Asclepio. Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia 74 (1)
enero-junio 2022, p583
ISSN-L: 0210-4466
https://doi.org/10.3989/asclepio.2022.04

TRANSFUSIÓN SANGUÍNEA Y MOVILIZACIÓN POPULAR EN LA RETAGUARDIA: LA AGRUPACIÓ DE DONADORS DE SANG DE CATALUNYA (1937-1939)

BLOOD TRANSFUSION AND POPULAR MOBILIZATION IN THE REAR-GUARD: THE AGRUPACIÓ DE DONADORS DE SANG DE CATALUNYA (1937-1939)

Àlvar Martínez-Vidal

Instituto Interuniversitario López-Piñero, Universitat de València

https://orcid.org/0000-0001-9760-4449

Empar Pons Barrachina

Investigadora independiente

https://orcid.org/0000-0003-4674-5326

RESUMEN

Durante la Guerra Civil Española las autoridades de ambos bandos fomentaron la donación de sangre entre la población civil para remitirla desde la retaguardia a los frentes de batalla. El voluntariado se estimuló por dos vías principales: por un lado, apelando a la solidaridad de la población con los combatientes y, por otro, ofreciendo a los donantes ciertas recompensas, además de signos distintivos de reconocimiento social y protección personal como brazaletes e insignias.

Fundada en Barcelona a lo largo del verano de 1937, la Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya llegó a contar con cerca de 30.000 personas inscritas dispuestas a dar su sangre para cubrir primordialmente las necesidades de los servicios quirúrgicos del Ejército de la República. Esta entidad no respondía a un modelo de organización jerárquico y centralizado, sino que estaba conformada por diversos colectivos radicados en Barcelona y otras ciudades catalanas. Pese a ser una organización tan numerosa, no se conservan apenas vestigios en la memoria colectiva.

Este artículo pretende analizar los orígenes y la trayectoria de la Agrupació de Donadors de Sang utilizando como fuente principal las noticias aparecidas en la prensa de Barcelona. También se ha analizado el papel de la Cruz Roja en la gestación de dicha entidad.

PALABRAS CLAVE: 
transfusión sanguínea; donación de sangre; prensa; Guerra Civil Española; Barcelona.
ABSTRACT

During the Spanish Civil War, the authorities on both sides encouraged civilians to donate blood in order to refer it from the rear-guard to the frontline. Voluntary work was motivated in two main ways: on the one hand, by appealing to the solidarity of the population with the combatants; and, on the other hand, by offering donors certain rewards, as well as distinctive symbols (bracelets and insignia) of social recognition and personal protection.

Founded in Barcelona throughout summer in 1937, the Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya (Grouping of Blood Donors of Catalonia) had nearly 30,000 people registered who were disposed to donate their blood to cover primarily the necessities of the surgical services of the Spanish Republican Army. This organisation did not respond to a hierarchical and centralised organisational model, but was formed by various groups based in Barcelona and other Catalan cities. Despite being such a large organization, hardly any traces remain in the collective memory.

This article aims to analyse the origins and trajectory of the Agrupació de Donadors de Sang using as the main source the news that appeared in Barcelona’s press. Moreover, the role of the Red Cross on the development of the aforesaid organisation has also been analysed.

KEY WORDS: 
lood Transfusion; Blood Donation; Press; Spanish Civil War; Barcelona.

Recibido: 19  febrero  2021; Aceptado: 15  enero  2022; Publicado: 26 mayo 2022

Cómo citar este artículo/Citation: Martínez Vidal, Àlvar; Pons Barrachina, Empar (2022) “Transfusión sanguínea y movilización popular en la retaguardia: la Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya (1937-1939)”, Asclepio, 74(1): p583. https://doi.org/10.3989/asclepio.2022.04

CONTENIDO

1. SIN MEMORIA Y SIN HISTORIA

 

El 17 de febrero de 1939, solo cuatro días después de celebrarse el juicio sumarísimo que le condenó a muerte, fue fusilado en Barcelona Emili (o Emilio) Salazar Ventura, de 52 años de edad. “Decorador de imágenes”, casado y padre de tres hijos, la noticia del juicio militar, así como la de la ejecución de la sentencia, fue ampliamente difundida por la prensa barcelonesa. Además de pertenencia a la masonería1 Acerca de su pertenencia a la masonería (Logia Themis de Barcelona), véase el trabajo mecanuscrito, de Sandra Salvador Borràs, titulado Emili Salazar Ventura. La maçoneria i la seva repressió durant la guerra civil, que se conserva en la Biblioteca Pública Arús, de Barcelona, con la signatura E36-2-15. y de apropiación de imágenes religiosas de gran valor, se le acusaba de haber presidido el tribunal popular del barco prisión “Uruguay”, fondeado en el puerto de Barcelona, y de haber firmado como tal “numerosas sentencias de muerte”. Uno de los testigos de la acusación manifestó que Emili Salazar, afiliado a la Unión General de Trabajadores, era “uno de los comunistas más peligrosos”. También se le imputaba, como agravante, el hecho de haber sido el “presidente de la Asociación de Donadores de sangre para los heridos del ejército rojo” y de que, por tal motivo, “varias veces había hablado por radio” en actos de propaganda. En su intervención, el fiscal añadió que la asociación no tenía otro propósito que “devolver así combatientes al ejército Rojo” y proclamó que “los asesinos vulgares, como el procesado, [...], gente sin conciencia, religión ni fe, no merecen la compasión de los hombres”. En consecuencia, pidió para el acusado la pena de muerte2La Vanguardia Española, 14.02.1939, p. 12. Véase también el expediente de Emilio Salazar Ventura en el Centro Documental de la Memoria Histórica (Salamanca), Causa General, Leg. 1585, Caja 2, Exp. 4, f. 456. .

Ciertamente, la presidencia de la mencionada asociación de donadores de sangre no fue, ni de lejos, el cargo más importante que se le incriminó a Emili Salazar en aquel juicio; sin embargo, la ejecución de la sentencia no pasó desapercibida entre los refugiados republicanos que habían huido desde Cataluña hacia Francia en el marco de la Retirada (enero - febrero, 1939). Al traumatólogo Josep Trueta Raspall (1897-1977), refugiado en Inglaterra, le llegó la noticia a través de una carta manuscrita, fechada el día 17 de marzo, que le remitió desde Perpiñán su hermano Rafael (1902-1958), también cirujano pero especializado en otorrinolaringología. El texto dice así:

Nosaltres anem rebent noves de la nostra terra. [...] A n’el president del donadors de sang l’han afusellat amb l’excusa de que havia pertenescut [sic] a un tribunal popular3 Biblioteca de Catalunya, Fons Josep Trueta Raspall, carta de Rafael Trueta a Josep Trueta, [Perpiñán], 17.03.1939. .

Emili Salazar había presidido, en efecto, una organización denominada Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya, entidad afín al Comissariat de Propaganda, cuyo director, Jaume Miravitlles, alabó públicamente su trayectoria en diversas ocasiones (Boquera Diago, 2015, p. 512Boquera Diago, Ester (2015), La batalla de la persuasió durant la Guerra Civil. El cas del Comissariat de Propaganda de la Generalitat de Catalunya (1936-1939), Barcelona, Universitat Ramon Llull / Departament de Comunicació i Relacions Internacionals Blanquerna, tesis doctoral.). Esta entidad surgió en el verano de 1937 con el fin de auspiciar y coordinar las diversas iniciativas ciudadanas y gubernamentales conducentes a la movilización de donantes de sangre, tanto para suplir las necesidades del frente como para abastecer a los hospitales de la retaguardia. Nuestra hipótesis es que la principal finalidad de la Agrupació de Donadors era fomentar y gestionar, mediante la propaganda, la donación altruista de sangre para los combatientes. Por ello, intentaba coordinar los diferentes grupos o colectivos de donantes de sangre que habían surgido con motivo del conflicto bélico. Dichos voluntarios -mayormente, voluntarias- habían abastecido las necesidades del Servei de Transfusió de Sang al Front desde el comienzo de la guerra (Lozano, Cid, 2007, pp. 77-79Lozano, Miguel; Cid, Joan (2007), “Pioneers and Pathfinders. Frederic Duran-Jorda: A Transfusion Medicine Pioneer”. Transfusion Medicine Reviews, 21 (1), pp. 75-81. ; Hervás Puyal, 2017, p. 70Hervás Puyal, Carles (2017), “Inici i desenvolupament de les transfusions a Catalunya: la Guerra Civil”, Revista de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya, 32, pp. 70-73.). La fundación de la referida Agrupació tuvo como desencadenante la iniciativa liderada por el Comité Local de la Cruz Roja de Barcelona de crear en julio de ese mismo año de 1937 un servicio de transfusión propio, independiente del Ejército de la República, en el que los donantes pudieran elegir el destino de su sangre.

La Agrupació pretendía representar a todos los donantes voluntarios de sangre de Cataluña, incluidos los adscritos al servicio de transfusión de la Cruz Roja. Con todo, hay que tener en cuenta que dicha movilización popular surgió en paralelo a unas redes clientelares preexistentes, constituidas por médicos transfusores, que trabajaban tanto para los hospitales públicos como para las clínicas privadas, a menudo asociados a determinados cirujanos, y por donantes remunerados, que recibían una recompensa por sus servicios.

