemos que así la naturaleza de este trabajo como la persona que lo ejecuta, llamarán la atención de nuestros compatricios sobre el artículo que insertamos.

Hace muchos años que una señora se ocupa en dibujar y describir las plantas de aquella isla interesante. Mr. Nathaniel H. Carter, secretario corresponsal de nuestra sociedad horticultural ha enviado de la Habana à Nueva York, tres volúmenes en cuarto de descripciones y dibujos. El color de las figuras es conforme al de las plantas vivas: y parece que no solo se han ejecutado con propiedad, sino también con elegancia. La historia que acompaña a cada una de ellas es breve, pero sentenciosa y comprensiva; y al mismo tiempo, contiene los hechos y circunstancias principales relativos à su producción. Esta obra hermosa é instructiva se debe a Mrs. Walstoncraft, y puede decirse, que sus láminas son exactamente iguales a las que embellecen el libro célebre de Sybella Merian sobre los insectos de Surinam y los vegetales de que se alimentan.

La obra de Mrs. Walstoncraft se diferencia de aquella en que carece de la entomologia, o historia natural de los insectos, pero es mucho más científica. La clase, orden, género y especie se determinan clara y distintamente, así conforme al sistema de Lineo, como al de Jussieu, poniendo muchas veces el nombre español, el sinónimo originario o el común. Esta obra interesante se publicará, si tiene suscritores; y después de los felices resultados que han tenido las hermosas ediciones de Wilson y Bonaparte sobre ornitología, debe esperarse, que una edición tan importante a la botánica encontrará bastante patrocinio; y así llamamos sobre este objeto la atención del bello sexo (Saco, 1858, p. 255, nota al pieSaco, José Antonio (1858), Colección de papeles científicos, históricos, políticos y de otros ramos sobre la Isla de Cuba. Ya publicados. Ya inéditos. Por Don José Antonio Saco, Tomo I, Paris, Imprenta d’Aubusson y Kugelmann.).

La noticia, al parecer, fue la causa de una polémica con Ramón de la Sagra motivada por el intento de la publicación de una flora cubana, por parte de una extranjera:

En el número 2, no hay otra cosa sino un aviso que di sobre una obra de botánica que estaba preparando en la Habana una Señora; y sí porque dije, que me dolía ver que esa obra fuese fruto estrangero (sic), y no nacional, el señor botánico se dio por ofendido, con su pan se lo coma (Saco, 1858, p. 255Saco, José Antonio (1858), Colección de papeles científicos, históricos, políticos y de otros ramos sobre la Isla de Cuba. Ya publicados. Ya inéditos. Por Don José Antonio Saco, Tomo I, Paris, Imprenta d’Aubusson y Kugelmann.).

Parece ser que la disputa venía a razón de ciertas reticencias de Saco con Ramón de la Sagra, que no era cubano de origen. De la Ossa había sido el director de los jardines botánicos de La Habana desde 1817, hasta que Ramón de la Sagra tomara el relevo en 1824. De la Ossa creó los jardines con muy poco apoyo económico de las autoridades, consiguiendo crear una colección botánica bastante considerable (Puig-Samper y Valero, 2000Puig-Samper, M. A.; Valero, M. (2000), Historia del Jardín Botánico de La Habana, Madrid, Ediciones Doce Calles y Consejo Superior de Investigaciones Científicas.). A partir de sus colecciones, realizadas a lo largo de varios años en las inmediaciones de la ciudad, De la Ossa pensaba publicar una Flora Havanensis:

Revisando los periódicos de la Habana pertenecientes al mes de enero, hemos encontrado un aviso que sin duda debe interesar a todos los amantes de las ciencias. Su objeto es la publicación de una obra intitulada ENSAYO DE UNA FLORA HABANENSE, en la que su autor Don José Antonio de la Ossa se propone dar una noticia de las plantas que se encuentran en los caminos, bosques, y pueblos hasta la distancia de treinta leguas de la Habana; esplicando (sic) al mismo tiempo sus usos comunes, virtudes medicinales, nombres vulgares, y correcciones de algunos géneros y especies , con inclusión de las plantas exóticas antiguas o recientemente introducidas de otros países y aclimatadas allí, Cuando en nuestro número segundo anunciamos, que una señora estrangera (sic) residente en la Habana pensaba imprimir en Nueva York una obra del mismo género; cuando entonces nos congratulamos de que la isla de Cuba empezase a ser objeto de científicos trabajos, pero sentíamos al mismo tiempo que estos trabajos fuesen el producto de talentos estrangeros (sic); cuando parecía, en fin, que todos enmudecían y que aún se olvidaban de la gloria nacional, justo será que espresemos (sic) nuestro contento, al ver que un habitante cubano va a publicar en aquel suelo una Flora Habanera (Saco, 1858, p. 255, nota al pieSaco, José Antonio (1858), Colección de papeles científicos, históricos, políticos y de otros ramos sobre la Isla de Cuba. Ya publicados. Ya inéditos. Por Don José Antonio Saco, Tomo I, Paris, Imprenta d’Aubusson y Kugelmann.).

La comparación mencionada en la cita anterior, entre A. K. Wollstonecraft y Maria Sibylla Merian, va mucho más allá de las ideas estéticas. Merian fue una de las primeras naturalistas que utilizó la observación directa de la naturaleza y el arte como medio de divulgación de los nuevos conocimientos científicos que se difundieron en la Europa de los siglos XVII y XVIII (Reitsma, 2008Reitsma, Ella (2008), Maria Sibylla Merian & Daughters: Women of Art and Science, Amsterdam, Rembrandt House Museum.). La imagen como medio de documentación cobra un especial sentido en su obra. Además, al igual que A. K. Wollstonecraft, Merian fue una intelectual autodidacta cuyos métodos de registro y observación, dieron como resultado unas aportaciones extremadamente relevantes para el estudio de la historia natural. Fue una de las pocas mujeres naturalistas en viajar de forma independiente a una región exótica, Surinam, sin figura masculina acompañante. Pero la narrativa de la historia de la ciencia entiende que la botánica no adquirió valor hasta el surgimiento de la taxonomía, la nomenclatura y los sistemas de clasificación “puros” (Schiebinger, 2004, p. 5Schiebinger, Londa (2004), Plants and Empire: Colonial Bioprospecting in the Atlantic World, Cambridge, Harvard University Press.) y eso justifica que se enmarque la obra A. K. Wollstonecraft con la definición de “más científica”.

Más allá de la disputa entre Sagra y Saco, lo que se desprende de toda esta polémica, es que la noticia de la obra que pensaba publicar A. K. Wollstonecraft no fue bien recibida por algunos de sus iguales porque, además de ser un trabajo escrito por una extranjera, parece que podía ser competencia de la flora cubana que pretendía publicar De la Ossa. La historia no acabó bien para ninguno, ya que la muerte del botánico impidió que viese su obra publicada en vida, al igual que le pasó a nuestra autora. Aunque, como ya sabemos, la de ella acabó por extraviarse hasta que fue recientemente redescubierta.

Las razones que se han documentado para que la obra de A. K. nunca fuese publicada pueden estar en una cuestión económica, como indica Abbot en Letters Written in the Interior of Cuba (1829). El clérigo da cuenta de haber conocido a dos “damas literarias”, nombrando a una de ellas como “Mrs. W” (Abott, 1829, p. 100Abott, Abiel (1829), Letters Written in the Interior of Cuba, Boston, Bowles and Dearborn.) que se ha identificado con la ilustradora botánica. En sus cartas relata un encuentro que sucede en el salón de un ciudadano americano residente en Cuba, cuya esposa era española y donde se produce una reunión literaria con una “autora culta” y “elegante pintora de flores” cuyo nombre “no [es] del todo desconocido para la fama americana” (Abott, 1829, p. 101Abott, Abiel (1829), Letters Written in the Interior of Cuba, Boston, Bowles and Dearborn.). A continuación, nos da la pista sobre el itinerario que siguió el manuscrito, que nunca fue publicado por exigirle a A. K. Wollstonecraft una gran suma de dinero que ella no podía aportar, así que, tras haber sido enviado a los editores a Nueva York, fue devuelta:

Un caballero de fortuna, nacido en Estados Unidos pero casado con una dama española, me invitó a una velada matutina con dos damas literarias en New Town, una prolongación de esta ciudad. Sus nombres no eran del todo desconocidos para la fama americana -Mrs. B and Mrs. W-. (…) Una voz desde una sala interior gritó “Ella se mostrará”. E, inmediatamente, tras la cortina, la erudita autora y elegante pintora de flores apareció. Esta dama es principalmente famosa por un manuscrito que pretendía imprimir; pero los impresores ambiciosos y calculadores no lo sacarían adelante con su propio riesgo, ni con el de ella, sin los 6000 dólares que ella no tenía para darles. Dicho manuscrito ha estado en América y ha vuelto de nuevo a Cuba con su autora (Abott, 1829, pp. 100-101Abott, Abiel (1829), Letters Written in the Interior of Cuba, Boston, Bowles and Dearborn.).

La razón económica también es la argumentada por Addison Kingsbury (1901, p. 43)Kingsbury, Addison (1901), A pendulous edition of Kingsbury genealogy, Pittsburgh, Murdoch-Kerr Press. en su genealogía sobre los Kingsbury. Las posibilidades de que una mujer sola pudiera aportar esa gran suma de dinero, en aquella época, para sufragar una publicación de tales características eran prácticamente inexistentes. El manuscrito acabó siendo devuelto y pasando a manos de sus descendientes. Finalmente, encontró su lugar en los archivos de la biblioteca de la Universidad de Cornell donde, tras un largo periplo, abre un sinfín de posibilidades al servicio de las personas interesadas en seguir explorando las aportaciones de autoras silenciadas como A. K. Wollstonecraft.

CONCLUSIONES

 

Con este trabajo, hemos pretendido ofrecer una primera valoración de la obra de A. K. Wollstonecraft que, evidentemente, cuenta una historia inacabada. Varios interrogantes surgen tras la lectura de la documentación asociada a la obra perdida de A. K. Wollstonecraft. Por una parte, se desconocen las verdaderas razones de su viaje a Cuba y si este fue en solitario o acompañada de algún/a menor, que quizá pudiera ser algún descendiente de Charles Wollstonecraft. Información más detallada sobre estos hechos nos permitían conocer más acerca de las circunstancias económicas, familiares y sociales que rodean la invisibilidad de su trabajo. Los interrogantes que rodean la publicación de su obra no están claros. Como hemos visto, A. K. Wollstonecraft publica varias con el pseudónimo D’Anville, cuyo contenido es susceptible de ser estudiado y ofrecer información valiosa sobre la situación de las mujeres en el contexto de la ciencia en la Cuba colonial. Por otra parte, el hecho de que el manuscrito botánico se intentara publicar bajo su firma, únicamente con sus iniciales e infructuosamente, es una cuestión a valorar más detenidamente dentro de los estudios de género en historia cultural de la ciencia. La taxonomía linneana se convirtió en una herramienta colonial perfecta para la homogeneización del conocimiento natural, además de otorgar un estatus profesional a sus practicantes. Este proceso acabó por excluir a las mujeres que, pese a haberse dedicado tradicionalmente al estudio de las plantas y la ilustración botánica, quedaron desacreditadas por sus dificultades para acceder a los espacios públicos de la ciencia. La historia natural también fue susceptible a sus sesgos políticos y de género. Históricamente, aunque la práctica de la botánica era una ciencia relativamente aceptable para las mujeres, las botánicas rara vez recibieron tanto crédito como sus compañeros masculinos (Kramer, 1996Kramer, Jack (1996), Women of Flowers: A Tribute to Victorian Women Illustrators, New York, Stewart Tabori & Chang.; Shteir, 1996Shteir, Ann (1996), Cultivating Women, Cultivating Science: Flora’s Daughters and Botany in England, 1760-1860, Baltimore, The Johns Hopkins University.). Aunque algunas llegaron a publicar sus trabajos, lo hicieron generalmente con sus iniciales, con pseudónimo o firmando de forma anónima. Por ejemplo, en el caso de Arabella Roupell (1817-1914) que publicó Cape Flowers. Specimens of the Flora of South Africa, en 1849, firmando, simplemente como “By a lady”. La idea de “una señorita” anónima practicando la botánica estaba tan aceptada que se popularizó en numerosas publicaciones de este tipo. Elizabeth Wirt (1784-1857) fue la autora del popular Flora’s Dictionary (1829) que incluía información sobre la morfología de las plantas y al sistema linneano de nomenclatura botánica, además de una descripción detallada de cada especie, su distribución geográfica y origen etimológico. Wirt se mantuvo en el anonimato hasta que la obra se popularizó con nuevas ediciones, con la misma firma: “By a Lady”. En otros casos, las botánicas se daban a conocer por el nombre de los varones de su familia, este es el caso de Mary Anne Stebbing (1845-1927), que estuvo entre las primeras mujeres en ser admitidas en la Linnean Society y era conocida por el nombre de su marido “Mrs. TRR Stebbing” (Señora de Thomas Roscoe Rede Stebbing), o Ellis Rowan (1848-1922) que publicó su flora A Flower-hunter in Queensland and New Zealand (1898) como Mrs. Rowan. Más llamativo es el caso de Elizabeth Gould (1804-1841) que produjo muchas ilustraciones y litografías para trabajos ornitológicos sin ser reconocida su autoría, incluyendo las ilustraciones de The Zoology of the Voyage of H.M.S. de Darwin. Pese a todo, es evidente que el estudio de la historia natural ha dependido, históricamente, de una gran variedad de colaboradores. Particularmente, en el contexto colonial, el estudio de la historia natural se enmarcaba en una red de intercambios que todavía resulta difícil ilustrar en toda su riqueza. La contribución de las mujeres al crecimiento de las ciencias naturales en el contexto colonial se está revisando desde hace años, especialmente en el mundo anglosajón, y cada vez es más evidente que muchas de ellas lograron un alto grado de excelencia en recopilación, conservación, descripción, análisis e ilustración botánica y zoológica (Olsen, 2013Olsen, Penny (2013), Collecting Ladies: Ferdinand Von Mueller and Women Botanical Artists, Canberra, NLA.; Schiebinger, 2004Schiebinger, Londa (2004), Plants and Empire: Colonial Bioprospecting in the Atlantic World, Cambridge, Harvard University Press.; Cowley, 2002Cowley, Des (2002), “Women’s Work: illustrating the natural wonders of the colonies”. The La Trobe Journal, 69, pp. 11-29.).