Como es sabido gracias a los estudios acerca de la transfusión de sangre durante la Guerra Civil Española, en octubre de 1936 la Generalitat creó en Barcelona el Servei de Transfusió de Sang al Front, dependiente en sus inicios del Consell de Sanitat de Guerra (Cid, 1996, pp. 323-402Cid, Felip (1996), La contribució científica catalana a la medicina i cirurgia de guerra (1936-1939), Barcelona, Uriach.; Palfreeman, 2015, pp. 34-58, 137-151Palfreeman, Linda (2015), Spain bleeds. The development of battlefield blood transfusion during the Civil War, Eastbourne, Sussex Academic Press / Cañada Blanch Centre for Contemporary Spanish Studies. ; Hervás Puyal, 2017Hervás Puyal, Carles (2017), “Inici i desenvolupament de les transfusions a Catalunya: la Guerra Civil”, Revista de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya, 32, pp. 70-73.). Fue el médico analista Frederic Duran i Jordà (1905-1957) quien, a las pocas semanas del estallido del conflicto bélico, puso en marcha ese servicio en el Institut Clínic de Montjuïc, que fue convertido en el Hospital Núm. 18 por el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC). Desde los primeros momentos, Duran afrontó con éxito dos tipos de problemas: unos de tipo biológico (análisis y envasado de la sangre) y otros de tipo logístico (captación y selección de donantes, distribución de los frascos, etc.). Pretendía suministrar, mediante camiones refrigerados, sangre conservada con el fin de que fuera administrada a los soldados heridos en los frentes de batalla. Era la llamada transfusión indirecta. Para ello, era necesario organizar en la retaguardia un gran colectivo de donantes voluntarios que, una vez analizada y tipificada su sangre, acudieran con prontitud a las llamadas que se hacían por medio de la radio y de la prensa. Como Duran i Jordà afirmó, gracias a la colaboración masiva de la población civil no hubo escasez de sangre en su servicio, sino más bien lo contrario4 Duran i Jordà, Frederic (1937a), “El Servei de Transfusió de Sang al Front. Organització - Utillatge”, La Medicina Catalana, 43-44, pp. 512-516; Duran Jordà, Federico (1937b), “El Servicio de Transfusión de Sangre de Barcelona. Técnicas y utillaje”, Revista de Sanidad de Guerra, 8, pp. 307-321. Duran Jordà, Frederic (1939), “The Barcelona Blood Transfusion Service”, The Lancet, 1, p. 905. .

No obstante, la historiografía se ha centrado no tanto en la donación como en la transfusión sanguínea; esto es, en la aplicación y la innovación de las técnicas relacionadas con la extracción, análisis, envasado, conservación y perfusión de la sangre. Tal vez debido a ello no se hayan tenido en cuenta las organizaciones de donantes que, como la referida Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya, surgieron con el fin de suplir las necesidades de sangre en un contexto bélico tan inédito como el que se dio en la Guerra de España.

Por otro lado, los estudios históricos sobre la Cruz Roja en dicho contexto se han ocupado mucho más de los aspectos diplomáticos de la labor desarrollada por el Comité Internacional, que de las tareas sanitarias realizadas por la Cruz Roja Española a escala local. Las negociaciones internacionales para evitar los bombardeos sobre población civil, la evacuación de personas perseguidas en la zona republicana y, en especial, el canje de prisioneros entre los contendientes han despertado el mayor interés (Marqués, 2000Marqués, Pierre (2000), La Croix Rouge pendant la Guerre Civil d’Espagne (1936-1939). Les missionnaires de l’humanitaire, París/Montréal, L’Harmattan.; Coni, 2008, pp. 105-106; Gonzàlez i Vilalta, 2014Gonzàlez i Vilalta, Arnau (2014), “El Comitè Internacional de la Creu Roja, el possible reconeixement diplomàtic de Catalunya i els efectes humanitaris de l’evolució política catalana (1936-1939)”, Segle XX. Revista catalana d’història, 7, pp. 33-52.; Pretus, 2015, pp. 74-85, 189-196Pretus, Gabriel (2015), La ayuda humanitaria en la Guerra Civil española (1936-1939), Granada, Comares.). Sin embargo, es muy poco lo que se sabe acerca de la asistencia prestada por la Cruz Roja Española -la republicana y la franquista- a los heridos en los frentes y en la retaguardia; y, aún menos, del papel de la Cruz Roja en la movilización popular en torno a la donación de sangre (Clemente, 1993, pp. 74-75, 83-85Clemente, Josep Carles (1993), El árbol de la vida. La Cruz Roja en la guerra civil española, 1936-1939), Madrid, Laboratorios Beecham. ; Alía Miranda, 2020, pp. 121-130, 173-178).

Recientemente, Sebastian Browne en su libro Medicine and Conflict. The Spanish Civil War and its Traumatic Legacy ha desplazado el foco de atención hacia la relación entre la transfusión y la propaganda en el contexto de la guerra civil, lo que implica el abordaje de fenómenos relacionados con la persuasión y los medios de comunicación de masas y, por tanto, con la movilización popular en un ámbito tan específico como el de la donación de sangre (Browne, 2019, pp. 112-158Browne, Sebastian (2019), Medicine and Conflict. The Spanish Civil War and its Traumatic Legacy, Routledge / Cañada Blanch Studies on Contemporary Spain.). En la zona republicana, señala el autor, las campañas de donación se identificaban con la lucha antifascista protagonizada tanto por hombres como por mujeres, mientras que en la zona sublevada la propaganda invocaba el tradicional papel subalterno de las mujeres ligado a la religión católica (Browne, 2019, p. 113Browne, Sebastian (2019), Medicine and Conflict. The Spanish Civil War and its Traumatic Legacy, Routledge / Cañada Blanch Studies on Contemporary Spain.). También recientemente, Linda Palfreeman y Peter Pinkerton han explorado las influencias que en Gran Bretaña tuvieron las innovaciones técnicas y logísticas desarrolladas en materia de transfusión de sangre durante la Guerra Civil Española. Para ello, analizan las aportaciones que algunos médicos británicos comprometidos con la defensa de la República Española llevaron a cabo en la organización de los servicios de transfusión del Reino Unido en los inicios de la II Guerra Mundial. Destaca el papel de la hematóloga Janet Vaughan (1899-1993), que acogió en su casa de Londres a Duran i Jordà, mientras ambos trabajaban en la British Postgraduate Medical School at Hammersmith (Willis, 2008, p. 160Willis, Elizabeth A. (2008), “Medical responses to civil war and revolution in Spain, 1936-1939: international aid and local self-organization”, Medicine, Conflict and Survival, 24 (3), pp. 159-173.; Palfreeman, Pinkerton, 2019, pp. 6-7Palfreeman, Linda; Pinkerton, Peter (2019), “Transfusion in the Spanish Civil War: Supply and demand, the role of the “blood transfusion officer” and British planning for the outbreak of the Second World War”, Transfusion and Apheresis Science, 58 (6), p. 102671. )5 Véase en este mismo dossier el artículo titulado “El Servicio de Transfusión del Ejército Republicano durante la Guerra Civil Española y su influencia en Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial”, de Linda Palfreeman y Peter Pinkerton. .

Con todo, estos historiadores no hacen referencia a la Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya, sin duda porque la memoria de dicha entidad fue borrada drásticamente por los vencedores de la Guerra Civil y apenas quedan rastros. No solo fueron disueltas o desmanteladas las asociaciones de donantes voluntarios consorciadas en la Agrupació de Donadors, incluida la del Servicio de Transfusión de la Cruz Roja6 Miserachs Rigalt, Manuel (1960), “Nuestra experiencia en la organización de un servicio de transfusión de Cruz Roja y perspectivas para el futuro”, Anales Médico-Quirúrgicos de la Cruz Roja Española, 2 (2), pp. 143-146 (aquí p. 144). , sino que, como se ha visto, su presidente fue ajusticiado a los pocos días de la ocupación de Barcelona por las tropas franquistas. No se ha conservado, que tengamos noticia, la documentación de dicha entidad, ni las actas de la junta directiva, ni las fichas de los donantes, ni la normativa de régimen interno. No obstante, sí se han conservado algunos carnets en cuyo anverso se incluye la fotografía con los datos personales del donante y, en su reverso, la anotación de las fechas de las extracciones de sangre. Asimismo, se encuentra una referencia a Emili Salazar y a la Agrupació en el obituario que la revista Ressorgiment, de Buenos Aires, le dedicó a Frederic Duran i Jordà tras su fallecimiento en Manchester en 1957. Dice así:

Els cos de donadors de sang que Duran pogué reunir en els seus arxius acuradament catalogats, abastà xifres de molts milers. Posseir la fitxa de donador de sang del servei del Dr. Duran arribà a constituir un motiu d’orgull. Poder exhibir en la tarja la certificació d’haver actuat de donador diverses vegades, era encara motiu de joia més rellevant. No tothom, però, degué creure-ho així, car una de les primeres víctimes de la repressió franquista, caigudes a Barcelona, fou Emili Salazar, el popular president de l’Associació de donadors de sang, que periòdicament parlava per ràdio a favor de l’obra del Servei de Transfusió7 Catalaunicus (1957), “Ha mort el Dr. Duran-Jordà”, Ressorgiment, 42 (492), p. 7927..

Por otro lado, la probable vinculación de la Agrupació de Donadors al Comissariat de Propaganda de la Generalitat permite pensar que tras la guerra la documentación de la Agrupació podría haber corrido la misma suerte que la del Comissariat; o sea, su dispersión y expolio (Boquera Diago, 2015, pp. 24-26Boquera Diago, Ester (2015), La batalla de la persuasió durant la Guerra Civil. El cas del Comissariat de Propaganda de la Generalitat de Catalunya (1936-1939), Barcelona, Universitat Ramon Llull / Departament de Comunicació i Relacions Internacionals Blanquerna, tesis doctoral.). Esta ausencia podría ser debida a que en su momento fuera destruida u ocultada para proteger la identidad y evitar la localización de sus afiliados, con el fin de prevenir posibles represalias por parte del régimen del general Franco.

Cabe señalar, por último, el artículo de Jean CY Wang que analiza el reclutamiento de donantes de sangre entre la I y la II Guerra Mundial, incluida la Guerra Civil Española (Wang, 2018, p. 53Wang, Jean CY (2018), “A call to arms: wartime blood donor recruitment”, Transfusion Medicine Reviews, 2018; 32 (1), pp. 52-57.). Ese artículo relaciona las campañas de donación, basadas en la persuasión a través de los medios de comunicación, con las tecnologías existentes para la transfusión directa e indirecta de sangre en diversos escenarios bélicos. Por lo que se refiere al caso de Barcelona, hay que que decir que reproduce las imágenes (tres sellos y un póster) de la propaganda desplegada por la Agrupació de Donadors de Sang en 1938 con el fin de recabar fondos y de fomentar las donaciones. Son sellos conmemorativos con el emblema de la entidad, que hace referencia al escudo de Cataluña, donde las cuatro barras rojas se han sustituido simbólicamente por chorros de sangre de ayuda a los combatientes (Domènech, 2014, p. 65Domènech, José Vicente (2014), Viñetas políticas republicanas de la Guerra Civil Española, 4ª ed., Donostia, AFINET.). El póster animaba a la población civil a ofrecer “unos gramos de sangre” para salvar las vidas de los combatientes republicanos heridos en los frentes de batalla y a inscribirse como donantes en la sede de la Agrupació, según se puede apreciar en la portada de la revista.

El objetivo de este trabajo es realizar una primera aproximación a los orígenes, los fines y las actividades de la mencionada Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya, una compleja organización de la que, a falta de la documentación propia, no se conocía absolutamente nada hasta la fecha. Para ello, se ha revisado sistemáticamente La Vanguardia y el Boletín de la Brigada Mixta de Barcelona, órgano de la Cruz Roja local, y se han realizado búsquedas en plataformas digitales tales como el Arxiu de Revistes Catalanes Antigues (ARCA) y la Biblioteca Virtual de la Prensa Histórica. También se ha consultado, en el Arxiu Nacional de Catalunya, la documentación del consejo de guerra contra Emili Salazar Ventura8 Arxiu Nacional de Catalunya, Consells de Guerra Sumaríssims, Núm. de causa 000382. y el Fondo Miserachs-Ribalta, que contiene la documentación profesional de Manuel Miserachs Rigalt (1906-1980), el médico que puso en marcha el Servicio de Transfusión de Sangre de la Cruz Roja de Barcelona9 Arxiu Nacional de Catalunya, Fons Miserachs-Ribalta (F901). . Igualmente, se han consultado las actas del Comité Local de la Cruz Roja de Barcelona que se conservan en el Centro de Documentación de la Cruz Roja Española en Madrid10 Centro de Documentación de la Cruz Roja Española (CDCRE en adelante), Libro de actas del Comité Local de Barcelona, 1934-1939. Signatura: APCREBA26. .

En un primer apartado se examinará la situación de la donación de sangre en Barcelona antes de la insurrección del 18 de julio de 1936, así como los retos, en cuanto a la donación se refiere, provocados en la retaguardia tras el golpe militar y el desarrollo del conflicto bélico a gran escala. Las necesidades de sangre se multiplicaban a medida que se incrementaban los heridos en los campos de batalla y en las poblaciones que, como Barcelona, eran bombardeadas sistemáticamente por la aviación italiana (Gallego Vila, 2017Gallego Vila, Laia (2017), “Els bombardeigs de Barcelona durant la Guerra Civil: historiografia i memorialització”, Índice Histórico Español, 130, pp. 13-37.). Más aún, la asistencia a las víctimas de las Jornadas de Mayo de 1937, en las que se enfrentaron, por un lado, anarquistas y militantes del Partit Obrer d’Unificació Marxista (POUM) y, por otro, socialistas y comunistas del PSUC junto al gobierno republicano y la Generalitat, evidenció el acuciante problema de la escasez de sangre en la ciudad y el malestar entre los donantes, especialmente entre aquellos “profesionales” que antes de la guerra habían colaborado con las clínicas y los hospitales. Dos meses más tarde, aparecía en la prensa la noticia de la creación, por parte de la Cruz Roja de Barcelona, de un servicio de transfusión propio y, acto seguido, la de la constitución de la mencionada Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya.

El segundo apartado se dedicará al proceso de creación del servicio de transfusión de la Cruz Roja y el tercero, a mostrar de manera cronológica las actividades desarrolladas por la Agrupació de Donadors de Sang entre el verano de 1937 y el invierno de 1939. Esto es, hasta la ocupación de Barcelona por las tropas del general Franco y el fusilamiento de Emili Salazar.

2. ENTRE EL ALTRUISMO Y EL ÁNIMO DE LUCRO: LA DONACIÓN DE SANGRE EN BARCELONA EN TORNO A 1936

 

Según apunta Josep Maria Massons, antes del estallido de la guerra civil había en Barcelona dos tipos de donadores de sangre: por un lado, los familiares y los amigos de los enfermos que se avenían a dar su sangre para la ocasión; y por otro, los remunerados, que solían percibir una peseta por centímetro cúbico de sangre transfundida11 El cirujano y farmacólogo Josep Maria Massons i Esplugas (1913-2012) fue testigo directo de los hechos que narra en su evocación de la práctica de la transfusión en los años treinta. Véase: Massons, Josep M. (2006), “L’obra de Frederic Duran i Jordà viscuda per mi”, Revista de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya, 21, pp. 52-55 (aquí p. 52). . Si bien la mayor parte de las transfusiones eran altruistas, hay indicios que permiten afirmar que por entonces ya existían redes clientelares bien consolidadas en el ámbito de la donación de sangre. Aunque actualmente no sea fácil ni identificarlas ni trazarlas, estaban integradas por donantes que trabajaban, tanto en el sector público como en el privado, para determinados médicos transfusores (Zarzoso, Fajula, 2015, p. 17Zarzoso, Alfons; Fajula, Sara (2015), Clíniques a Barcelona, Barcelona, Col·legi Oficial de Metges de Barcelona.). Sin duda, los precios estaban sometidos a la ley de la oferta y la demanda, pero en cualquier caso se habrían estipulado previamente entre ambas partes. En cualquier caso, las transfusiones se practicaban de forma directa, es decir, del brazo del dador al brazo del receptor, tendidos en camillas próximas entre sí, lo que a menudo suscitaba fuertes vínculos emocionales12 Massons (2006), “L’obra de Frederic Duran i Jordà...”, p. 55, n. 1. .

Ciertamente, ante una situación de urgencia, como por ejemplo una hemorragia profusa provocada por un accidente de trabajo o sobrevenida en el curso de una intervención quirúrgica, no era raro que alguien, entre el personal sanitario presente, donara su sangre in extremis. En tales casos, el voluntario -o la voluntaria- solía percibir un pequeño emolumento. Sin embargo, a medida que las transfusiones se hicieron más y más frecuentes, se recurría a donantes “profesionales”, sobre todo si se trataba de operaciones programadas. La prensa médica de la época solía incluir anuncios en los que los médicos transfusores ofrecían sus servicios de manera permanente ante un sinfín de cuadros clínicos, desde el shock hemorrágico hasta las intoxicaciones, las infecciones y las enfermedades de la sangre (Morera Sobà, 2016, pp. 182-184Morera Sobà, Vicent (2016), Les Monografies Mèdiques (1926-1937): medicina i país, Sant Joan d’Alacant, Universitas Miguel Hernández / tesis doctoral.). Por ejemplo, con un “sencillo aviso telefónico” el servicio de transfusión sanguínea de Antoni Armengol i Peracaula (1892-1966) y Francesc Martínez Ribera, cuyo consultorio particular se hallaba en el núm. 255 de la calle Rosselló, se encargaba no solo de determinar el grupo sanguíneo del enfermo y los de los donantes voluntarios que pudieran hallarse presentes, sino también de aportar donantes universales (del grupo 0) si se trataba de una urgencia, y de llevar el material adecuado adondequiera que se realizase la transfusión (Zarzoso, Fajula, 2015, p. 17Zarzoso, Alfons; Fajula, Sara (2015), Clíniques a Barcelona, Barcelona, Col·legi Oficial de Metges de Barcelona.). También se podían encontrar, convenientemente destacadas, las señas (dirección y teléfono) de las consultas de los transfusores en “la sección clasificada por comercios, industrias y profesionales” de la Guía telefónica de Cataluña de 1936. Los médicos transfusores que aparecen bajo el epígrafe “Transfusió de sang” se anunciaban por parejas: A. Armengol y F. Martínez Ribera, G. Lorca y E. Albelda, y R. Moragas y J. Grau Colomé13Guía telefónica de Cataluña. Enero 1936, [Madrid], Compañía Telefónica Nacional de España, pp. 119-120. .

Estos reclamos publicitarios demostrarían la existencia en Barcelona de personas fáciles de localizar por los transfusores y resueltas a dar su sangre, formando parte de unas redes clientelares más o menos estables. En esa línea, no es aventurado pensar que los transfusores conocieran bien a sus donantes, al menos desde un punto de vista serológico. Analizarían muestras de sangre con el fin de identificar el grupo sanguíneo y de eliminar de sus registros a quienes padecieran anemias o que pudieran transmitir enfermedades infecciosas, especialmente venéreas.