Según un estudio reciente de Kew sobre la brecha de género en esta ciencia (Lindon et al., 2015Lindon, H. L.; Gardiner, L. M.; Brady, A.; Vorontsova, M. S. (2015), “Fewer than three percent of land plant species named by women: author gender over 260 years”, Taxon, 64 (2), pp. 209-215. DOI: https://doi.org/10.12705/642.4 ) las autoras femeninas representan solo el 12 % de todas las personas que han publicado nombres de plantas desde 1753, una proporción sorprendentemente pequeña en un campo científico que tradicionalmente ha contado con un gran número de mujeres. La obra de A. K. Wollstonecraft fue uno de los primeros tratados sobre la flora cubana de principios del siglo XIX. Con este texto queremos evidenciar que un estudio más profundo sobre su trayectoria y sus publicaciones, botánicas y literarias, merecen una investigación más amplia y detallada. Esa llamada de atención necesaria es uno de los objetivos de este trabajo, que pretende recoger los datos de forma unificada para incentivar nuevas perspectivas de investigación sobre las aportaciones de Nancy Anne Kingsbury Wollstonecraft y de las muchas mujeres botánicas e ilustradoras a la historia de la ciencia.

NOTAS

 
1

Al revisar el manuscrito original, la escritura de la firma parece indicar “Wollstonecroft” en lugar de “Wollstonecraft” lo que hacía todavía más confusa su atribución. A lo largo del texto se utilizan diversas variantes con erratas de su nombre, tal y como se reprodujeron en los textos que se mencionan.

2

Véase su correspondencia localizada en Library of Congress (“Andrew Jackson papers, 1775-1874”, MSS 27532).