La creación del Servei de Transfusió de Sang al Front en septiembre de 1936, apenas dos meses después del estallido de la guerra, debió provocar la desestabilización de dichas redes, pues muchos de los médicos transfusores y de los donantes remunerados serían movilizados y encuadrados en milicias antifascistas y, más tarde, en el ejército republicano. En el marco del conflicto bélico, las sucesivas campañas a favor de la donación voluntaria en la retaguardia hicieron posibles envíos masivos de sangre para los heridos en los frentes. Movilizada por la propaganda antifascista, la población civil de Barcelona donó sangre de manera altruista en grandes cantidades; sin embargo, tales envíos alteraron el habitual aprovisionamiento en las clínicas y los hospitales civiles. Un sector asistencial, sobre todo el de las clínicas privadas, que en Barcelona había experimentado un crecimiento espectacular durante el primer tercio del siglo XX a medida que se desarrollaban las especialidades médicas, sobre todo quirúrgicas, y las clases medias accedían a las prestaciones asistenciales que facilitaban las mutuas y los seguros de enfermedad (Zarzoso, 2021Zarzoso, Alfons (2021), “Private surgery clinics in an open medical market: Barcelona, 1880s-1936”, Journal of Evolutionary Studies in Business, 6 (1), pp. 67-113.).

La cantidad de sangre obtenida por el Servei de Transfusió, así como el número de extracciones practicadas, creció de manera regular durante los primeros meses, alcanzando cerca de 400 litros en abril de 1937. Sin embargo, al mes siguiente la cantidad descendió a 250 litros y, aunque en junio se recuperaron las extracciones, en julio apenas se lograron recoger 180 litros de sangre14 Duran Jordà, Frederic (1937b), “El Servicio de Transfusión de Sangre...”, p. 315. . De manera significativa, el número de nuevos donadores también retrocedió en mayo y en julio de ese año15 Duran Jordà, Frederic (1937b), “El Servicio de Transfusión de Sangre...”, p. 311. .

Como ya se ha apuntado, las Jornadas de mayo de 1937 convirtieron las calles de Barcelona en escenario de combates encarnizados entre facciones rivales que provocaron centenares de muertos y más de un millar de heridos. Por otra parte, los bombardeos de la ciudad protagonizados por la aviación italiana, que se venían sucediendo desde el mes de febrero, causaron miles de víctimas civiles que tenían que ser asistidas y, en caso de hemorragia, transfundidas. Por todo ello, la escasez de sangre se hizo cada vez más acuciante en clínicas privadas y hospitales civiles16 Miserachs Rigalt, Manuel (1960), “Nuestra experiencia…”, p. 144. . En otras palabras, la donación altruista de sangre para el frente puso en jaque el modelo clientelar preexistente en Barcelona, provocando el lógico malestar entre los donantes “profesionales”, al verse privados de sus ingresos y, sin duda, también entre los médicos transfusores, al perder a sus proveedores tradicionales.

Así, la Hoja oficial de la provincia de Barcelona del día 17 de mayo de 1937 daba cuenta de una reunión, celebrada la víspera en el dispensario del Dr. Joaquim Trias i Pujol (1887-1964), profesor de Patología Quirúrgica y decano de la Facultad de Medicina, en la que los donantes de sangre inscritos en el Servicio de Hematología y Transfusión del Hospital Clínico defendieron la necesidad de unificar a “todos los dadores de sangre de Barcelona, a fin de que puedan beneficiarse de las generosas donaciones todos los hospitales”17Hoja oficial de la provincia de Barcelona, 17.05.1937, p. 2, “Reunión de Dadores de Sangre”. .

3. UNA INICIATIVA NADA CASUAL: LA CREACIÓN DEL SERVICIO DE TRANSFUSIÓN DE SANGRE DE LA CRUZ ROJA DE BARCELONA

 

En la reunión del Comité Local de la Cruz Roja de Barcelona celebrada el día 9 de junio de 1937, uno de los médicos destinados al dispensario de la calle Lauria, Joan Perelló Magrinyà, intervino para informar acerca de la gravedad de la situación. En su exposición señaló el malestar reinante entre los donantes de sangre de Barcelona -unos 1.500 según él- por el trato que recibían de los hospitales y planteó la conveniencia de capitalizar el descontento en beneficio de la Cruz Roja mediante la creación de un servicio de transfusión propio. Afirmó que dicha iniciativa “redundaría en pro del buen nombre de [la] Cruz Roja y [que] al mismo tiempo podría comportar una fuente de ingresos para la institución”. Por consiguiente, se aprobó que Perelló Magrinyà estudiara a fondo el problema y que confeccionara el correspondiente informe18 CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 9.06.1937, p. 203. . En efecto, solo una semana después, el día 16, Perelló Magrinyà presentó de palabra y por escrito un informe sobre “la organización de donantes de sangre” que mereció la aprobación del Comité19 CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 16.06.1937, p. 206. . Por otra parte, al impulsar tal iniciativa el Comité Local de Barcelona no hacía otra cosa que seguir las directrices de la Liga de Sociedades de la Cruz Roja, adaptadas “a la práctica local en Barcelona”20 Miserachs, Manuel (1938), “El servicio de Transfusión de Sangre, seis meses de funcionamiento”. Boletín Oficial de la Brigada de Barcelona, 19 (217), pp. 19, 21. Las directrices fueron plasmadas en un folleto, editado en París en 1934, con el título La Croix Rouge et la Transfusion du Sang. Étude destinée aux Comité Ligue des Sociétés de la Croix-Rouge. Conditions du succès, mésures d’organisation..

Se dispuso que la sede del nuevo servicio fuera uno de los pisos, el tercero segundo, del edificio que la Cruz Roja tenía en el núm. 95 de la calle Lauria. Allí se tendrían que guardar, entre otros documentos, los ficheros de los voluntarios. Se asignó un teléfono propio para atender las llamadas y un vehículo con el que transportar a los donantes, algo lógico si se tiene en cuenta que las transfusiones eran directas, de brazo a brazo, y que, tras las extracciones, los donantes debían ser llevados a sus casas. Con tales preparativos, el día 24 de julio apareció, como luego se verá, la primera noticia en prensa21La Humanitat, 24.07.1937, p. 2, “La Creu Roja i el seu servei de Transfusió de Sang”. .

En el acta de la reunión celebrada por el Comité Local el día 28 de julio consta el compromiso de que el Servicio de Transfusión dependiera de la Inspección Regional y que Perelló Magrinyà fuera su director22 CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 28.07.1937, p. 218. . Un mes más tarde, el día 30 de agosto, el Comité acordó pedirle que presentara “un plan general de organización” en el que se contemplara el personal y el utillaje necesario, así como “los frutos morales y materiales que se podrían obtener con el funcionamiento de ese Departamento”23 CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 30.08.1937, p. 233. . Una semana después se nombró una comisión presidida por Josep Martí Feced (1890-1963), que era uno de los médicos de Cruz Roja con mayor prestigio, para que examinara la idoneidad de la propuesta presentada por Perelló Magrinyà24 CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 6.09.1937, p. 236. . En las actas no consta el dictamen, pero lo cierto es que el reglamento fue aprobado el día 22 de septiembre con la condición de que el Servicio de Transfusión dependiera del Comité Local y no de la Inspección Regional. Esta exigencia sugiere que su ámbito de actuación quedaba circunscrito a la ciudad de Barcelona y, si acaso, a las poblaciones colindantes25 CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 22.09.1937, p. 241. . El cuadro facultativo del nuevo servicio no fue constituido hasta la reunión celebrada el día 6 de octubre, en que se designó a Manuel Miserachs Rigalt como director jefe, a Joan Perelló Magrinyà como “médico de la Brigada” y a Ricard Roca de Vinyals26 Guilera, Luis de; Ripoll, J.; Grau Codina, L. (1960), “Ricardo Roca de Viñals. In memoriam”, Anales de Medicina, 46 (19), pp. 426-434. (c.1905-1960) como “médico del Hospital”, que era quien hasta entonces se había encargado de las transfusiones en el Hospital Dos de Mayo de la Cruz Roja de Barcelona. El acta nada dice acerca del porqué de tales nombramientos; solo apunta de manera escueta que fueron propuestos por Josep Martí Feced27 CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 6.10.1937, p. 242. . Aunque no es éste el lugar en el que detallar la organización, ni mucho menos las vicisitudes por las que atravesó el Servicio de Transfusión de la Cruz Roja durante la contienda, apuntemos algunos datos acerca de la figura del director, el mencionado Miserachs Rigalt, porque no deja de ser sorprendente que se nombrara para tal cargo a una persona de la que no hay evidencia alguna de una vinculación anterior con la Cruz Roja.

Por supuesto, la elección de Manuel Miserachs Rigalt (1906-1980) como director del nuevo servicio, pasando por delante a sus dos colegas, no fue fruto del azar. Pese a su juventud, su carrera profesional era impresionante. Licenciado en 1930 en Medicina con premio extraordinario, acabó los estudios de Farmacia al año siguiente, logrando así una sólida formación complementaria en todo lo concerniente al laboratorio. En abril de 1933 obtuvo por oposición una plaza de médico auxiliar adscrita al Laboratorio de Bacteriología y Serología, que dirigía Ricard Moragas en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, coincidiendo con la puesta en marcha de su Servicio de Transfusión28 Arxiu Nacional de Catalunya, Fons Miserachs-Ribalta, F901-UC22, Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, “Dades Biogràfiques donades per Manuel Miserachs Rigalt”.. El día 9 de mayo de 1934 pronunció una conferencia en la Acadèmia i Laboratori de Ciències Mèdiques con el significativo título de “Elecció de donadors en la transfusió de sang”, que apareció publicada en Annals de Medicina, la revista de la Acadèmia29 Miserachs i Rigalt, Manuel (1934), “Elecció de donadors en la transfusió de sang”, Annals de Medicina, 28 (8), separata. . De entonces data su libro La transfusió de sang, el número 80 de la serie “Monografies Mèdiques” que dirigía el médico y político Jaume Aiguader i Miró (1882-1943). Se trataba, como Miserachs confesaba en el prólogo de la obra, de un trabajo de síntesis acerca de un tema que despertaba más y más interés entre médicos y estudiantes de medicina, así como entre otros profesionales sanitarios. En cualquier caso, esta monografía significaba la consagración de Miserachs en Cataluña como el médico experto en transfusión de sangre (Morera Sobà, 2016, pp. 138, 348, 372Morera Sobà, Vicent (2016), Les Monografies Mèdiques (1926-1937): medicina i país, Sant Joan d’Alacant, Universitas Miguel Hernández / tesis doctoral.). En 1935 Miserachs se anunciaba en la prensa médica como transfusionista, incluyendo en su oferta un servicio permanente de urgencia y la disponibilidad de “donadors professionals”. Tenía su consultorio en el núm. 117 de la calle del Bruch, esto es, en el centro derecha del Eixample (Morera Sobà, 2016, pp. 182-183). Habiendo sido nombrado para el año académico 1934-1935 “profesor de laboratorio” de la Acadèmia i Laboratori de Ciències Mèdiques de Catalunya, impartió un curso sobre los grupos sanguíneos en el Servicio de Medicina General de Francesc Gallart Monés (1880-1960), en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau30 Acadèmia de Ciències Mèdiques i de la Salut, Actes de la Junta General Extraordinària, 19.06.1935, “Memòria [del] Dr. Miserachs”, pp. 162-163.. En definitiva, Miserachs se había convertido en el transfusor de referencia en Barcelona.

Inmediatamente tras la insurrección militar de julio de 1936, Miserachs se incorporó al Hospital de Sant Pau, que muy pronto pasó a llamarse Hospital General de Catalunya, para atender a los heridos en los enfrentamientos callejeros, llegando a practicar en pocos días un total de 29 transfusiones31La Vanguardia, 25.07.1936, p. 4, “Los servicios de estos días en el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo”. . Una cifra notable teniendo en cuenta que en todo el año 1935 solo se habían realizado allí 128 intervenciones de este tipo (Hervás, 2017, p. 70Hervás Puyal, Carles (2017), “Inici i desenvolupament de les transfusions a Catalunya: la Guerra Civil”, Revista de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya, 32, pp. 70-73.). Unas semanas más tarde se enroló como médico transfusor en el equipo quirúrgico, encabezado por Josep Maria Vilardell, que desde el Hospital General partió hacia el frente de Aragón, a Flix y Puebla de Híjar32La Vanguardia, 3.09.1936, p. 3, “Los servicios sanitarios. Salida de un equipo para el frente”.. Sin embargo, todo parece indicar que muy pronto volvió a Barcelona, pues el día 7 de octubre fue elegido miembro de la Junta de Gobierno de la citada academia bajo la presidencia del cirujano Antoni Trias i Pujol (Calbet, 1997, pp. 195-196Calbet i Camarasa, Josep Maria (1997), “L’Acadèmia de Ciències Mèdiques durant la Guerra Civil”, Gimbernat, 27, pp. 193-204.). El día 23 de diciembre pronunció en el Casal del Metge, sede de la mencionada academia, la conferencia “Organització dels serveis de transfusió en temps de guerra”, en la que defendió la superioridad de la transfusión directa sobre la indirecta. En su opinión, la sangre conservada presentaba una serie de desventajas, como la necesidad de refrigeración, la imposibilidad de fijar las cantidades requeridas, la hemólisis del transporte, etc., así como la falta de experiencia de los médicos para realizar la transfusión. Postulaba, a cambio, el traslado de los heridos a los hospitales de retaguardia donde médicos expertos practicarían la transfusión directa de manera adecuada (Palfreeman, 2015, pp. 42-43Palfreeman, Linda (2015), Spain bleeds. The development of battlefield blood transfusion during the Civil War, Eastbourne, Sussex Academic Press / Cañada Blanch Centre for Contemporary Spanish Studies. ). El texto de dicha conferencia fue publicado como artículo de revista a primeros de 1937 por La Medicina Catalana. En la portada figuraba su adscripción institucional en aquel momento: “Metge del Servei de Transfusió de l’Hospital General de Catalunya”33 Miserachs, Manuel (1936-1937), “Organització dels serveis de transfusió en temps de guerra”, La Medicina Catalana, 39-40, pp. 341-345. .

Hubo otro factor en la elección de Miserachs para la dirección del Servicio de Transfusión de la Cruz Roja. El reglamento aprobado contemplaba las donaciones remuneradas, tal como se hacía en Barcelona con anterioridad a la guerra. Esto comportaba la restauración de las redes clientelares de médicos transfusores y donantes profesionales. El requisito era, según la normativa, que un porcentaje de los ingresos fueran destinados a las arcas del servicio:

Además, en el Reglamento se ha previsto la posibilidad de utilizar dadores de sangre para enfermos particulares y este detalle se ha solucionado a base de que el S. T. [Servicio de Transfusión] solamente suministra, en estos casos, dadores de los que, además de ofrecerse voluntariamente para los hospitales, aceptan también hacer transfusiones a particulares a cambio de la remuneración ordinaria en nuestra Ciudad. Tales dadores dejan [un] 5 por 100 de la cantidad percibida en la caja de S. T. de C. R. También existe una guardia de Médico transfusor para acudir donde sea preciso hacer una transfusión y no se disponga de técnico transfusor34 Miserachs, Manuel (1938), “El servicio de Transfusión de Sangre...”, p. 19. .

4. LA AGRUPACIÓ DE DONADORS DE SANG DE CATALUNYA A TRAVÉS DE LA PRENSA BARCELONESA

 

Como se ha apuntado en la introducción, la mayor parte de la información obtenida sobre la Agrupació de Donadors de Sang se basa en las noticias publicadas en la prensa de la ciudad de Barcelona entre mediados de 1937 y principios de 1939. Concretamente, la primera información encontrada aparece publicada en el periódico La Humanitat el 28 de julio de 1937. Más que una noticia, es un llamamiento dirigido a los donantes de sangre de Cataluña para anunciarles la inminente celebración de una asamblea en la que se iba a abordar un tema de su interés. El aviso de convocatoria decía:

Hom prega tots els donadors que mentrestant no es celebri l’assemblea, s’abstinguin de signar cap compromís, car això podria hipotecar la voluntat dels afiliats a l’Agrupació de Donadors de Sang, actualment en formació35La Humanitat, 28.07.1937, p. 3, “Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya”. .

Tan solo cuatro días antes el mismo periódico había publicado una noticia referente a la organización de un servicio de transfusión de sangre por parte de la Cruz Roja de Barcelona, semejante a los ya existentes en otros países. Este servicio se justificaría como el complemento de la obra realizada durante los últimos años en los hospitales de la capital catalana y también “per recollir els innombrables oferiments de donadors que en tots temps però especialment durant els actuals moments de lluita s’han rebut en aquesta Institució”. Además, se indicaba que la institución tenía un reglamento propio que permitía a los donantes elegir libremente los hospitales donde quisieran dar sangre y que la Cruz Roja cuidaría de su salud mediante un reconocimiento médico trimestral obligatorio. Asimismo, se ofrecía como compensación el derecho de usar un brazalete de identificación y el compromiso de ser respetados como miembros de la Cruz Roja36La Humanitat, 24.07.1937, p. 2, “La Creu Roja i el seu servei de Transfusió de Sang”. .

El primero de octubre de 1937 La Humanitat informaba que el Servicio de Transfusión de Sangre de la institución ya era un hecho. En el artículo se incide en que el objeto de ese nuevo servicio de la Cruz Roja es “proporcionar ràpidament donadors de sang a tots els metges transfusors de tots els hospitals de Barcelona que en sol·licitin”. No obstante, se apunta también que se trata de un servicio destinado a abastecer de sangre al frente, a los heridos de guerra hospitalizados en cualquier centro de Barcelona y “als altres ferits, malalts o operats dels hospitals de la nostra ciutat”37La Humanitat, 1.10.1937, p. 3, “El Servei de Transfusió de Sang de la Creu Roja de Barcelona”. . Se requería que los potenciales donantes, hombres o mujeres, tuvieran 18 años cumplidos y gozaran de buena salud. Entre las nuevas contraprestaciones para los donantes, se añadían descuentos en las cuotas mensuales como socios, asistencia gratuita en sus dispensarios, la posibilidad de formar parte de la cooperativa de alimentos y, en casos de urgencia, el traslado de los donantes en coches oficiales38La Humanitat, 1.10.1937, p. 3, “El Servei de Transfusió de Sang de la Creu Roja de Barcelona”. .

Ese mismo mes de octubre, una reseña de un discurso radiofónico revelaba que la Agrupació de Donadors de Sang ya contaba con un presidente, Emili Salazar, quien había hecho un llamamiento a la ciudadanía para que ofrecieran “generosamente el más vital de los líquidos”39El Diluvio, 10.10.1937, p. 3, “Cosas del día”. . Un mes más tarde, Salazar daría una conferencia sobre “Necesidades de la retaguardia. Transfusiones de Sangre” en el Ateneu Enciclopèdic “Sempre Avant”40La Vanguardia, 10.11.1937, p. 2, “Una conferencia”..