3

Se trataría de un libro sobre el tema “Wollstonecraft(s) in America, 1792-1870s” cuyo contenido ha sido presentado en varias conferencias y compartido, en parte, a través de varios posts en su blog. Bodle también afirma que, probablemente, A. K. Wollstonecraft sí se trasladó a Cuba con otro menor cuyo nombre figura como Charles Wollstonecraft, aunque su parentesco no se ha esclarecido todavía. Bodle ha publicado varios textos en línea en https://feministhistoryofphilosophy.wordpress.com/2019/07/18/the-wollstonecrafts-in-america-links-and-summary/ (acceso: 25/02/2022).

4

Nota en la sección “Personal” del New York Herald, March 7, 1862 (Library of Congress, Washington, DC).

5

A lo largo del texto exponemos diversas citas de la obra y de diversas referencias biográficas, traducidas al español del inglés original. La traducción es propia de la autora, a no ser que se especifique la referencia a una edición traducida al español, en caso de haberla.

6

Desde 2014, The Maria Sibylla Merian Society intenta recuperar y visibilizar su legado. https://www.themariasibyllameriansociety.humanities.uva.nl/ (acceso: 27/05/2022).

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Mostramos la lista de especies a continuación, tal y como aparecen denominadas en este documento (algunos nombres pueden tener errores de transcripción mecanografiados en su momento histórico) y ordenadas alfabéticamente: Achania Malvaviseus, Achania Molio, Amaryllis Belladonna, Anacardium Occidentale Annona Muricata, Arbutos de vida Bryphollam, Areca Altissima, Areca Oleracea, Arus Peregrinum, Aschynomene Grandiflora, Bastard Fustik, Bignonia Stens, Bombax Pentandrum, Bromelia Amana, Cactus, Cactus Grandiflora, Cactus Pereskial Caesalpinia Pulchenima, Caffea Arabiue, Cameraria Latifolia, Canna Indica, Carica Papaya (Papaw), Carica Papaya (Papaya), Citrus Aurantium, Cleome Pentaphilla, Climbing Pink (Wild Potatoe), Clitoria Brasilian, Commoline, Convolvulus Brasiliensis, Convolvulus Cerulia et Rubra, Convolvulus Folia Composita, Convolvulus Minima, Convolvulus Polyanthus, Cordia Gerascanthus, Cordia Sebastina, Cranichis, Crescentia Cujeta, Crotalaria, Cryptogamia, Datura Arborea, Dolichos, Epidendrum, Epidendrum Angustifolium, Epidendrum Frangrens, Epidendrum Imbricatum, Epidendrum Undulatum, Epidendrum Vanilla, Eroteum Undulateum, Erythrina, Erythrina Corallodendron, Eugenia Jambos, Forest Nettle, Geoffroya Inermis, Gicama, Glycine Reticulata, Gnomea Bona Nox, Gnomea Fragrans, Gnomea Quamoclet, Gnomea Tuberosa, Hibiscus, Hibiscus Esculentus, Hibiscus Tiliaceous, Jatropha Curcus, Jatropha Multifidi, Justicia Assurgens, Justicia Picta, Lance Leaf, Lantana Camara, Largersfroemia, Latyrium Plantagineum, Laurus Persea, Lupina Perrina, Mangiflera Indica, Mimosa Punctata, Momordea Occidentates, Momordica Balsamina, Musa, Pancratium Caribaeum, Parkinsoniae Aculeata, Papaya Tree, Passiflora Angustifolia, Passiflora Cerulea, Passiflora Incarnata, Passiflora Minima, Plumeria Alba, Plumeria Rubra, Pothos, Psidium Pyriferum, Punica Granatum, Ricinus Communis, Rivini Humilis, Samyda, Samyda Spinosum, Sida Gabiensia, Solanum Melongena, Solanum Spinosum, Spondias, Syngenesia, Tanaecium Jaroba, Ternstromia, Tillandsiae, Tillandsia Monostachya, Tillandsia Tenufolia, Trioploris Jamaiconsis, Triopteris Alba, Triopteris Citrifolia, Tropaeolum Majus, Tuberose, Urtica Baccifera, Veneno del Caballos y Wild Sapodilla.

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