A finales de diciembre, una información publicada en La Humanitat41La Humanitat, 30.12.1937, p. 2, “Crida de l’Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya”. permite saber que la Agrupació disponía de un céntrico local en el número 1 de la calle Gravina, cerca de la Ronda Universitat. Dependiera o no del Servicio de Transfusión de Sangre del ejército republicano, lo que sí parece demostrado es que existía una sólida vinculación entre ambas entidades. Prueba de ello es el llamamiento aparecido en prensa en el que la Agrupació pedía fondos con el fin de regalar una furgoneta para transportar la sangre al frente equipada “amb tots els avanços de la tècnica moderna”. Los donativos en metálico debían ser enviados a la sede de la Agrupació42La Humanitat, 30.12.1937, p. 2, “Crida de l’Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya”. .

En enero de 1938 el redactor de La Humanitat Josep Maria Francesc hizo una reflexión sobre la aparición de los donantes de sangre, mujeres y hombres, a quienes consideraba como una figura nueva en el devenir de la humanidad que surgía en medio de las “abominables innovacions” de las técnicas destructoras de la guerra moderna43La Humanitat, 20.01.1938, p. 4, “Donadors de Sang”.. En mayo, la sede de la entidad se había trasladado al núm. 30 de la calle Portaferrissa, entre la Rambla y la Catedral. Allí los donantes tenían que dirigirse para recoger el brazalete y la tarjeta de identidad, que habiendo sido aprobados por el Gobierno de la República les permitía acreditar su personalidad. Para ello, los donantes debían aportar su carnet o el certificado del lugar en el que estuvieran inscritos, más una fotografía44La Vanguardia, 8.05.1938, p. 6, “Donadores de Sangre de Cataluña”.. Este anuncio nos aporta un dato relevante para entender su estructura organizativa: la Agrupació aglutinaba a los diferentes colectivos, instituciones, servicios, etc., que contaban con donantes de sangre, ejerciendo una función de coordinación y control. El día 21 de mayo el presidente de la Generalitat, Lluís Companys, recibió a Emili Salazar en su despacho oficial45La Vanguardia, 21.05.1938, p. 4, “El señor Companys”.. La estructura anteriormente citada queda bien reflejada en un artículo publicado con motivo de la exposición, en los escaparates de los almacenes Jorba de Barcelona, de la bandera que los empleados iban a regalar a la Agrupació:

L’Agrupació de Donadors de Sang compta entre els seus associats tots els donadors de sang de Catalunya sense distinció d’agrupaments. Tramvies, Metros, Autobusos, Ferrocarrils, conjuntament amb els Grans Magatzems com són Casa Jorba, Casa Vilardell, El Siglo, Magatzems Alemanys entre molts altres, grups de fàbriques i tallers, empleats de l’Ajuntament, de la Generalitat, del Palau de Justícia, etc., etc., afegint-hi els dels Hospitals Clínic, General de Catalunya, Militar i de la Creu Roja. Tots ells, en fi, són precisament els agrupaments que constitueixen l’Agrupació46La Publicitat, 7.06.1938, p. 2, “Una bandera als donadors de sang”..

En otro artículo, publicado ese mismo día en El Diluvio, se ampliaba la información acerca del alcance institucional de la Agrupació de Donadors en estos términos:

Entre sus afiliados están representados todas las sindicales, partidos políticos y hasta los que, sin partido determinado, son exclusivamente antifascistas. De ahí, pues, la necesidad de tener una bandera bajo cuyos pliegues se juntasen todos los donadores sin distinción47El Diluvio, 7.06.1938, p. 4, “Una bandera para los donadores de sangre”. .

A mediados de junio apareció por primera vez en La Vanguardia la cifra de donantes pertenecientes a la Agrupació. La fuente son los Servicios Sociales del Secretariado de Cataluña de la UGT. En su campaña para captar donantes entre sus afiliados argumentaba que en junio de 1938 la mencionada organización contaba con unos 10.000 inscritos, aunque en la práctica solo podían donar con seguridad 3.500 o 4.00048La Vanguardia, 19.06.1938, p. 7, “Los donadores de sangre”. .

El 4 de julio de 1938 tuvo lugar el primer acto oficial de reconocimiento de la Agrupació de Donadors con motivo de la entrega de la bandera. Se celebró en el Palau de la Música Catalana y contó con el apoyo de las más altas autoridades de Cataluña. En un principio, estaba programado que el presidente de la Generalitat, Lluís Companys, entregara la bandera, pero no pudo acudir por deberes “ineludibles” y delegó su participación en el Conseller de Gobernación y Asistencia Social, Antoni Mª Sbert49La Publicitat, 5.07.1938, p. 3, “Lliurament d’una bandera i homenatge als donadors de sang de Catalunya”. . Destaca de las crónicas el sentido patriótico y la trascendencia que las autoridades allí presentes atribuyen a las personas afiliadas a organización. Así, el Comisario de Propaganda de la Generalitat, Jaume Miravitlles, señaló que la Associació de Donadors de Sang realizaba una misión que “casa perfectament amb el destí històric de Catalunya: el sacrifici humà anònim i la voluntat sistemàtica de lluita”50La Publicitat, 5.07.1938, p. 3, “Lliurament d’una bandera i homenatge als donadors de sang de Catalunya”.. El conseller Antoni Mª Sbert, por su parte, expresó su deseo “que la sang que donen els catalans, en ésser inoculada a altres germans d’Ibèria, serveixi perquè comprenguin i estimin millor Catalunya”51La Humanitat, 5.07.1938, p. 4, “Un acte emocionant al Palau de la Música Catalana”. . Si algo llama la atención en la lectura de estas crónicas que se publicaron en diversos periódicos de la ciudad es que básicamente todos reproducen el mismo texto, coincidencia que nos induce a pensar que su original fue elaborado por los servicios de prensa gubernamentales.

A medida que la Agrupació fue tomando cuerpo, empezó a organizar actos que tenían como objetivo la captación de más donadores, así como la difusión de la labor del Servicio de Transfusión de Sangre del Ejército del Este que dirigía Frederic Duran i Jordà (Hervás Puyal, 2017, p. 71Hervás Puyal, Carles (2017), “Inici i desenvolupament de les transfusions a Catalunya: la Guerra Civil”, Revista de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya, 32, pp. 70-73.). Él será el encargado de impartir las conferencias de carácter divulgativo, a las que solía ir acompañado por el presidente de la Agrupació, Emili Salazar52La Vanguardia, 16.07.1938, p. 2, “Los dadores de sangre” y La Humanitat, 27.08.1938, p. 2, “Barcelona. Diversos”. . Del mismo modo, se organizaban festivales benéficos con objeto de recabar fondos53La Humanitat, 24.07.1938, p. 2, “Barcelona. Diversos”. .

Paralelamente a estas actividades se observa que a lo largo del mes de agosto de 1938 diversos grupos de donadores convocaron a sus afiliados, coincidiendo con la preparación de un acto oficial que se llevó a cabo en septiembre y que consistirá en la entrega a cada uno de estos colectivos de un banderín distintivo. En la convocatoria del acto, se expone claramente que la responsabilidad de la confección de los banderines correspondía a los delegados de cada grupo54La Humanitat, 20.08.1938, p. 2, “Els banderons de grup de l’Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya”. . De esta información y de la aparecida en las actas del Comité Local de la Cruz Roja en Barcelona correspondiente a la reunión del 5 de agosto se deduce que la Agrupació interactuaba con los diversos colectivos de donantes a través de un delegado que era nombrado entre los miembros de su respectivo grupo55 CDCRE, Libro de actas del Comité Local…, 5.08.1938, p. 349. . En el caso de la Cruz Roja se decidió que no hubiera un delegado de esta institución en los actos oficiales y que a ellos sus donadores solo pudieran asistir a título personal56 CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 23.06.1938, p. 327..

A finales del mismo mes, en plena Batalla del Ebro, el presidente de la Agrupació hizo un llamamiento para pedir ayuda material para sus miembros. Manifiesta que en el Servicio de Transfusión del Ejército citaban cada día a doscientos ciudadanos, hombres y mujeres, que ofrecían cada uno cuatrocientos gramos de sangre. Hace constar que lo hacían de manera altruista y que apenas eran recompensados:

A este fin, el señor Salazar exhorta a la S.I.A. [Solidaridad Internacional Antifascista], al S.R.I. [Socorro Rojo Internacional], a las autoridades y al pueblo en general para que acudan en apoyo de los donadores de sangre, enviando sus ofertas al local de la Agrupación, Puertaferrisa, 30, principal57La Vanguardia, 27.08.1938, p. 2, “Los donadores de Sangre”..

A principios de septiembre de 1938, un reportaje publicado en el suplemento dominical de La Vanguardia58La Vanguardia. Suplemento Noticias Gráficas NGS, 4.09.1938, p. 4: “El Servicio de transfusión de sangre para el Frente”. sobre el Servicio de Transfusión de Sangre al Frente da a entender la estrecha relación entre éste y la Agrupació: es en su sede de la calle Mallorca donde los voluntarios -mujeres en su inmensa mayoría- acuden a someterse a las pruebas requeridas para registrarse en ella. Según este reportaje, en ese momento había inscritos en Barcelona 17.000 donantes, a quienes se les había extraído un total de 4.000 litros de sangre.

También a principios de septiembre, concretamente el día 6, diversos periódicos publicaron la crónica del festival que tuvo lugar en el Teatro Tívoli de Barcelona para entregar los banderines a los diversos grupos que integraban la Agrupació de Donadors de Sang59La Vanguardia, 6.09.1938, p. 7, “Los festivales del domingo”; La Publicitat, 6.09.1938, p. 3: “Al Tívoli. Festival dels Donadors de Sang” y La Humanitat, 6.09.1938, p. 3 : “Festival al Tívoli, a profit dels Donadors de Sang de Catalunya”. . A caballo entre un acto lúdico-festivo y de exaltación política, se estrenó una obra de teatro ambientada en la actividad de los donantes (La Pallassada), cuyo autor era Francesc Oliva i Perín. Al final del mismo, se interpretó el himno de los donantes, compuesto por el maestro J. Dalmau con letra de Jesús Vasiete60Hoja oficial de la provincia de Barcelona, 5.09.1938, p. 4, “Festival a beneficio de los donadores de sangre y entrega de banderines a los grupos”. . Cuatro días después, la Agrupació de Donadors de Sang convocó a todos sus afiliados a participar con sus símbolos de identificación (bandera y banderines) en el desfile de la Diada del 11 de Septiembre61La Vanguardia, 10.09.1938, p. 6, “La conmemoración del 11 de septiembre ante la estatua de Rafael de Casanova” y La Publicitat, 10.09.1938, p. 3, “Convocatòria per assistir a la desfilada”. .

En el mes de octubre de 1938 se sucedieron los festivales en favor de la Agrupació, de los cuales cabe destacar la crónica publicada el 18 de octubre en La Humanitat, no por la particularidad del acto, sino porque en ella aparecen los nombres de los miembros de la junta directiva. Constaba de un presidente (Emili Salazar), una vicepresidenta (María Zarzosa), un secretario (Josep Sanz), dos vicesecretarios (Alonso y Pallarès) y un contable (Miranda)62La Humanitat, 18.10.1938, p. 3, “Foment Republicà de Sants”. .

El día 21 de diciembre el entonces alcalde de Barcelona, Hilari Salvador, visitó las instalaciones del Servicio de Transfusión de Sangre para el Frente, en las que tuvo ocasión de observar, ante Frederic Duran i Jordà y el teniente coronel Joaquín d’Harcourt, jefe de Sanidad del Ejército, el proceso de extracción y envasado del producto. Entre los presentes se encontraba también Emili Salazar, evidenciando el vínculo con dicho servicio. Durante la visita, el alcalde se ofreció “per a realitzar els treballs que calguessin en benefici dels ciutadans anònims que tant han fet per tal que aquesta obra, única en tot el món, pugui mantenir-se sense defallença”63La Humanitat, 22.12.1938, p. 2, “Sang per als nostres soldats”. La noticia, redactada con muy escasas variaciones, apareció también en La Publicitat, 22.12.1938, p. 2, “La benemérita obra dels Donadors de Sang”. .

A finales de enero de 1939 y en plena retirada de las fuerzas republicanas, la Gaseta Municipal de Barcelona se hacía eco del acuerdo tomado el día 22 de diciembre de apoyar la propuesta, presentada por la Agrupació, de organizar un festival en el Gran Teatro del Liceo con el objeto de recaudar fondos para la consecución de la Llar dels Donadors de Sang de Catalunya. La propuesta aporta un último dato: en vísperas de la ocupación de Barcelona, la Agrupació contaba con 28.000 afiliados, “ciutadans, homes i dones d’ací a la reraguarda”64Gaseta Municipal de Barcelona, 5.12.1938 - 23.01.1939, 49, pp. 256-257, “Proposicions”..

Tres semanas más tarde, Emili Salazar fue juzgado y sentenciado a muerte. No fue fusilado por su cargo en la Agrupació de Donadors de Sang, sino por haber presidido en varias ocasiones tribunales populares que habían dictado sentencias de muerte. Su vinculación con la Agrupació fue alegada por la defensa como signo de humanitarismo, pero fue rechazada porque con su actuación se había contribuido al esfuerzo militar del ejército republicano. De ese modo, como una consecuencia más de la derrota republicana, la obra de la Agrupació fue silenciada, y desde entonces ha permanecido sumida en el olvido.

A modo de conclusión, cabe añadir unas breves palabras acerca de las preguntas que han guiado esta indagación, así como de las fuentes que han permitido la recuperación de una entidad, la Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya, sin presencia alguna en la historiografía.

Hay que subrayar el énfasis sobre la donación de sangre, altruista y/o remunerada, y no tanto sobre el hecho en sí de la transfusión, en el contexto de un conflicto bélico de inusitada violencia. Ese énfasis ha dirigido la mirada, por una parte, hacia la movilización popular de las miles y miles de personas, principalmente mujeres, que dieron generosamente su sangre con la esperanza de salvar la vida de los soldados -a menudo, sus hijos, hermanos o maridos- que luchaban en los frentes de batalla. Y, por otra parte, también hacia la iniciativa de la Cruz Roja de Barcelona, encaminada a crear su propia organización de donantes de sangre, que fue el detonante de la fundación de la Agrupació a lo largo del verano de 1937.

Por otro lado, hay que destacar una vez más, a la vista de los resultados, el valor de la prensa diaria como fuente para reconstruir fenómenos sociales complejos, en especial cuando las fuentes de archivo, como es el caso, han desaparecido totalmente, o acaso se encuentran en paradero desconocido. La consulta de la prensa de Barcelona por medio de varios motores de búsqueda ha hecho posible la localización de numerosas noticias acerca de dicha entidad que, convenientemente ordenadas y relacionadas, han permitido que emergiera la Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya, visibilizándola y situándola en el marco de una guerra que nunca debió haberse producido.

AGRADECIMIENTOS

 

Este artículo se ha realizado en el marco del proyecto de investigación “Acción médica humanitaria e innovación tecnológica en espacios de confinamiento (1850-1950)” (TRANSHUMED-HIS PID2019-104581GB-I00). Agradecemos las críticas y sugerencias de los miembros del proyecto y los comentarios de Rosa Toran y Antoni Roca-Rosell, así como las aportaciones de los informantes anónimos que han revisado este artículo

NOTAS

 
1

Acerca de su pertenencia a la masonería (Logia Themis de Barcelona), véase el trabajo mecanuscrito, de Sandra Salvador Borràs, titulado Emili Salazar Ventura. La maçoneria i la seva repressió durant la guerra civil, que se conserva en la Biblioteca Pública Arús, de Barcelona, con la signatura E36-2-15.

2

La Vanguardia Española, 14.02.1939, p. 12. Véase también el expediente de Emilio Salazar Ventura en el Centro Documental de la Memoria Histórica (Salamanca), Causa General, Leg. 1585, Caja 2, Exp. 4, f. 456.

3

Biblioteca de Catalunya, Fons Josep Trueta Raspall, carta de Rafael Trueta a Josep Trueta, [Perpiñán], 17.03.1939.

4

Duran i Jordà, Frederic (1937a), “El Servei de Transfusió de Sang al Front. Organització - Utillatge”, La Medicina Catalana, 43-44, pp. 512-516; Duran Jordà, Federico (1937b), “El Servicio de Transfusión de Sangre de Barcelona. Técnicas y utillaje”, Revista de Sanidad de Guerra, 8, pp. 307-321. Duran Jordà, Frederic (1939), “The Barcelona Blood Transfusion Service”, The Lancet, 1, p. 905.

5

Véase en este mismo dossier el artículo titulado “El Servicio de Transfusión del Ejército Republicano durante la Guerra Civil Española y su influencia en Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial”, de Linda Palfreeman y Peter Pinkerton.

6

Miserachs Rigalt, Manuel (1960), “Nuestra experiencia en la organización de un servicio de transfusión de Cruz Roja y perspectivas para el futuro”, Anales Médico-Quirúrgicos de la Cruz Roja Española, 2 (2), pp. 143-146 (aquí p. 144).

7

Catalaunicus (1957), “Ha mort el Dr. Duran-Jordà”, Ressorgiment, 42 (492), p. 7927.

8

Arxiu Nacional de Catalunya, Consells de Guerra Sumaríssims, Núm. de causa 000382.

9

Arxiu Nacional de Catalunya, Fons Miserachs-Ribalta (F901).

10

Centro de Documentación de la Cruz Roja Española (CDCRE en adelante), Libro de actas del Comité Local de Barcelona, 1934-1939. Signatura: APCREBA26.

11

El cirujano y farmacólogo Josep Maria Massons i Esplugas (1913-2012) fue testigo directo de los hechos que narra en su evocación de la práctica de la transfusión en los años treinta. Véase: Massons, Josep M. (2006), “L’obra de Frederic Duran i Jordà viscuda per mi”, Revista de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya, 21, pp. 52-55 (aquí p. 52).

12

Massons (2006), “L’obra de Frederic Duran i Jordà...”, p. 55, n. 1.

13

Guía telefónica de Cataluña. Enero 1936, [Madrid], Compañía Telefónica Nacional de España, pp. 119-120.

14

Duran Jordà, Frederic (1937b), “El Servicio de Transfusión de Sangre...”, p. 315.

15

Duran Jordà, Frederic (1937b), “El Servicio de Transfusión de Sangre...”, p. 311.

16

Miserachs Rigalt, Manuel (1960), “Nuestra experiencia…”, p. 144.

17

Hoja oficial de la provincia de Barcelona, 17.05.1937, p. 2, “Reunión de Dadores de Sangre”.

18

CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 9.06.1937, p. 203.

19

CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 16.06.1937, p. 206.

20

Miserachs, Manuel (1938), “El servicio de Transfusión de Sangre, seis meses de funcionamiento”. Boletín Oficial de la Brigada de Barcelona, 19 (217), pp. 19, 21. Las directrices fueron plasmadas en un folleto, editado en París en 1934, con el título La Croix Rouge et la Transfusion du Sang. Étude destinée aux Comité Ligue des Sociétés de la Croix-Rouge. Conditions du succès, mésures d’organisation.

21

La Humanitat, 24.07.1937, p. 2, “La Creu Roja i el seu servei de Transfusió de Sang”.

22

CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 28.07.1937, p. 218.

23

CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 30.08.1937, p. 233.

24

CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 6.09.1937, p. 236.

25

CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 22.09.1937, p. 241.

26

Guilera, Luis de; Ripoll, J.; Grau Codina, L. (1960), “Ricardo Roca de Viñals. In memoriam”, Anales de Medicina, 46 (19), pp. 426-434.

27

CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 6.10.1937, p. 242.

28

Arxiu Nacional de Catalunya, Fons Miserachs-Ribalta, F901-UC22, Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, “Dades Biogràfiques donades per Manuel Miserachs Rigalt”.

29

Miserachs i Rigalt, Manuel (1934), “Elecció de donadors en la transfusió de sang”, Annals de Medicina, 28 (8), separata.

30

Acadèmia de Ciències Mèdiques i de la Salut, Actes de la Junta General Extraordinària, 19.06.1935, “Memòria [del] Dr. Miserachs”, pp. 162-163.

31

La Vanguardia, 25.07.1936, p. 4, “Los servicios de estos días en el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo”.

32

La Vanguardia, 3.09.1936, p. 3, “Los servicios sanitarios. Salida de un equipo para el frente”.

33

Miserachs, Manuel (1936-1937), “Organització dels serveis de transfusió en temps de guerra”, La Medicina Catalana, 39-40, pp. 341-345.

34

Miserachs, Manuel (1938), “El servicio de Transfusión de Sangre...”, p. 19.

35

La Humanitat, 28.07.1937, p. 3, “Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya”.

36

La Humanitat, 24.07.1937, p. 2, “La Creu Roja i el seu servei de Transfusió de Sang”.

37

La Humanitat, 1.10.1937, p. 3, “El Servei de Transfusió de Sang de la Creu Roja de Barcelona”.

38

La Humanitat, 1.10.1937, p. 3, “El Servei de Transfusió de Sang de la Creu Roja de Barcelona”.

39

El Diluvio, 10.10.1937, p. 3, “Cosas del día”.

40

La Vanguardia, 10.11.1937, p. 2, “Una conferencia”.

41

La Humanitat, 30.12.1937, p. 2, “Crida de l’Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya”.

42

La Humanitat, 30.12.1937, p. 2, “Crida de l’Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya”.

43

La Humanitat, 20.01.1938, p. 4, “Donadors de Sang”.

44

La Vanguardia, 8.05.1938, p. 6, “Donadores de Sangre de Cataluña”.

45

La Vanguardia, 21.05.1938, p. 4, “El señor Companys”.

46

La Publicitat, 7.06.1938, p. 2, “Una bandera als donadors de sang”.

47

El Diluvio, 7.06.1938, p. 4, “Una bandera para los donadores de sangre”.

48

La Vanguardia, 19.06.1938, p. 7, “Los donadores de sangre”.

49

La Publicitat, 5.07.1938, p. 3, “Lliurament d’una bandera i homenatge als donadors de sang de Catalunya”.

50

La Publicitat, 5.07.1938, p. 3, “Lliurament d’una bandera i homenatge als donadors de sang de Catalunya”.

51

La Humanitat, 5.07.1938, p. 4, “Un acte emocionant al Palau de la Música Catalana”.

52

La Vanguardia, 16.07.1938, p. 2, “Los dadores de sangre” y La Humanitat, 27.08.1938, p. 2, “Barcelona. Diversos”.

53

La Humanitat, 24.07.1938, p. 2, “Barcelona. Diversos”.

54

La Humanitat, 20.08.1938, p. 2, “Els banderons de grup de l’Agrupació de Donadors de Sang de Catalunya”.

55

CDCRE, Libro de actas del Comité Local…, 5.08.1938, p. 349.

56

CDCRE, Libro de actas del Comité Local..., 23.06.1938, p. 327.

57

La Vanguardia, 27.08.1938, p. 2, “Los donadores de Sangre”.

58

La Vanguardia. Suplemento Noticias Gráficas NGS, 4.09.1938, p. 4: “El Servicio de transfusión de sangre para el Frente”.

59

La Vanguardia, 6.09.1938, p. 7, “Los festivales del domingo”; La Publicitat, 6.09.1938, p. 3: “Al Tívoli. Festival dels Donadors de Sang” y La Humanitat, 6.09.1938, p. 3 : “Festival al Tívoli, a profit dels Donadors de Sang de Catalunya”.

60

Hoja oficial de la provincia de Barcelona, 5.09.1938, p. 4, “Festival a beneficio de los donadores de sangre y entrega de banderines a los grupos”.

61

La Vanguardia, 10.09.1938, p. 6, “La conmemoración del 11 de septiembre ante la estatua de Rafael de Casanova” y La Publicitat, 10.09.1938, p. 3, “Convocatòria per assistir a la desfilada”.

62

La Humanitat, 18.10.1938, p. 3, “Foment Republicà de Sants”.

63

La Humanitat, 22.12.1938, p. 2, “Sang per als nostres soldats”. La noticia, redactada con muy escasas variaciones, apareció también en La Publicitat, 22.12.1938, p. 2, “La benemérita obra dels Donadors de Sang”.

64

Gaseta Municipal de Barcelona, 5.12.1938 - 23.01.1939, 49, pp. 256-257, “Proposicions”.

BIBLIOGRAFÍA

 

Boquera Diago, Ester (2015), La batalla de la persuasió durant la Guerra Civil. El cas del Comissariat de Propaganda de la Generalitat de Catalunya (1936-1939), Barcelona, Universitat Ramon Llull / Departament de Comunicació i Relacions Internacionals Blanquerna, tesis doctoral.

Browne, Sebastian (2019), Medicine and Conflict. The Spanish Civil War and its Traumatic Legacy, Routledge / Cañada Blanch Studies on Contemporary Spain.

Calbet i Camarasa, Josep Maria (1997), “L’Acadèmia de Ciències Mèdiques durant la Guerra Civil”, Gimbernat, 27, pp. 193-204.

Cid, Felip (1996), La contribució científica catalana a la medicina i cirurgia de guerra (1936-1939), Barcelona, Uriach.

Clemente, Josep Carles (1993), El árbol de la vida. La Cruz Roja en la guerra civil española, 1936-1939), Madrid, Laboratorios Beecham.

Domènech, José Vicente (2014), Viñetas políticas republicanas de la Guerra Civil Española, 4ª ed., Donostia, AFINET.

Gallego Vila, Laia (2017), “Els bombardeigs de Barcelona durant la Guerra Civil: historiografia i memorialització”, Índice Histórico Español, 130, pp. 13-37.

Gonzàlez i Vilalta, Arnau (2014), “El Comitè Internacional de la Creu Roja, el possible reconeixement diplomàtic de Catalunya i els efectes humanitaris de l’evolució política catalana (1936-1939)”, Segle XX. Revista catalana d’història, 7, pp. 33-52.

Hervás Puyal, Carles (2017), “Inici i desenvolupament de les transfusions a Catalunya: la Guerra Civil”, Revista de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya, 32, pp. 70-73.

Lozano, Miguel; Cid, Joan (2007), “Pioneers and Pathfinders. Frederic Duran-Jorda: A Transfusion Medicine Pioneer”. Transfusion Medicine Reviews, 21 (1), pp. 75-81.

Marqués, Pierre (2000), La Croix Rouge pendant la Guerre Civil d’Espagne (1936-1939). Les missionnaires de l’humanitaire, París/Montréal, L’Harmattan.

Morera Sobà, Vicent (2016), Les Monografies Mèdiques (1926-1937): medicina i país, Sant Joan d’Alacant, Universitas Miguel Hernández / tesis doctoral.

Palfreeman, Linda (2015), Spain bleeds. The development of battlefield blood transfusion during the Civil War, Eastbourne, Sussex Academic Press / Cañada Blanch Centre for Contemporary Spanish Studies.

Palfreeman, Linda; Pinkerton, Peter (2019), “Transfusion in the Spanish Civil War: Supply and demand, the role of the “blood transfusion officer” and British planning for the outbreak of the Second World War”, Transfusion and Apheresis Science, 58 (6), p. 102671.

Pretus, Gabriel (2015), La ayuda humanitaria en la Guerra Civil española (1936-1939), Granada, Comares.

Wang, Jean CY (2018), “A call to arms: wartime blood donor recruitment”, Transfusion Medicine Reviews, 2018; 32 (1), pp. 52-57.

Willis, Elizabeth A. (2008), “Medical responses to civil war and revolution in Spain, 1936-1939: international aid and local self-organization”, Medicine, Conflict and Survival, 24 (3), pp. 159-173.

Zarzoso, Alfons (2021), “Private surgery clinics in an open medical market: Barcelona, 1880s-1936”, Journal of Evolutionary Studies in Business, 6 (1), pp. 67-113.

Zarzoso, Alfons; Fajula, Sara (2015), Clíniques a Barcelona, Barcelona, Col·legi Oficial de Metges de Barcelona.